Entrevista. Javier Hernández Ruiz
Javier Hernández: «La Celtiberia está llena de ecos que me llevan a lugares interesantes de mi imaginación»
Nació en un país imaginado al que regresa con asiduidad en forma de ensayo, cuento o lo que le place. Soriano de ocho apellidos, como gusta decir, entiende la Celtiberia como algo más de lo que fue, una seña de identidad, un valor seguro, un territorio de mestizaje, unos genes atávicos... Quién sabe si un día Patrimonio Mundial de la Unesco.

Javier Hernandez Ruiz
P. ¿Por qué viviría usted o no en la Celtiberia soriana?
R. Viviría allí porque me encanta, he vivido allí de niño y la patria más añorada cuando uno tiene una cierta edad es la infancia. Le llaman la España vaciada, pero de vaciada no tiene absolutamente nada. Está llena de patrimonio, ecocultural, con una naturaleza maravillosa y una variedad increíble, también propia de nuestra península, pero de allí se da de una manera clara. Y la Celtiberia está llena de ecos que, cuando has vivido y tienes cierta cultura, los vas encontrando. Ecos históricos, artísticos, tecnográficos en un territorio pleno de muchos elementos que me evocan y me llevan a lugares interesantes de mi imaginación.
P. ¿Qué ventajas encontraría en su día a día?
R. Depende. Entiendo que no es fácil vivir en una provincia despoblada, con escasez de servicios y comunicaciones. Pero sí las encontraría porque conforme uno va haciéndose mayor, valora los aspectos más sugestivos, más espirituales.. Podría haber carencias, como la falta de autopistas de la información que hay en algunos pueblos que conozco. Pero todo compensa porque, como digo, está llena de otras cosas que a mí me interesan más que las comodidades y desarrollos materiales que tanta gente los añora.
P. Con los romanos se viviría mejor...
R. A ver, yo no voy a hacer como en La vida de Bryan, decir qué han traído los romanos, además de las termas, las calzadas y demás; sería un poco ridículo. Hay que reconocer que Roma, y lo que significa en cuanto a desarrollo tecnológico, cultural y una serie de ventajas y avances, ahí está. Desde un punto de vista de la técnica, de ciertos elementos del progreso y de sistematización, los romanos han aportado cosas y hay que asumirlos como parte de nuestra cultura. Pero también es verdad que los romanos han legado un aspecto muy inquietante de la civilización occidental, que tiene que ver con la depredación, la falta de respeto por la naturaleza, esa conexión que los celtas sí tenían, y también una tendencia al poder, a las riquezas, a la apropiación de las mismas por encima de todo, y a la depredación en términos generales.
Por eso, no hagamos una opa hostil al legado de Roma, pero sí establezcamos que nos ha legado una tendencia depredadora y de falta de conexión con la naturaleza en sentido amplio que nos ha llevado a una cierta catástrofe que estamos viviendo de crisis y emergencia climática, que son consecuencia de esa conexión. Todos los indicios y conocimientos que tenemos manifiestan que las civilizaciones indígenas entendían que había una conexión con todo lo que nos rodea, algo espiritual y que no se podía romper la armonía.
P. Y digo yo... ¿qué harían los celtíberos con la Inteligencia Artificial?
R. Eso es muy difícil. Entiendo que si ellos siguen esta lógica de conexión con lo armónico serían menos disociados con lo que estamos viviendo ahora, cuando estamos experimentando esa disociación del yo que, por una parte está en esos mundo virtuales y por otra, abandonamos la naturaleza con esos paraísos artificiales. Creo que la civilización céltica y la celtibérica estarían más en armonía y utilizarían una IA más en conexión con la naturaleza. No se produciría esa disociación tan radical que estamos viviendo.
P. Tópica. ¿Tiene más Hernán de celtíbero o romano?
R. A ver, yo no renuncio... En el libro que coordiné como Javier Hernández Ruiz hablo de la Celtiberia como un territorio de las cuatro culturas y como un territorio de frontera y de síntesis y de mezcolanza, en el mejor sentido de la palabra. Yo no soy celtista, no creo que la Celtiberia se explique solo por lo céltico. Es muy curioso porque somos los únicos celtas documentados en la península ibérica, cuando otros se llevan la fama. Gallegos y asturianos que van de celtas y demás, más por leyenda que por realidad, no han escrito ni una sola palabra que acredite que son celtas. Los celtíberos sí, somos la segunda lengua pre-romana, céltica, más importante después del galo y, junto con el galo, la única que ha dejado textos escritos.
