El mecenas de Bretún

El vecino de Bretún Vicente Marín se ha convertido en el principal mecenas de su localidad natal con la constitución de una fundación privada que tiene como objetivo la promoción cultural de la pequeña localidad de Tierras Altas. El Boletín Oficial de Castilla y León publicó ayer la inscripción de la Fundación Privada Vicente Marín, Bretún, y José Miguel López Díaz de Tuesta en el Registro de Fundaciones de Castilla y León. 

La fundación está constituida por cinco inmuebles y fincas, dos de ellos con propiedad de dos tercios indivisos, ubicados en Bretún, valorados en 370.839, 27 euros. Todas ellas pertenecen a Vicente Marín que las ha cedido a la Fundación por el cariño que tiene a su pueblo, pero sobre todo por interés de que todo el patrimonio pueda revitalizar la vida cultural en este rincón de la provincia de Soria que «aunque posee las huellas de los dinosaurios está totalmente olvidado».

Los cinco edificios son pequeños museos que contienen un volumen destacado de fondos pictóricos, bibliográficos, obras de arte y mobiliario de importante valor que pertenece a Vicente Marín. En un principio todos estos bienes no forman parte de la fundación, pero su propietario piensa dejarlos cedidos en su herencia, junto con otras propiedades que posee en Madrid.

Uno de estos inmuebles es la sede de la fundación. Un segundo, que fue la casa del maestro, ha sido habilitado como hotel de cinco estrellas y tiene una capacidad para 8 personas. Los beneficios que se obtengan de su explotación se dirigirán a costear los gastos de la fundación y para garantizar el mantenimiento del patrimonio de la localidad, como la ermita y otros edificios.

Otro de los inmuebles alberga, en sus tres plantas, una de las bibliotecas más destacadas de la provincia de Soria, tanto por su tamaño como por el valor de sus obras. Cerca de 8.000 volúmenes, manuscritos y facsímiles entre los que se encuentra el Testamento de Felipe II, como una de las joyas que están en Bretún, junto a otros incunables como la ‘Ciudad de Dios’ de San Agustín.

Los fondos bibliográficos se completa con cerca de 800 pinturas y grabados, distribuidos en todos los inmuebles, configuran igualmente un importante atractivo porque hay obras de Murillo, Sorolla y Fellini, entre otras. A todo ello hay que añadir valiosas piezas de porcelana y cristalería de la Granja.

Vicente Marín, que también preside la fundación que lleva su nombre, quiere abrir las puertas de todo su patrimonio para que Bretún se convierta en un referente cultural y atraiga las visitas de estudiosos, curiosos y también expertos. «He pensado que se puede ofrecer a los visitantes un recorrido por las instalaciones que concluiría en un jardín», puntualizó Marín, quien no descarta que se pueda ofrecer estas instalaciones para encuentros culturales.

De acuerdo a su inscripción, esta fundación nace con los siguientes fines: el mantenimiento, promoción y difusión del patrimonio histórico-artístico de la provincia de Soria y en especial de Bretún y su entorno; la realización de actividades formativas y culturales en relación con la tradición e historia del patrimonio artístico y cultural de la comarca de tierras del norte de Soria, así como la de seminarios, conferencias y visitas relacionadas, en especial con Bretún; la celebración de eventos culturales en edificios e inmuebles de la fundación para lo que se facilitará el alojamiento y la atención personal; la atención a la conservación de la iglesia de Bretún y de las ermitas existentes para lo que se llevarán a cabo las reparaciones que sean necesarias.

El patronato de la fundación está compuesto por nueve personas, algunos miembros de su familia. Marín considera que la mejor manera de disfrutar de su patrimonio es ofrecerlo en beneficio de su pueblo natal y de toda la comarca «que lo necesita», explicó el mecenas, quien apeló a las administraciones para que señalicen Bretún y den a conocer este patrimonio que ya tiene abiertas sus puertas desde ayer.