El negocio estelar que cayó del cielo

Explotar los recursos naturales propios para sacar adelante un pueblo no es nuevo. Pero cuando el futuro del desarrollo rural no se basa en los recursos del suelo sino en los del cielo las cosas cambian. Hace más de una década, varios hijos de Borobia emigrados se reunieron para planificar su regreso al pueblo y poner en marcha iniciativas que les permitieran ganarse la vida y garantizar un futuro para su tierra. Así nació Cuarto Creciente, un proyecto de desarrollo rural que gira en torno al observatorio astronómico El Castillo pero que trajo de la mano dos casas rurales y un restaurante. Su esfuerzo se vio el sábado recompensado con el premio nacional al mejor proyecto rural Macario Asenjo Ponce.

Blas Jiménez es el director de Cuarto Creciente, un proyecto de negocio que nació de la inquietud que tenían los hijos del pueblo, «nos reunimos un grupo de gente de Borobia que estábamos preocupados por la tendencia que estaba llevando el municipio, muchos estábamos viviendo fuera y apostamos por volver y poner en marcha una iniciativa que nos permitiera vivir y sacar el pueblo adelante».

Corrían los últimos años de la década de los 90 y se empezaron a plantear las primeras ideas, «se presentaron distintos proyectos, uno de ellos fue el de hacer algo relacionado con la astronomía, hasta el pueblo venía gente del norte a observar el cielo y nos decían que el lugar era ideal, un sitio alto y sin apenas contaminación lumínica».

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