Heraldo-Diario de Soria

ENTREVISTA A JAVIER IGLESIAS, PADRE DE PABLO IGLESIAS

«Mi hijo está ahora más contenido, cada vez que habla mide lo que dice»

Padre del líder de Podemos. Participa de forma activa en la formación morada en Zamora. Es inspector de trabajo y profesor de historia jubilado.

Publicado por
José Luis Cabrero
Soria

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Javier Iglesias Peláez (Madrid, 1954) sigue de cerca la marcha de Podemos, no solo porque el líder nacional es su hijo, sino también porque forma parte activa de la organización en Zamora, ciudad en la que reside. Un año después de la elección de Pablo Iglesias como europarlamentario mira hacia atrás y analiza la situación actual del partido.

Pregunta.- Hace un año que su hijo Pablo Iglesias fue elegido europarlamentario ¿Le ha visto cambiar en este tiempo?

Respuesta.- Le he visto muy serio, hiper responsabilizado y lo entiendo perfectamente porque de repente se ha convertido en un personaje al que siguen millones de personas y a las que no puede decepcionar. Se ha convertido en la encarnación de un proyecto y eso crea una gran responsabilidad, precisamente por eso, cuando le oigo hablar noto que ha cambiado en la espontaneidad de las primeras tertulias, el sentido del humor, la ironía. Está más contenido, más serio, y cada vez que habla está midiendo lo que dice.

P.- Ha cambiado su forma de ser. ¿Percibe en él algún síntoma de endiosamiento?

R.- En absoluto. No, para nada. Como padre, lo que sí es cierto es que impresiona ver como tu hijo se convierte en tan poco tiempo en un ídolo de masas. La última vez que le ví fue en Zamora, cuando vino a dar un mitin antes de las municipales, y fue una experiencia sorprendente ver la gente que le seguía. Pero los que estuvimos con él, los que nos sentamos a su lado, tanto en el mitin como antes y después, vimos al Pablo Iglesias simpático y cercano de siempre.

P.- Tuvo esos días la oportunidad de estar muy cerca de él, cómo se comportó, como cuando era un desconocido que venía a Zamora a ver a sus amigos.

R.- Exactamente igual. Estuvo en casa, con la gente que le acompaña y con algunos amigos, preparando el mitin, y era el de siempre. Le contemple sentado desde la escalera, cuando estaba con sus colaboradores, y era el mismo Pablo del pasado, un tío muy normal, muy trabajador, que escucha y que habla con los demás sin ningún tipo de aire de superioridad. Lo que pasa es que luego, sobre los escenarios se transforma, y sale a relucir el Pablo Iglesias que tiene un gran magnetismo, una gran capacidad de atracción y convencimiento.

P.- Cuando su hijo se convirtió en toda una celebridad aseguró temer por él. ¿Sigue teniendo ese miedo?

R.- Claro que lo tengo, como padre es normal, Pablo se ha convertido en un personaje público que despierta muchas simpatías, pero también muchos odios, y es normal que tenga miedo por su integridad.

P.- Cree que ese peligro es real, que su vida corre peligro.

R.- Este país es como es, es un país cainita, y no hay más que repasar la historia de España para comprobarlo. Y además, hay locos capaces de cualquier cosa. Por otro lado, está la presión que ejercen los medios de comunicación, que le dedican por lo general un trato feroz. Los grandes periódicos son unánimes a la hora de criticarlo y salvo algunas excepciones en diarios digitales, el resto protagonizan ataques mediáticos casi a diario. Pero el temor mío con Pablo es que necesita protección, porque hay mucho loco por ahí y estas campañas de odio que encienden los medios, en determinados cerebros pueden hacer muchísimo daño. Cuando he visto las cosas que dicen los que se concentran en manifestaciones anti-Podemos, uno siente miedo y piensa que sí es necesario protegerse.

P.- ¿Le ve con ánimos de seguir en la brecha?

R.- Por supuesto que sí, aunque no mucho tiempo, ya lo ha dicho. Repite y es consciente de que esto es una cosa temporal. Yo lo veo como mucho ocho o diez años y después volverá a su verdadera vocación que es la enseñanza. Es una experiencia preciosa, se la envidio como no, tiene que ser muy enriquecedora, ahora esto es una parte de la vida. Se puede seguir haciendo política de otra manera, sin necesidad de estar en primera línea, porque tiene que ser agotador. Llegará un momento, en una legislatura, en dos como mucho, que pensará en volver a su trabajo y abandonará la primera línea de la política nacional.