Dicho esto, asumo que en nuestro territorio ha habido una serie de sedimentos romanos, de hecho se produjo una civilización celtíbero-romana que ahí está; Numancia incluso. No renuncio a esos legados y tampoco al musulmán ni al hebreo, que son las otras culturas que faltan junto con la cristiana, por supuesto. Pero sí creo que hay que reivindicar esa parte céltica en la medida que supone esa nueva conexión con el mundo naturaleza y cosmos, que nos estamos alejando y estamos vilipendiando.
P. Dicho queda. ¿Pero qué hicieron mal los celtíberos para que, curiosamente, coincida aquel territorio con el más despoblado de hoy?
R. Creo que son parámetros complemente distintos. La Celtiberia, no solo en la época celtibérica, pre-romana, no es un territorio pobre. Soria en concreto y parte de La Rioja, eran unos de los sitios más avanzados que había en España en la Edad Media, porque había una riqueza ganadera que eran las merinas, como el petróleo de la época. Y eran la principal fuente de riqueza de Castilla. Esa idea de que los celtíberos eran pobres es del todo mentira. Tenían de todo lo que había en la época: agricultura, sal, agua, bosques, prados. Estamos hablando del siglo VI al I antes de Cristo, que es cuando dura el periodo celtibérico. Lo que pasa es que llegaron unos señores que tenían el Ejército más poderoso del mundo y con una civilización técnicamente muy avanzada y nos barrieron. Pero sí es cierto que la Cordillera Ibérica, que es donde se asienta la Celtiberia histórica, es un territorio que en los parámetros contemporáneos no ha entrado en las lógicas más desarrolladas. Se abolió la Mesta y se implantaron una serie de parámetros liberales que han sido la ruina total no solo de la Celtiberia de los celtíberos, sino de la Celtiberia comunal, de la Edad Media y demás... El liberalismo y todo lo que trajo fue nefasto para los territorios de la Cordillera Ibérica.
P. ¿Quién le llevó a ella, a esta Celtiberia que le apasiona?
R. Soy un niño que nace en Molinos de Duero, que vive en esa zona de la Ibérica Norte, en El Royo, por ejemplo, después en Medinaceli y que a los cinco años llega a una zona de la Aranda actual, de la Celtiberia zaragozana. Me preguntaba qué diablos hacía allí, aquello me parecía otro mundo radicalmente distinto al de Pinares y de El Valle. No había tantos bosques, se tomaba leche de cabra en lugar de vaca, la gente hablaba de manera un poco rara, porque me llamaban castellano, porque era como medio moro todo, con casas muy juntas de adobe y ladrillo.
Luego con el tiempo fui comprendiendo que esa mezcla de elementos era mi territorio, de la Celtiberia norte, entre célticos y cristianos y ese mundo mudéjar que me apasionó y cada vez me gusta más. Para mí la Celtiberia es esa mezcla de las cuatro culturas.
P. ¿Qué crisis es la que más le preocupa?
R. La crisis climática, sin duda. Creo que es la más grave, porque en ésa nos jugamos el planeta y nos lo estamos cargando. Es una crisis que viene provocada, en buena medida, por esa mentalidad depredadora que heredamos de Roma. Por eso soy tan militantemente de vuelta a esos valores que nos aportaron los celtas en general.
P. Y si fuera un celtíbero tribal, ¿cuál sería la más preocupante?
R. En aquellos momentos si conociera Roma me preocuparía por ella, porque serían los lobos que venían. En el libro de Relatos de la Celtiberia cuento la historia de un nombre mágico, lo que normalmente se llamaba en el mundo galo druida, que ve cómo cae Tiermes (uno de los últimos sitios importantes en caer ante las garras de Roma). Yo si fuera celtíbero temería a Roma.
P. ¿Qué les copiamos para ser una sociedad más justa y amable?
R. Está documentado, sobre todo por los estudios que han hecho los arqueólogos donde se pone de relieve que las propias necrópolis, que son muy reflejo de la sociedad, eran bastante igualitarias. No vamos a decir que fueran comunistas, ni mucho menos, pero sí que había un cierto sentido de no demasiadas desigualdades, aunque existían clases. Eran bastante más igualitarios, siguiendo una frase que se da mucho en Soria cuando se dice 'nadie es más que nadie'. Los celtíberos lo eran y lo manifiesta su cultura, en la que hay unos elementos morales, que tienen que que ver más con el valor, con el sentido comuntario. Las tierras de la cordillera ibérica, que no están sobradas de recursos, sí han tenido una tradición comunal potente, que se manifestó en la época celtibérica y en la medieval.
P. ¿Podía ser esta cuestión lo que más tenían en común los pueblos celtibéricos? Lo digo por encontrar un gen común al soriano...
