MEDIO AMBIENTE
Guardabosques versión 2.0
El término sugiere una nueva versión cuando en realidad es la misma sólo que ampliada. El guardabosques de hoy ya no guarda únicamente el bosque. También protege llanuras y riberas; vela por la calidad del agua y vigila la pesca ilegal y los vertidos; controla la caza y de un tiempo a esta parte hasta setas y hongos..., sin olvidar su papel en la búsqueda de personas o su función en la lucha contra incendios, entre las más destacadas. Es el guarda forestal de toda la vida, antiguo trabajador del extinto Icona, que hace una década pasó a ser agente medioambiental al ampliar sus competencias con el decreto 136/2002 de la Junta de Castilla y León, y que hoy es la policía medioambiental del siglo XXI.
Aunque se trata de un colectivo que apenas se hace notar, no es ajeno a la reivindicación, como así se ha puesto sobre la mesa en la asamblea de la Asociación Española de Agentes Forestales y Medioambientales (Aeafma), celebrada recientemente, con representación de Apaf Soria.
El colectivo está integrado por un centenar de agentes en la provincia, a la expectativa ante la reforma de la Ley de Enjuiciamiento Criminal que plantea el Ministerio de Justicia. «Buscamos asegurar el espectro jurídico de los agentes forestales y medioambientales; que en la ley venga reflejado el carácter y el papel de los agentes y quede claro a todos los niveles». Así lo dice Cristian Pascual Ochoa, vicepresidente de la Asociación Profesional de Agentes Forestales y Medioambientales de Soria, y no porque ahora los términos sean ambiguos, sino ‘por si acaso’ y ante hipotéticos cambios en el marco jurídico que ahora les permite actuar como agentes de la autoridad y como policía judicial.
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