Heraldo-Diario de Soria

Entrevista. David Berrojo Valencia

«No tengo tiempo para pensar en los malos recuerdos de este 2024; ni los pienso»

Elige solidaridad como palabra del año. «Vivo en Valencia», dice, aunque por la misma razón podría haber sido otra la palabra. David es activo, algo peleón y la peor visión que tiene de un 2024 aciago es un temor, un convencimiento más bien. «No va a cambiar nada», añade el presidente de la Casa de Soria en Valencia. Nos deja en el aire una pregunta y nosotros, esta entrevista a modo de recordatorio de un año que no admite prórroga.

David Berrojo Valencia.

David Berrojo Valencia.MONTESEGUROFOTO

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Pregunta.– Su palabra del año y por qué.

R. Como vivimos en Valencia, solidaridad. Solidaridad o desastre, no sé cuál decirte, pero mejor la primera. ¿Por qué? Porque es increíble lo que se vio los días después del desastre, y cuando el incendio de febrero (en Campanar), también. Toda la gente del barrio se colapsó allí, la gente que se ofreció a coger ropa en los bajos, acabaron llenando naves enteras. Y con la dana lo mismo. Es ingente las donaciones que han llegado de toda España de numerosas cosas, materiales, económicas. Es impresionante.

P. ¿Cómo suena una canción triste de Navidad?

R. ¿Cómo suena? No lo sé. Será muy triste escucharla para algunas personas que hayan perdido a familiares. Quizá más ellas que yo podrían responder a esa pregunta. Realmente nos hemos quedado más con la palabra solidaridad. No hemos tenido que llorar a nadie.

P. De todas las malas visiones de este 2024, elija una y radiografíela.

R. La peor visión que tengo es que siento que no va a cambiar nada. Después de todo el desastre que ha sido, de la gente que se salvó o se pudo recuperar en los días siguientes (en primer lugar por el resto de la ciudad que fue a ayudar allí y, en los días sucesivos, por la ayuda que llegó de toda España) siento que tal y como está estructurada España, burocráticamente, no va a cambiar nada en el tema administrativo. Llámalo como quieras. Incluso después de todo esto, pienso que no va a cambiar nada.

P. ¿Qué ha dejado en usted?

R. Te cambia la escala de valores cuando ves la destrucción que ha habido, después de todo el mes que he estado con el tema de los coches, sobre todo los primeros días... Donde trabajo es de los pueblos menos afectados y no le veía sentido estar dando Inglés (es profesor), cuando a 15 kilómetros había tal desastre y lo que hacía falta es que todo el mundo estuviera ayudando. No le veía sentido a estar dando clase allí cuando no pasaba nada si no hubiera dado clase una semana o hubieran cerrado los colegios u otros centros de trabajo. Que todo el mundo que pudiera ayudar estando allí.

P. ¿Solidaridad o justicia?

R. Sigo pensando que solidaridad. Solidaridad no es algo que decidas instantáneamente, sino que ves lo que ha pasado y de forma consciente la gente va haciendo donaciones de lo que puede. El tema de la justicia sería muy difícil... Cuando se piensa en ello hay mucha gente que está pidiendo la cabeza de políticos... Esto pasa en Zaragoza o en Soria o en otro lugar y no hay nadie preparado para frenarlo. Da igual quién esté. Incluso esas decisiones que tienes que tomar en segundos o minutos, no se está preparado ni para el antes ni para el después. Da igual la Administración; ni un pueblo pequeño de Soria, ni la Diputación va a poder llegar, ni la Junta, ni el Estado. Pensar en esas décimas de segundo... no sé. Creo que nunca vamos a poder saberlo. Es un jardín demasiado grande. Cualquiera que esté en un cargo de responsabilidad en algo así, se la va a tener que comer sí o sí.

P. La solidaridad es un trampantojo. Por lo que no deja ver, quiero decir.

R. Sí. Tal y como está todo estructurado, no va a cambiar. Lo que se ha demostrado en esto es que toda la operatividad, diputaciones, confederaciones, autonomías... no es operativo en la práctica. En el día a día ordinario sí. Mira, yo ahora (viernes 27 de diciembre) vengo de renovar unas tarjetas de transporte y me parece absurdo todo lo que hay que hacer y las personas para hacer unas tarjetas gratuitas para los niños. Hablo de lo más pequeño a lo más grande. El chorreo de gastos superfluos que hay en todos los sitios. A eso no se le va a meter mano, así que todo lo que hablemos...

