Heraldo-Diario de Soria

SOCIEDAD

Desahucios, la cara más amarga de la crisis

Jaime Muñoz Balcazar, desahuciado en Burgos. Ricardo Ordóñez / ICAL-

Jaime Muñoz Balcazar, desahuciado en Burgos. Ricardo Ordóñez / ICAL-

Publicado por
L. Sierra/ ICAL
Soria

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Desde que comenzase la crisis, centenares de familias han sido desahuciadas en la capital burgalesa. Sin datos oficiales, solo los aportados por asociaciones vecinales que ayudan a quienes corren el riesgo de perder su casa, cada vez son más los casos de personas que se ven obligadas a dejar su casa a los bancos al no poder hacer frente al pago de sus hipotecas o dejar de aportar un mes de la misma. Jaime es uno de ellos y el caso más reciente que hay en los juzgados de Burgos. Está al borde del desahucio por no pagar un mes su hipoteca.

Colombiano de nacimiento, Jaime Muñoz Balcazar llegó a Burgos hace 19 años y comenzó a trabajar en una empresa del sector de la alimentación. Durante años, los familiares de Jaime vieron con una sana envidia los progresos que su compatriota hacía en “esa ciudad del norte”, como el mismo explicó a la Agencia Ical. En Burgos se casó y en Burgos nacieron sus hijos, de corta edad. “Siempre quise un futuro mejor para ellos y por ello decidí comprar una casa en el barrio de Gamonal, en la zona de Fátima. En 2006 a todo el mundo le daban una hipoteca y a mí me dijeron que era muy fácil, pero nunca pensé en las consecuencias de aquello”.

Y así fue. Firmó un crédito de 150.000 euros y durante meses estuvo pagando cerca de 960 euros de hipoteca por el inmueble, que después se rebajaron a 650 euros mensuales. Primero llegó el crédito, después los muebles, los hijos y más tarde la temida crisis. Tras enlazar trabajos en fábricas de la capital con otros en la construcción, Jaime se vio en la calle con una mano delante y otra detrás, y dos bocas a las que alimentar. “Mi mujer se puso a trabajar en una casa y luego por las noches en otro lado, pero ni con esas a veces ha sido suficiente para todo”, confesó.

La falta de ingresos complicó el pago de su hipoteca. “Aunque tuve algún retraso en el pago, nunca se acumularon más de tres pagos porque hasta llegué a pagar dos seguidas cuando tuve la oportunidad”. No fue suficiente. Durante el mes de enero acudió a la entidad a pagar un retraso y allí mismo le dijeron que mientras siguiese pagando “no pasaba nada”. 

Pago y subasta

Jaime se siente “engañado”. Se enteró de la apertura del proceso tras recibir una carta del juzgado tres días después de haber efectuado un pago de 1.300 euros correspondientes a dos meses de hipoteca. La misiva le informaba de lo que el entendió como “una pesadilla”, su casa se subastaría el 9 de febrero en los juzgados de la capital burgalesa a las 9 horas de la mañana si no hacía frente al pago adeudado de 4.900 euros. Tal y como explicó Jaime, “el banco pretende quedarse con la vivienda” y está en el derecho de demandarle el 40 por ciento de lo que debe al banco. A su juicio, “una estafa en toda regla”.

“Me ofrecí a pagar pero el banco no ha querido llegar a un acuerdo”, subrayó emocionado. Teme que su vivienda, tasada en 105.000 euros pase a manos de la entidad y le quede una deuda de 50.000 euros que deberá satisfacer a consecuencia de lo que entiende como “una de las peores leyes que hay hoy en España”.

Jaime nunca podrá olvidar la mañana del 9 de febrero de 2012. Acudió a la subasta de su piso, arropado por medio centenar de personas que acompañaron a Jaime en su peregrinar portando carteles contrarios al “abuso de los bancos” y gritando consignas como “este desahucio lo vamos a frenar”. Entró preocupado y salió más, aunque nadie pujó por su piso y, por tanto, ya se encuentra en manos de la entidad financiera.

Una ley “injusta”

Sergio Mikó, guineano y residente en Burgos desde hace 20 años, acompaña a Jaime en su lucha. Hace dos meses pasó por la misma situación y entiende como nadie su preocupación. Sus casos son similares: una oleada de paro, retrasos en el pago de la hipoteca, carta y subasta. “Una auténtica pesadilla de la que no hemos despertado”, declaró Mikó. En su caso, la entidad financiera con la que contrató la hipoteca se ha quedado con su piso y le ha dejado quedarse en su casa a cambio del pago de un alquiler. “Después de haber pagado casi la mitad del piso, ahora me dicen que me lo dejan en alquiler para que abone lo que les debo pero el piso ya nunca será mío”.

El ministro de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, declaró hace apenas unos días en una comisión en el Congreso de los Diputados que la intención de su Gobierno es ponerse en contacto con la banca para buscar sistemas que reduzcan el coste social de la crisis en forma de desahucios y embargos. Según avanzó el titular de Economía, se estudiarán fórmulas “abiertas” para reducir la oleada de desahucios que se han producido desde el año 2009.

Pese a que el Gobierno ha hecho intenciones de modificar la Ley de Desahucios y frenar el drama que viven miles de familias en España, quienes lo padecen estiman que es una “ley injusta que va a por el pobre y protege a los bancos”. Con la mirada perdida y la angustia de no saber dónde dormirá su familia mañana, Jaime confía en la justicia divina porque los Gobiernos a los que ha votado durante años no le están ayudando, lamenta.

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