Despertador milenario de última tecnología

Ni siquiera los satélites que permiten cambiar de hora el despertador del móvil se acercan a la tecnología del gallo. Su canto, siempre que no esté castrado, se concentra en ciertos periodos del día, especialmente el amanecer, para lo cual está programado genéticamente. Ni el mejor despertador.

Aunque su kikiriki se escucha durante todo el día, es al alba, el mediodía, la media tarde y a mitad de la noche, entre las tres y las cinco de la mañana. Fuera de estos periodos, los cantos sirven como desafío territorial a otros congéneres, o como aviso y también para atraer a hembras cercanas. Este comportamiento tecnológico del gallo con su canto resulta mucho más usual en aves rurales.

El pollo, junto con la gallina y el pollo (ejemplar subadulto), es el ave más numerosa del planeta. Estamos ante una especie de ave galliforme que procede del sudeste asiático y se cría especialmente por su carne y por los huevos de la hembra.

Estamos ante un ave omnívora, con una esperanza de vida que puede llegar a los diez años. Es muy fácil de distinguir de la hembra, por su cresta roja en la cabeza y los lóbulos que le cuelgan a ambos lados del pico. También por sus plumas oscuras grandes y arqueadas, que brillan de color azul, púrpura o verde cuando son expuestas a la luz. En algunas razas las patas tienen espolones.

Se trata de un ave gregaria que ha perdido la capacidad de volar por la selección artificial del ser humano, según las fuentes consultadas. El gallo doméstico puede llegar a ser territorial y violento en algunas razas, pero generalmente suelen ser buenos animales de compañía, fáciles de domesticar si se les alimenta a mano. Si hay más de uno, siempre habrá un macho dominante, lo que indica elevando la cola y la cabeza.

El gallo tiene una altura de 50 centímetros y llega a pesar 4 kilos. La estación de muda es de junio a septiembre y en ella los machos adquieren un plumaje de plumas largas y negras hacia la mitad y el resto, son plumas anaranjadas.

Del gallo también se aprovechan sus plumas y algunas variedades se crían y entrenan para su uso en peleas de gallos, práctica prohibida en España y otros muchos países, y como aves ornamentales, lo que no quiere decir que no existan.

Hace unos días la operación Zaragallo, puesta en marcha por la Guardia Civil de de Badajoz contra las peleas de gallos y apuestas clandestinas, se saldó con 23 personas imputadas como presuntos autores de un delito de maltrato animal, apuestas ilegales, tenencia de armas blancas y sustancias estupefacientes y contrabando de tabaco. A tres de ellas, además, se les atribuye la pertenencia a grupo criminal que se dedicaba a organizar la celebración de dichas peleas. Los agentes intervinieron 64 gallos de pelea propiedad de los acusados, algunos de ellos con numerosas heridas y amputaciones, unas aves cuyo valor en el mercado podrían alcanzar aproximadamente 190.000 euros.