P.- ¿No percibe en él un cierto desgaste? ¿Ha perdido frescura?

R.- No es desgaste, lo que hay es su sentido de la responsabilidad, que le hace ser más serio, que le ha quitado la frescura que tenía al principio. Se le ve que se contiene, que no puede decir todo lo que le apetecería decir en circunstancia normales porque es portavoz y representante de un movimiento como es Podemos. Y eso tiene que ser agotador para él. Pablo tiene una espectacular capacidad de trabajo, mucho mayor que la mía, pero esa actividad frenética que soporta tiene que cansarle. Yo se lo noto cuando le transmito por teléfono las cuestiones relacionadas con Podemos en Zamora, que prefiere no escucharme y hablar de cualquier otra cosa porque quiere desenchufar.

P.- ¿Cómo le han afectado las crisis internas de Podemos?

R.- Discusiones internas, sensibilidades distintas que discuten se les puede llamar mejor. La marcha de Monedero yo creo que le ha afectado menos de lo que yo pensaba. El lo ha entendido y cree que puede hacer un papel mejor como militante de base que se dedica a pensar. Podemos es un movimiento con muchas sensibilidades distintas que en ocasiones chocan, cuando se habla de si debe ser más asambleario o si debe responder más a un aparato perfectamente engrasado que sea capaz de afrontar las elecciones, si hay que hacer o no reivindicaciones como la renta básica.

P.- ¿Y cuál es su opinión sobre la renta básica?

R.- Creo que está francamente bien, pero no creo que sea el momento de meterlo en un programa electoral con carácter inmediato. No es el momento ni es tan sencillo. Podemos es un movimiento que quiere llegar a la mayoría de la opinión pública y hacen falta años de preparación para que la gente se convenza de que puede ser una posible solución, no solo para evitar la pobreza extrema sino para ofrecer a los trabajadores una herramienta que les permita negociar unas condiciones de trabajo más dignas de las que en este momento existen. Me parece perfecto que se hable de ello pero no para el programa de noviembre, quizá para dentro de cuatro, cinco o seis años, como un objetivo a conseguir.

P.- Usted lo ha planteado como uno de los motivos habituales de discusión, ¿Hasta qué punto se puede o se debe mantener el carácter asambleario de Podemos?

R.-Yo creo que ese carácter asambleario no lo debe perder nunca pero hay que saber que las herramientas se utilizan de una forma u otra en función del objetivo inmediato. Quizá hay que tener en cuenta que, de cara a las próximas elecciones, es importante que funcionen las estructuras que dio la organización en la asamblea de Vistalegre.

P.- ¿Y cómo ve la marcha de Podemos?

R.- Bien, bien, mejor de lo que se podría haber pensado. Las elecciones europeas se podían interpretar como una sorpresa, por el enorme enfado que había en los ciudadanos, pero por cómo han ido evolucionando las cosas, tanto en las encuestas como en las urnas, tenemos que estar muy satisfechos. En un año se ha conseguido que una fuerza nueva se haya implantado organizativamente en todo el país. Cuando sean las elecciones, la disputa va a estar entre el PP y Podemos. No quiere decir que se vaya a acabar el PSOE, pero sí confío en que los socialistas de buena fe, y más viendo lo que vemos, terminen votando en gran mayoría a Podemos, que es la gran opción del cambio y más viendo el odio que los otros despliegan hacia la organización.

P.- ¿Qué enseñanza se ha sacado del resultado de las elecciones municipales?

R.- Hay algunos sitios que han llamado mucho la atención, como Madrid o Barcelona, donde las candidaturas de unidad popular han funcionado muy bien y demuestran que el carisma y el liderazgo hacen falta y ha sido determinante. De 29 capitales de provincia con más de 100.000 habitantes, en 23 de ellas en las elecciones autonómicas tiene más votos Podemos que las candidaturas de unidad popular. Eso quiere decir que hay más alternativas que esa. Desde mi punto de vista hay que avanzar hacia la unidad popular pero sin perder la ventajas que tenemos y una de esas ventajas es la marca Podemos, que está funcionando muy bien y después de un año sigue siendo una ilusión para muchísima gente, y eso no se debe perder en una coalición de siglas.

P.- ¿Por mérito de Podemos o demérito de la clase política?

R.-Por las dos cosas, probablemente. Mucha gente estaba esperando algo así porque lo que había no estaba funcionando.

P.- ¿Teme que en estos meses hasta las elecciones se pueda vislumbrar que Podemos no es tan efectiva como dice, cuando toca el poder?

