Heraldo-Diario de Soria

Jesús López Alcalde

«La recuperación de tradiciones refuerza la identidad de los pueblos porque la gente se une»

De por qué hay cosas que se acaban perdiendo saben lo suyo en muchos pueblos de Soria. De cómo a veces es posible recuperarlas pueden contarlo solo algunos, como Espejón. Sacar del olvido el Carnaval antiguo del pueblo no es revivir una vaca, un disfraz. Es insuflar coraje y aliento al latido vecinal. Hablamos con Jesús y nos lo cuenta. (Aunque podríamos haberlo hecho con cualquier vecino)

Jesús López Alcalde.HDS

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Pregunta.- ¿Por qué disfrazarse en Carnaval?

R. Para celebrar antes de empezar la cuaresma, poder salir a la calle y podernos desinhibir y ser un poco más... En cualquier caso, disfrutar.

P. Es algo que seguimos haciendo.

R. Es algo que ha persistido en el tiempo y luego cada pueblo ha sabido celebrarlo de forma diferente. En Cádiz de una forma, en Sevilla de otra y en Soria de otra. La gente ha sabido hacer que perdure en el tiempo.

P. ¿Tiene más de pasado o de futuro?

R. Depende hacia donde lo enfoquemos. Ahora para mí tiende más a pasado que a futuro. Respecto al tema tradicional, la cultura rural, si no hay gente que le preocupe que esto continúe no lo hará. Los pueblos cada vez están cayendo más, es lo que llamamos España Vaciada. Si no hay gente que colabore, si no hay gente joven que son quienes pueden tirar de ello para que esto continúe, se acabará en lo que respecta al Carnaval tradicional.

P. ¿En qué han cambiado los disfraces de ayer y de hoy a su modo de ver?

R. La gente ha ido a lo más fácil, a gastarse 20 euros o más en un disfraz, cuando una persona se puede hacer un disfraz con cosas que hay en casa. Y un disfraz tanto mejor o más bonito que si compramos uno en la tienda o en unos almacenes, que no son, ni siquiera, fabricados aquí en España. Y desde luego que no es necesario ser un artista para hacérselo. Hoy en día los pueblos se han ido vaciándose de utensilios y vestimentas. Te hablo de un Carnaval tradicional, en el que lo fundamental es ir vestido con cosas antiguas y cuanto más viejas mejor.

P. Ha sido uno de los impulsores de la recuperación del Carnaval de Espejón. ¿Qué sentido tiene recuperar lo perdido?

R. Recuperando lo perdido se da valor a la cultura tradicional de los pueblos. En este caso en el pueblo de Espejón, que conserva un acervo cultural que pocos pueblos de la provincia de Soria tienen. Conserva todavía la jerarquía mozil, de mozos, con la elección de los alcaldes cada año (el día 28 de febrero de cada año), el pago de la cuartilla... Antes de cantar las marzas, los mozos se juntan, cenan y ahí se eligen los nuevos alcaldes. Un pueblo como Espejón que conserve esta esencia tan tradicional, con los mozos bailando a la Virgen, hay que continuarlo en el tiempo. No ya por bailar a la Virgen en los meses de mayo o junio, sino porque había más fiestas que ya se han perdido por la falta de gente. Con el Carnaval hemos querido que las mozas tengan también protagonismo.

P. ¿Hasta que punto refuerza la identidad de los pueblos la recuperación de tradiciones; como el carnaval antiguo en este caso?

R. Aunque he nacido en un pueblo a pocos kilómetros, pero ya de Burgos, todas mis raíces están en el pueblo de Espejón, con mis abuelos Victoriano, Benedicta, Salvador y Margarita. Y es por ellos para que esto no se pierde, y por mis padres, mis primos, mis tíos... Esto refuerza la identidad del pueblo porque la gente se une, el pueblo se abre al resto de localidades de al lado, de gente interesada en ello. Hay personas interesadas que desconocen que en una virgen bailan los mozos y en otra los casados, por ejemplo. Yo a mis hijos les intento inculcar todo esto para que vean que no solo hay vida en la ciudad, que en los pueblos también hay vida. Y lo refuerza de tal manera que si todos divulgamos esto a los hijos, amigos... al pueblo le hace grande; le hace que se no pierda...

P. ¿Qué es el Carnaval a la memoria de un pueblo?

R. Mira, hoy en día podemos poner en valor el Carnaval antiguo de Espejón gracias a la memoria y los recuerdos de gente mayor que nos ha dicho cómo era y nos ha ayudado en la recuperación de personajes.

P. ¿A qué le sabe a usted la palabra zarramaco?

R. Es una palabra que conozco de toda la vida. Todos los fines de semana de mi infancia yo estaba en Espejón y recuerdo los carnavales perfectamente, cuando el Domingo Gordo mis dos abuelas nos decían que nos vistiéramos de zarramacos, que ellas nos ayudaban. Zarramaco me recuerda ponernos un abrigo viejo y taparnos la cara con una boina o con un sombrero de mi abuelo. Y así salíamos todos los chicos a la calle, a pedir por las casas. La palabra zarramaco me recuerda a mis abuelas, Benedicta y a Margarita.

P. ¿Qué le hace más falta a los pueblos, gente o tradición?

R. Creo que van unidas de la mano las dos. Primero hace falta más gente; si la hay, la tradición puede continuar. Si no, mal. De hecho, nosotros estamos muy contentos: la parte fundamental de este proyecto de recuperar el Carnaval antiguo es que los mozos y las mozas hayan querido colaborar, porque ellos van a ser parte de que este carnaval de Espejón perdure en el tiempo y lo inculquen a sus hijos. Si sale bien persistirá en el tiempo, gracias a la gente joven y a todos los vecinos, claro.

P. ¿De qué se disfrazó usted la última vez que lo hizo?

R. La última vez fue de boy scout en las fiestas de mi pueblo.

P. Su primer recuerdo ligado a un carnaval.

R. El de ver a la Vaca Romera y nosotros los chavales vestidos de zarramacos, con abrigos, toquillas...

P. Vaya nombre para unas vacas, Romera y Berrenda.

R. Ha sido un descubrimiento. Yo siempre recordaba la Romera, que era de Espejón toda la vida, pero cuando nos pusimos a investigar para recuperar el Carnaval antiguo hablamos con la persona mayor del pueblo y nos dijo que había otra vaca, al Berrenda. Iba tapada con sacos y con una piel de vaca por encima, acompañada de cencerros, pero se perdió. No sabemos. En toda la comarca pinariega las vacas salían para el Carnaval. En cada pueblo tenía un nombre, pero en la mayoría creo que había una Romera. Y la Berrenda, pues será un nombre propio de allí de Espejón.

P. ¿Qué vaca o armazón de res se parece más a la otra, la de Abejar a la de Espejón o viceversa'

R. Pues es que no se parecen en nada. En los armazones sí, pero por fuera son completamente diferentes: la de Abejar blanca, con las cintas de colores y las de Espejón, una lleva una manta por encima y con unos lazos colgados alrededor, la Romera. Y la Berrenda luce una tela de saco y por encima la piel de vaca. Las dos llevan cencerros.

P. ¿Qué le augura al Carnaval antiguo de Espejón?

R. Le auguro mucha prosperidad y larga vida. Sí, sí. Con gente que quiera colaborar esto es vida para un pueblo. Los pueblos en verano están llenos y en invierno, vacíos. Tenemos que hacer que también se llenen en la época del frío, al menos los fines de semana, que tengan vida, porque la hay. Tenemos que hacer que esa vida sea para todo el mundo y se pueda ver lo que hay en un pueblo tan pequeño como Espejón.

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