Heraldo-Diario de Soria
Carlos Soriano en la cocina junto a sus quince alumnas. / MANUEL BRÁGIMO-

Carlos Soriano en la cocina junto a sus quince alumnas. / MANUEL BRÁGIMO-

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ALMUDENA ÁLVAREZ / Palencia
Soria

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El objetivo es sencillo. Se trata de servir productos de la tierra a domicilio, cocinados por mujeres del medio rural con todas las garantías. Para hacer realidad esta idea la Federación de Mujeres Rurales  Fademur formó a 15 mujeres en dos cursos celebrados en la localidad palentina de Saldaña.

 

Forman parte de un proyecto piloto, financiado por el Ministerio de Agricultura Medio Rural y Marino (MARM) que ya ha dado sus frutos a nivel nacional con la puesta en marcha de cooperativas que sirven comida casera a domicilio en Almería, Tarragona, Badajoz y Ourense y que lo harán en breve en Saldaña.

Con estas cooperativas se pretende cambiar la realidad de las mujeres rurales, a través de iniciativas novedosas e innovadoras, «para que las mujeres podamos aprovechar las oportunidades que genera un nuevo modelo de mundo rural», explica la presidenta de Fademur en Palencia, Loreto Fernández. Creando cooperativas que presten un servicio de comida casera a domicilio se responde a las necesidades del medio rural, se crea empleo, se fija población, y se frena la despoblación, la tendencia al envejecimiento y la masculinización del mundo rural, agrega Fernández.

Pero, para poder emprender, primero hay que formarse y, por eso, estas mujeres se han empapado con todas las operaciones básicas de la cocina y los secretos del ‘catering’. «Porque no es lo mismo cocinar en casa que hacerlo en una cocina industrial y mucho menos lograr que la comida aguante en perfectas condiciones hasta llegar a su destino», apunta el profesor de cocina, Carlos Soriano.

Durante meses, ha explicado a sus alumnas las características de las dietas mas adecuadas a sus clientes potenciales, las personas mayores del entorno rural. Las alumnas han aprendido también cuales son los alimentos más apropiados y la mejor forma de cocinarlos en función de cada destinatario. Y, por supuesto, todo lo que implica su conservación y transporte, Cómo funcionan los equipos de isotermo, cuales son las condiciones para mantener una higiene perfecta o cómo evitar que la flora bacteriana se multiplique.

Con esta cualificación, podrán crear su propia cooperativa. Una iniciativa con mucho futuro porque «la gente en los pueblos no lleva bien lo de pagar para que le limpien la casa, pero sí tienen muy claro que han de pagar para comer», afirma Fernández. De hecho, entre sus alumnas ya hay tres cooperativistas que pretenden ampliar sus servicios de ayuda a domicilio con este servicio de comidas caseras. «Si todo va bien en septiembre estaremos llevando nuestra comida a quienes lo soliciten», apunta Asunta Lazcano, una de las alumnas del curso y socia de Lovepamur, la cooperativa de ayuda a domicilio que funciona en Saldaña desde hace tres años.

En principio se servirá a personas dependientes, residencias de ancianos y a todos los interesados en degustar comida casera. Pero no se descartan un servicio de ‘catering’ para celebraciones y colegios porque «creemos que el negocio tiene futuro», afirma Lazcano. Además, con el tiempo estas cooperativas pueden diversificar aun más sus actividades, ofreciendo servicios de lavandería, guardería o ludoteca…. «Seguiremos inventando en función de las necesidades y de la demanda, buscando alternativas acordes a cada momento», asegura la presidenta de Fademur.

El objetivo: la supervivencia del medio rural, dar oportunidades a las mujeres y, con ellas, aumentar la esperanza de los pueblos.

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