R.- Podemos tiene que salir a las próximas elecciones con toda la fuerza y con toda la imaginación que tenga, pero también con un cuidado exquisito para no meter la pata en aquellos lugares donde tiene el gobierno. La barbaridad de Zapata y lo que ahora pretenden con Rita Maestre no tiene ningún sentido, es una aberración, pero salen como una legión. A mi es una cosa que me rebela.¿No hay nadie que piense de otra manera?

P.- ¿Teme ese desgaste?

R.- No lo temo pero sé que se va a producir. Van a estar absolutamente encima de cualquier cosa porque se les ha abierto el suelo bajo los pies.

P.- ¿Quizá porque Podemos ha creado también muchas expectativas?

R.- Creo que no, el programa de Podemos es una cosa bastante razonable. Otra cosa es la expectativa que la gente se haya realizado en su cabeza. Hemos tenido un 15% en las elecciones autonómicas y municipales, se han ganado algunas grandes ciudades, pero sería de tontos creer que con eso se ha ganado. Esto no es más que un paso y ahora van a venir los otros con toda su artillería, pero ahí está la inteligencia de la gente de Podemos. Inteligencia que no es solo resistencia, no es el momento de una guerra de trincheras, hay que salir a ganar y estar preparados para no cometer errores.

P.- Aunque usted forma parte de Podemos ¿le ha gustado el triunfo de IU en el Ayuntamiento de Zamora?

R.- Pues claro que sí. Ni siquiera éramos competidores pero aún siéndolo me hubiera hecho ilusión porque Guarido es amigo mío. Ha sido un triunfo para el que han tenido que juntarse muchas cosas pero es una satisfacción histórica. Ha sido necesario el destrozo del PSOE y una gestión catastrófica del PP para que en una ciudad tan conservadora como es Zamora haya ganado Izquierda Unida. Ocho concejales y Guarido alcalde es algo increíble. Y solo me queda decirle a Guarido: «Te lo mereces, te lo mereces».

P.- ¿Cómo lleva tener el ‘corazón partío’, porque siempre ha estado cerca de IU?

R.-Pertenecí a IU desde su fundación. Espero que sean suficientemente inteligentes los compañeros de IU para que no tengan ese patriotismo de siglas y puedan sumarse a las posiciones de Podemos. El ofrecimiento de Garzón a la unidad popular se parece demasiado a la suma de siglas, y eso sería un error, porque no sumaría, restaría. La gente más consciente, la buena gente de IU, para este momento concreto y preciso de la historia del país, tendría que apoyar a Podemos porque es la verdadera alternativa. Ojalá.

P.- ¿Apuesta por la integración de IU en Podemos?

R.-Vamos a ver qué pasa. Podemos, aunque se ha dado la forma de un partido político para las elecciones, no lo es en el sentido tradicional, no se le pide una integración sino que hay que pensar a quién hay que votar en este momento y por quién hay que hacer campaña. Que quieren estar en las candidaturas, que son abiertas, sería estupendo. Desde mi punto de vista hace falta mucha generosidad y mucho talento político y no sé si en todos los casos se da.

P.- ¿Qué vaticina para las generales?

R.-No lo sé. Tengo 61 años y no soy precisamente un optimista. Me encantaría vaticinar el triunfo de Podemos pero no lo tengo tan claro, ojalá se pueda, hay que intentarlo en todo caso. Si alguna posibilidad hay que de esto cambie es por un triunfo de Podemos. Contesto con toda la sinceridad que puedo, de corazón, pero el triunfo de Podemos es muy difícil.

P.- ¿Se atreve a dibujar un escenario político para después de las elecciones?

R.- Lo único innegable es que Podemos es la única alternativa al PP y la única fuerza que puede dirigir el cambio. El PSOE no está dando el correspondiente do de pecho y se podría convertir en tercer partido, pero ¿con qué fuerza? No lo sé. Habría que ver si el PSOE podría ser el partido capaz de apoyar a Podemos para descabalgar al PP del poder. Si el PSOE, por el contrario, sigue como segunda fuerza política, solo pondrán parches para que el sistema tal y como lo conocemos actualmente siga tirando para adelante.

P.- ¿Y Ciudadanos?

R.- Ciudadanos ha sido una operación muy clara de hacer una posible alternativa para gente desencantada del PP y no perder esos votos. Por eso digo que no es rival, desde el punto de vista de quitar apoyos a Podemos. Son un partido más de derecha neoliberal.

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