Heraldo-Diario de Soria

«Del universo me atrapa que es tan infinito que a veces me pierdo, no poder abarcar más allá»

La buscamos para hablar de astronomía y nos deja claro enseguida que la luz de las estrechas es un derecho. Esta mujer, a la que atrapa la infinitud del universo, resalta la limpieza del firmamento de Soria -el de Muriel en especial- y nos advierte de una importante oscuridad que está por llegar en 2026. Mientras tanto, Raquel pisa suelo sin perder de vista el cielo. Es su lema. Hay mucho que hacer arriba y abajo, piensa.

Raquel Molinero.

Raquel Molinero.HDS

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P. Cuénteme, mujer, cómo es su relación con ese lugar al que llamamos cielo.

R. Mi relación es mística. (¿Me lo explica?). Cuando yo miro al cielo, siento esa paz que quizás no encuentro en la tierra, con lo cual esa mirada me hace ir más allá. Yo siempre tengo un lema: con los pies en la tierra y la mirada en las estrellas.

P. Tenía una pregunta... Aquí está. Le iba a preguntar si su empeño con la astronomía es por comunión o por negocio. Me queda claro con lo anterior.

R. Lo es, lo es. En el componente obviamente tiene que ver un negocio, pero es muy sentido. Creo firmemente en que la luz de las estrellas es un derecho.

P. ¿Un derecho?

R. Un derecho para todos recogido en la Declaración de la Palma sobre el derecho al cielo nocturno. Pero parece ser que algunos lo olvidan y hacen que esa contaminación lumínica llegue en muchísimos sitios y no podamos ver la luz de las estrellas. Pero es un derecho universal.

P. Estará de acuerdo en que no todo el mundo sabe mirar al cielo.

R. Al cielo podemos mirar todos, por supuestísimo. Sabemos volcar la vista y mirar hacia arriba, pero no vemos lo que hay. Te lo digo con total seguridad, no vemos lo que hay arriba. Es un mundo tan infinito, tan mágico, que si no tienes unas nociones (y no estoy hablando de que tengas que ser experto) es muy difícil que sepas mirar al cielo y eso que manda señales continuas.

P. ¿Cuál es la última que le ha mandado a usted?

R. La última señal que me ha enviado es que todo se puede conseguir. Fíjate, yo pensaba que casi todo, y ahora la última señal que he visto del cielo es que todo se puede todo se puede conseguir si tienes mucha paciencia.

P. ¿Qué padre nuestro cree que habrá ahí arriba?

R. Yo estoy en medio de esa creencia. Quizás porque tengo un padre a la medida; ese padre nuestro que tú dices lo tengo a mi medida. A veces me conviene creer y a veces no en que hay algo. Una primera parte de mi vida ha estado ese padre nuestro, y ahora, más mayor, tiendo a pensar que quizás no es ése. Pero que hay algo, por supuesto que sí. Hay algo que no lo sabremos. Digamos que me siento en el medio de esa creencia de que haya un padre y no lo haya.

P. ¿Qué le atrapa del universo y por qué?

R. ¿Qué me atrapa del universo? Quizá  ese poder de no abarcarlo. En la tierra aunque tengas kilómetros por delante, hectáreas, siempre puedes alcanzar con la vista. A mí del universo me atrapa que debe de ser tan infinito que a veces me pierdo, es mi atracción, perderme y decir: “¿Cómo es posible que haya tanto y que no podamos ni imaginarnos, si solamente podemos ver la galaxia en la que estamos, qué habrá más allá de?". Me atrapa el no poder abarcar lo que pueda haber más allá de. Es eso lo que me atrapa.

P. ¿Y entre el cielo y el suelo qué hay?

R. Nosotros, los humanos. Entre el cielo y el suelo veo la civilización o no civilización, tal y como como estamos en estos momentos. Pero pero veo los seres humanos puestos ahí, vete a saber por quién, si por el cielo o por el suelo y no somos nada. De verdad que lo pienso muchas veces.  

P. ¿Cómo entiende que cada vez se haga más turismo astronómico, para ver un eclipse, por ejemplo, como el que tendrá lugar en 2026?

R. Pues mira, lo entiendo porque el eclipse es algo que es muy ocasional. Por ejemplo, en España hace 120 años que no ocurre, y hay gente que se mueve por razones de de vivir la experiencia como algo único y contarla y hacerse la foto. Otros lo viven como un hecho místico: se hace de noche, en pleno día, y todo va a cambiar en en casi 2 minutos. Hace que sientas algo que aparte de corporal va muchísimo más allá. Y otros creen que igual se acaba el mundo. Todos tienen un concepto distinto de por qué, pero a todos les atrae el vivirlo, el ver ese momento que probablemente en España no va a volver ocurrir en más de 100 años. Entonces, es un momento histórico. Yo creo que eso es lo que mueve más. 

P. Importante tiene que ser para que se haya promovido hasta un congreso que usted está ya coordinando junto con la Diputación. 

R. Sí. Es muy importante. Desde hace 2 años y medio tenemos puesta la mira en ese eclipse desde el hotel El Cielo de Muriel, donde se están haciendo acciones. Una más es este congreso. 

