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EL LADO OCULTO

Camparañón: centenario por fuera y en las entrañas

A ras de suelo, sus notables encinas; en el interior, pinturas ruprestres en la Cueva de los Cochinos

Camparañón-LUIS ÁNGEL TEJEDOR

Publicado por
P. P. S.
Soria

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Cientos de años por fuera con ejemplos vivos a simple vista y miles de años en las entrañas. No es necesario un reconocimiento ni una catalogación oficial oficial para presumir de historia milenaria, en ocasiones oculta, como le ocurre a Camparañón.

El pueblo se encuentra situado en la comarca de Frentes, a una veintena de kilómetros de Golmayo, a cuyo municipio pertenece. El vecindario no pasa de los 30 habitantes, todos los cuales han paseado en alguna ocasión por el encinar, en el que se encuentran, para quien los quiera ver, ejemplares como el de la imagen y otros de mayor tamaño aún.

Tan potentes como la que ilustran estas líneas, estas viejas encinas desprenden una energía vital que invita al visitante a tocarlas tanto como a mirarlas.

El bosque acoge algunas de las encinas más longevas de la provincia. Se encuentra al sur del Alto del Tormo y ocupa una extensión de alrededor de cien hectáreas para pisar y recorrer. Uno de los ejemplares del encinar se encuentra incluido en el Catálogo de Árboles Notables de Soria. Localizado al borde del bosque, se accede hasta esta encina notable por el camino que cruza el ríoMazos. Tiene oquedades y algunas tumoraciones, pero el conjunto que forman sus seis pies es espectacular.

A su famoso y reconocido encinar y un puente a la luz del día que mira por tres ojos hay que sumar un atractivo más desconocido: la llamada Cueva de los Cochinos con la variante de cueva del cerdo (como también se la conoce por el lugar), la cual se encuentra en su término.

Se trata de una cueva pequeña por cuya entrada se accede a una sala que es conocida popularmente como ‘la cocina’, según fuentes municipales. En su interior hay pinturas rupestres, salvaguardadas el alma de esta pequeña población cuyo nombre significa campo de encimas.

Volviendo a la superficie, encontramos un puente romano con tres arcos, conocido como de los tres ojos. Antaño era paso obligado para conectar Villabuena y Carbonera con Camparañón. Abajo, las aguas del río Mazos en un discurrir que ya no es continuo. La poca agua que tiene deja de bajar en verano y regresa en los meses de invierno.

Las poblaciones citadas son tres de las tres pedanías que forman parte del municipio de Golmayo, junto con Carbonera de Frentes, Fuentetoba, la Cuenca, Las Fraguas, La Mallona, La Muela, Nafría La Llana y Nódalo.

El puente romano da nombre a un colectivo vecinal que hay en el pueblo, candidato en su día a Premio Colodra por su labor en torno a la recuperación de tradiciones en el medio rural. Es la Asociación Cultural Puente de los Tres Ojos, de Camparañón, que ha sacado del olvido tradiciones ligadas a la Navidad, y al reparto de vino a los vecinos y la del ramo de San Antonio.

También a ras de suelo, se encuentra en el término el castro celtibérico del Carranalón, en el que se pueden ver resto de una antigua muralla, y el del Gamonar, también con asentamiento romano.

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