P. ¿Qué echa de menos de Soria?

R. El tema del trato personal es muy diferente. Tú conoces a alguien y con la mirada o con la frase... están los tratos hechos, como se dice; eso es insuperable y no lo vas a encontrar en ningún otro lugar. Nadie te va a faltar a la palabra, nadie. Eso en otros lugares no es así. No puedes tener esa confianza que tienes en Soria, donde si te digo blanco es blanco y va a serlo hoy y mañana. Eso es lo que más echo de menos. Por eso cuando nos juntamos los sorianos aquí en Valencia sabes lo que va a pasar. No te falla nadie. Si te dicen a las 7 es a las 7 y si son 50, son 50. Y en Soria sí es así, pero en otros lugares no.

P. Háblenos del brío de la Casa de Soria en Valencia.

R. Quizá esté marcado por el tipo de actividades que hacemos. Al ser una casa más nueva en cuanto a la fundación, puede que las actividades estén enfocadas a un tipo de población de otro perfil. Nosotros nos integramos muy bien con la población local. Hacemos para nosotros mismos, pero también intentamos que Soria esté presente aquí, en la sociedad valenciana.

P. No dejamos de preguntarnos quiénes somos y adónde vamos. ¿Cuál es su lugar en el mundo?

R. Antes era siempre Soria, pero ahora no te sabría decir. Lógicamente también Valencia, porque mis hijos han nacido aquí.

P. ¿Qué va a hacer con los recuerdos de este 2024 que le molestan?

R. Es que no tengo tiempo para pensar en ellos. No me da tiempo a pensar en los malos recuerdos, ni de estar dando vueltas a la cabeza a cosas que no aporten nada. No, ni los pienso.

P. La pregunta recurrente que le hacen sobre Soria en Valencia.

R. Lo más habitual es que saquen el tema del clima, del tiempo.

P. ¿Dónde estaba dios el 29 de octubre en Valencia?

R. ¡Buf! No sé donde estaba el día 29. Creo que estaba el día 30. Igual el anterior no estuvo, pero sí al siguiente. Oyes casos de gente que se han salvado por un pelo; hay muchos casos en que creo que sí estuvo. Igual no con todos, pero con bastantes sí.

P. En términos futbolísticos ¿qué tarjeta sacamos a este final de año, amarilla o roja?, ¿o le damos una prórroga?

R. Rojísima, rojísima. Prórroga ninguna. Es mejor que acabe cuanto antes, que no dure más. Nos acordaremos de 2024 por los dos desastres que hemos tenido.

P. Faltan 48 horas para que acaba el año. ¿Algún deseo?

R. Que no se olviden de Valencia. Es un tema que luego cansará cuando dentro de tres meses todo el mundo siga con lo mismo. Pero es que hay mucha gente muerta de asco ahora mismo, hay gente que vive en bajos, los primeros que se han inundado, ahora están picando las paredes, que tienen las casas hechas polvo. La frase de 'no os olvidéis' tiene que ser verdad: todo lo que no les llegue por solidaridad de gente, que dona neveras, calefactores..., no lo tendrán. El deseo de que no se olviden de ellos. Pasará la Navidad, llegarán las Fallas y darán una imagen engañosa, porque Valencia capital no está afectada. Será de normalidad, cuando no hay normalidad. Es eso, que no se olviden de ellos porque tienen un año más de recuperación seguro.

P. ¿Pregunta o responde?

R. Soy muy preguntón.

P. Déjenos una para cerrar este 2024.

R. ¿Qué tiene que pasar para que de verdad haya cambios estructurales en España? Está claro que la empresa privada no funciona al ritmo de la función pública. No sé qué más debería pasar para que de verdad haya cambios visibles. Pienso en las ayudas de Juan Roig que en menos de dos semanas la gente estaba cobrando dinero, no solo sus empleados, sino la gente de fuera. Si eso lo puede hacer una empresa privada, ¿por qué no en el sector público? ¿Qué tiene que pasar para que la Administración vaya al ritmo de los ciudadanos o de la empresa privada?

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