Este congreso va a poner en valor esos cielos, ese infinito que  inagotable, y que tenemos ese derecho a verlo y a respetarlo. Creemos que un congreso abarca muchas patas, el astroturismo, la vía científica, toda la vía de divulgación y la prevención. Va a haber tanta gente que desde ya se tiene que planificar. Por eso, la importancia de hacerlo el 22 de marzo para que ya, a nivel de todas las instituciones, se sepa que se tiene que hacer muchísimas cosas para que esto pueda tener un sentido y que sea, además, un éxito.

P. ¿Qué la eclipsa?

R. A mí me oscurece la falta de de coordinación en lo cercano. Luego, a nivel ya un poquito más trascendental, me oscurece la falta de respeto, pensar que todo nos pertenece y que no tenemos que cuidar nada para que eso perdure. Y en este en este caso, me refiero al cielo que, por desgracia, en las grandes ciudades ese derecho se ha perdido. La iluminación va hacia arriba y no llegamos a la luz de las estrellas.  

P. ¿A qué se debe la limpieza del cielo en Soria?  

R. Somos los más despoblados. Tenemos mucho territorio, extensión en metros cuadrados, pero por habitante por metro cuadrado somos, en estos momentos, los que menos tienen. Entonces, este territorio, que tiene tan poca densidad demográfica, tiene menos luz, obviamente.

Y luego, por supuesto, Soria se ha puesto las pilas. Hablo a nivel institucional para que toda la provincia y la capital gocen de esa luz que permita mirar arriba y ver el cielo. Soria ahora mismo es la mayor provincia certificada, el mayor territorio certificado de Europa. Y la segunda a nivel mundial. Tenemos categóricamente el mejor cielo y eso hay que trabajarlo.  

P. En un eventual adelanto tecnológico generalizado, ¿Raquel Molinero organizaría viajes al cielo o al infierno?

R. Buena pregunta. Yo yo prefiero yo prefiero ir al cielo, aunque dicen que el infierno es más divertido, ¿no? El cielo son todos tan buenos que que da miedo ir. Digo, "Jo, ¿qué voy a tener que hacer ahí, no?" Pero yo tiraría para arriba, fíjate. Yo tiraría para arriba. Ahora mismo, por hoy, me iría para arriba probablemente.

P. En un eventual adelanto tecnológico generalizado, Raquel Molinero ¿organizaría viajes al cielo o al infierno? 

R. Buena pregunta. Yo prefiero ir al cielo, aunque dicen que el infierno es más divertido, ¿no? En el cielo son todos tan buenos que da miedo ir. Digo «jo, ¿qué voy a tener que hacer ahí, no?». Pero yo tiraría para arriba, fíjate. Ahora mismo, por hoy, me iría para arriba.

P. Dentro de esa infinitud de la que hablaba antes, ¿cómo se lo imaginas? Hablo del cielo, no el de Muriel.

R. Si hiciese un viaje, que ahora es imposible, me encantaría subir y pasar por todas esas constelaciones que veo desde abajo. Parece que están cerquita, pero están a años años luz de la tierra. Me encantaría acercarme y ver qué son. Sabemos que son estrellas, sabemos la luz que pueden irradiar y que aportan algo a mi vida. Existe una denominación, una palabra que es ese relax que uno siente cuando mira al infinito. Es calma. Es una vía de escape. Últimamente lo están, incluso, recetando, entre comillas, a gente para que su mente se vaya más allá y se pueda evadir de lo que tenemos abajo. Desde pequeñita me ha gustado mucho el cielo. De hecho, mi madre es fanática de mirar hacia arriba, aunque no lo sepa interpretar. Entonces, ahora, con un poquito que tengo de idea de lo que hay, ¡jo! me encantaría, saltar de constelación en constelación, hacer un recorrido por la vía láctea, y si es posible, traspasar esta galaxia, que es lo que alcanzamos a ver, la galaxia en la que estamos, y ver qué hay más allá.

P. ¿En qué se diferencia el amante del astroturismo del turista convencional?

R. El turista que busca esos lugares donde ver el cielo se diferencia en que es muy concienciado con el medio ambiente y muy respetuoso. Es un cliente muy concienciado y con un espíritu de fraternidad, de hermandad.   

P. ¿El soriano mira más al cielo o al suelo?

R. El soriano sigue mirando más al suelo. Aunque ahora mismo está ya un poquito más mirando al cielo. Quizás también por esa lotería astronómica que le va a caer de ahí, según dicen los expertos: al eclipse le llaman la lotería astronómica. Para mí es una grata sorpresa de que instituciones como la Diputación, establecimientos y medios de comunicación, hayáis dicho «oye, que esto tiene calado». Porque, claro, un eclipse dura un minuto 50, pero Soria tiene que estar preparada antes y después para eso y, además, que nos conozcan en todos los puntos como el mejor cielo de Europa. Y que empiecen a venir antes y que cuando pase ese eclipse sigan viniendo. Esa es nuestra misión. En Fitur se ha visto estos días, con esa presentación que se hizo, que fue única.

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