R. Ya sabes que no soy muy fan de los provincianismo. Nací en Soria y me considero soriano de ocho apellidos, toda mi familia es de allí, de Tierras Altas, de Tozalmoro, de varios sitios... Soria tiene una peculiaridad y es que es muy celtibérica, porque es la única provincia entera de pleno en lo que era la antigua Celtiberia. Pero Soria es una invención de 1833, de Javier del Burgo, y tiene 150 años. No voy a entrar en las dinámicas provinciales. Me gusta más abrir el foco y hablar de la Celtiberia. Es un poco también lo que pasa en mi libro, en Los relatos de la Celtiberia, la gente piensa que es todo de celtíberos, cuando solo hay un cuento de celtíberos, que es el del druida que he dicho.
Los demás son del siglo XIX, XX y sobre todo XXI. Creo que la Celtiberia hay que verla en una secuencia histórica; no murió en los celtíberos; los visigodos tenían una provincia que se llamaba Celtiberia. Los árabes tienen otra zona, capital en la zona de Albarracín.
El tema de la Celtiberia trasciende la época de los celtíberos y entra en la Edad Media y es ahí donde quiero comentarte que una de las características y señas de identidad de la Celtiberia es el país de las mujeres y los hombres libres. Tuvo un grado de libertad reseñable en comparación con lo que había en la época, ese igualitarismo, esa defensa de la libertad y que eso, por una serie de circunstancias históricas, se prolongó en las extremaduras, los fueros...
P. ¿Quiénes son los Amigos de la Celtiberia, uno de ellos usted y fundador de esta asociación, y qué hacen?
R. Es una asociación que surgió en el año 2001, que creamos en un acto en Almazán y que tiene como misión rescatar esas cosas que vengo comentando aquí, todo el patrimonio de la Celtiberia y fomentar sus tierras y sus gentes, en un sentido positivo, no ahondando en un discurso derrotista de la España vaciada, sino poniendo en positivo las cosas que tenemos.
P. Experto en la Celtiberia, finalista del Premio de la Crítica en Castilla y León, dígame una razón por la que la Celtiberia deba ser nombrada Patrimonio Mundial de la Unesco.
R. Hablaría para empezar de que es el territorio de las cuatro culturas. No hay ninguno en Europa tan claro en que esté así: las tres culturas, cristiana, musulmana y hebrea y además la céltica, perfectamente documentada. Eso no se da en ningún otro sitio de Europa. Por eso deberíamos considerarlo, pero insisto es necesario que vayamos más allá de lo estrictamente céltico para ver un posicionamiento de sedimentación de culturas varias, de mestizajes y oportunidades. Eso es un territorio único.
Después, porque hemos perdido los trenes de la modernización, por eso mismo se han preservado muy bien muchos aspectos de tipo patrimonial, arte, arquitectura, etnografía, tradiciones... En ese sentido somos una auténtica relicto de los viejos mundos.
P. Alto objetivo cuando la gran seña de identidad que es Numancia no lo ha logrado hasta la fecha.
R. Es que Numancia, y lo escribía el otro día Carlos de la Casa, es un objetivo muy de aquí, un poco provinciano, con perdón. Es que Numancia no lo conoce casi nadie. Lo conocemos aquí en España porque el nacionalismo español lo ha erigido en un mito, ya desde Cervantes con su famoso drama, y sobre todo en el XIX con el regeneracionismo liberal. Pero Numancia no es un elemento famoso internacionalmente. Y sin embargo la cultura céltica lo es, es la prima Europa. Y si añades esas otras tres civilizaciones y las peculiaridades que tiene la Celtiberia geográficamente...
P. ¿Quiénes eran más 'nacionalistas', los celtíberos o los sorianos de nuestra época?
R. Soy profundamente antinacionalista. Si hubiera un partido celtibérico me borraría. Creo que los nacionalismo no han traído más que problemas. La Celtiberia, tal y como nosotros la entendemos, es profundamente antinacionalista en el sentido de que habla de un territorio de mestizaje, de frontera, de interacción, de culturas superpuestas y demás. Me abono a esa concepción. Son más nacionalistas determinadas visiones sorianistas, que me parecen de un provincianismo bastante limitado.
P. Habla en su Guía de la Celtiberia de un país imaginado. ¿Por qué un país imaginado?
R. Porque precisamente no tenemos ninguna vindicación de convertirlo en administrativo. Queremos que sea una patria del alma. A mí el nacionalismo que me gusta es el nacionalismo romántico de mi imaginación, pero no el que establece límites y fronteras. Imaginado voluntariamente y ojalá se quede ahí.