Dos detenidos por comprar y revender móviles robados en la capital

La Guardia Civil ha detenido en la capital a dos personas - W.A.S. de 27 años y N.A. de 20 años de edad- como presuntas autoras de un delito de receptación y adicionalmente de un delito relativo al mercado y los consumidores. Les ha intervenido 7.925 euros y numeroso material informático y de telefonía móvil, según informaron fuentes de la Benemérita.

Los hechos se remontan al pasado mes de junio, cuando se denunció la sustracción de un teléfono móvil de última generación. El Área de Investigación del Puesto Principal de Alfoz de Burgos abría una investigación, que dos meses después daba sus frutos al localizar e intervenir el terminal móvil.

Esclarecido el hecho y recuperado el teléfono, ante la sospecha de que pudiera existir un entramado de compra/venta de teléfonos de procedencia ilícita (robados o hurtados), los investigadores siguieron con las pesquisas, que les llevó hasta dos comercios de la capital, dando lugar a la Operación Halconera. En uno de ellos se comprobó que se vendían teléfonos nuevos y de segunda mano, supuestamente de procedencia ilícita, mientras que en el otro, se realizaba el desbloqueo y “lavado del IMEI”.

Con la información obtenida en estos meses, gracias a las numerosas vigilancias discretas a las que se sometieron los locales, el pasado 3 de febrero se registraron ambos establecimientos bajo mandamiento judicial en presencia de las personas que los regentaban, que fueron detenidas. Se ha intervenido numeroso material informático y telefónico, este último sin documento que ampare su legal compra o procedencia. Destaca un elevado número de tarjetas de móviles ocultas en falsos huecos y así como programas para el “lavado” del IMEI de los móviles (manipular el número de matrícula del teléfono sustraído dándole uno nuevo para no levantar sospechas de su ilícita procedencia).

Modus operandi

Ambos responsables de los comercios actuaban en connivencia. Uno adquiría terminales de dudosa procedencia, tanto nuevos como de segunda mano, que posteriormente ponía a la venta. Adoptaban rigurosas medidas de seguridad ya que si dudaban del comprador pretextaban no tener el modelo solicitado, prefiriendo perder un cliente a ser descubiertos.

Efectuada la venta les enviaban al otro local, donde se realizaba el desbloqueo del terminal y a la par les cambiaban el número de IMEI, dificultando así el seguimiento y localización del móvil, todo ello con desconocimiento total por parte del comprador

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