El rastro de la inundación permanece en el convento

Han pasado más de dos meses de la última inundación que sufrió Santa María de Huerta y los restos de esta riada son todavía visibles en el monasterio cisterciense de localidad. Sobre todo a lo que corresponde a la parte monumental de este gran edificio. Restos de barro y también de agua se pueden apreciar en el retablo de la iglesia, la sacristía y la ‘Sala de Profundis’, así como en el suelo del claustro del monasterio.

«Las cosas van despacio», explicó el abad del monasterio, Isidoro María Anguita, quien indicó que la limpieza de estas estancias «no es urgente», además la intervención depende de la Dirección General de Patrimonio de Castilla y León tanto económicamente como técnicamente. La intervención en el retablo y en la ‘Sala de profundis’ deberá estar supervisada y realizada por personal técnico de la Administración regional. También está pendiente todo el suelo del claustro, que se levantó por el agua y el arreglo del sistema de drenajes del edificio monumental.

A pesar de que queda trabajo de limpieza por realizar, el monasterio está abierto a las visitas al público, como también lo está la hospedería del convento.

El convento de Santa María de Huerta fue muy afectado por el desbordamiento del barranco que causó toda la inundación el pasado 9 de septiembre. Las primeras tareas de limpieza se centraron fundamentalmente en toda la zona de residencia de la comunidad cisterciense, ya que el agua anegó las cocinas, inutilizó el ascensor y la zona de hospedería. Toda esta parte del convento se encuentra en la actualidad en orden y la comunidad religiosa ha reanudado su actividad diaria con normalidad.

Otro de los arreglos que quedan pendientes son los destrozos en la muralla del recinto que se reventó por la fuerza del agua por tres puntos.

La Junta de Castilla y León ha mostrado un firme compromiso con este conjunto histórico-monumental que recibe cerca de 25.000 visitantes anualmente.

El compromiso inversor de la Junta de Castilla y León se traduce con este conjunto en 1,1 millones de euros, como así lo trasladó el presidente, Juan Vicente Herrera, que visitó el monasterio.

El Gobierno regional ha planificado las actuaciones en varias fases. De tal manera que se comenzarán con las más urgentes y se acometerán antes de concluir el año y con fondos presupuestarios de 2018. La segunda fase se completará en los primeros siete meses del próximo año, fecha para la que se espera que el monasterio esté totalmente arreglado y recuperado. A todo ello se une la dotación de un plan de emergencia, de acuerdo al programa de emergencias de Castilla y León, que se entregará a la comunidad religiosa para que lo puedan utilizar como instrumento ante las riadas. A la elaboración de este plan se destinará una cantidad de 100.000 euros, con fondos del presupuesto del año que viene. Este plan determinará los pasos que se deben dar en situaciones de emergencia ante posibles riadas, con el fin de salvaguardar el patrimonio.

En el pueblo de Santa María de Huerta los daños de la inundación son menos visibles ya. En el pueblo se tienen que acometer obras en el cauce del río Jalón que resultó dañado por el arrastre del agua del barranco y también están pendientes las actuaciones que se tienen que realizar en un conjunto de 7 u 8 viviendas, en la calle San Bernardo, que se han tenido que desalojar porque se encuentra dañada la estructura de las mismas.

El Ayuntamiento espera el estudio técnico que tiene que realizar la Confederación Hidrográfica del Ebro sobre el estado del barranco seco y las soluciones que se le puede dar de cara al futuro.