Heraldo-Diario de Soria

VALLADOLID

Palés ecológicos con menos plástico

La empresa Todo Embalaje desarrolla un nuevo tipo de film estirable manual que reduce el volumen de compras de embalaje / El producto dispone de más metros de material por bobina / Es fácil de usar y genera menos residuos

Javier Cordova y Juan Martí, director de Operaciones y director general de Todo Embalaje, respectivamente, en las instalaciones de la empresa en Aldeamayor.-J. M. LOSTAU

Javier Cordova y Juan Martí, director de Operaciones y director general de Todo Embalaje, respectivamente, en las instalaciones de la empresa en Aldeamayor.-J. M. LOSTAU

Publicado por
E. L.
Soria

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Las ocho de la mañana. Una calle repleta de supermercados. Varios camiones de mercancías descargan productos que en un par de horas los clientes comprarán para abastecer sus hogares. Palés de leche, aceite, detergente, conservas... llenarán las estanterías, pero antes los reponedores tendrán que desembalar el género. Quitarán el plástico y lo tirarán a la basura. Una acción que los trabajadores de los establecimientos realizan cada vez que llegan pedidos. Nada llama la atención, sin embargo, hay un material que protege durante el transporte. Ese el film de plástico.

Hay de varios pesos, longitudes y calidades y eso repercute en el precio. Sea como fuera, es un elemento que supone un desembolso importante para las tiendas. Por este motivo, cualquier acción que vaya encaminada al ahorro estará bien vista por ellas. En este sentido, la empresa vallisoletana Todo Embalaje ha desarrollado Slimcore, un tipo de film estirable manual que reduce el volumen de compras de embalaje y dispone de más metros.

Las bobinas para enfardar palés se venden en 23/30 micras que, en ocasiones, aumentan por falta de un control del espesor dinámico. No obstante, existe un proceso «muy burdo» que, a través de procedimientos mecánicos, se reduce el plástico hasta las 8 micras, explica Juan Martí, director de la firma, quien expone que la innovación de su equipo se basa en lograr comercializar un siete micras directo de las máquinas extrusoras, con lo cual tiene intactas sus capacidades mecánicas, ópticas y de sujeción.

«Genera un ahorro económico del 18% y una reducción de plásticos del 28%. A esto hay que añadir que se vende en bruto con neto con un mandril de cartón de entre 700 y 900 gramos, lo que genera muchos menos residuos e ineficiencias para el cliente», sostiene. Y es que, tal y como expone, el proyecto reduce el tubo de cartón «a la mínima expresión».

El nuevo material evita mermas de plástico y permite consumirse de forma íntegra. Además, no necesita aplicadores de plástico para su manipulación y facilita la gestión de residuos, cuenta Martí. El tiempo se reduce porque hay más metros por bobina. De esta forma, se aumenta la cantidad de palés que se pueden enfardar con cada unidad.

La novedad, en la opinión del director general de Todo Embalaje, reside en que «nadie» antes se había atrevido a intentarlo debido a las dificultades de producción que conlleva tanto en maquinabilidad –propiedad de los materiales que permite comparar la facilidad con la que pueden ser mecanizados por arranque de viruta– como en que soporte la presión de los metros de film. Para ello, este equipo, que tiene su base de operaciones en la localidad vallisoletana de Aldeamayor de San Martín, ha tenido que diseñar una máquina especial y ha trabajado «mucho» en los ajustes. Además, junto con Alpesa –su partner–, ha conseguido que «solo 100 gramos» resistan lo mismo que 700. Eso sí, puntualiza que esto se debe al uso de materiales de mayor calidad y gracias a una combinación adecuada.

Durante el proceso, los investigadores han intentado buscar la eficiencia máxima y generar valor para la sociedad y el cliente. «Va en contra de la línea general de aumentar el peso del mandril que engaña al cliente. Nuestra opción es más honrada, eficiente y le da al cliente lo que realmente compra», opina Martí, antes de añadir que es un producto manual que ayuda a su óptimo aprovechamiento por parte del personal.

La nanotecnología ha sido su aliada. Gracias a ella, han podido extrusionar el plástico en lugar de a las convencionales tres o cinco capas que logran las empresas más avanzadas de España, a las 23, con el aumento de la punción por las uniones entre capas y las «inmensas posibilidades» de formulación.

La idea surge de la necesidad de unir las ventajas de las bobinas tradicionales y del Coreless. «Nuestra filosofía de trabajo es optimizar el coste de embalaje al cliente, mediante ingeniería de procesos, luchando siempre por trasformar la eficacia en eficiencia», expone el director general de Todo Embalaje.

Son los únicos del mercado que cuentan con un material de estas características, que reduce «ingentes» cantidades de residuo. Además, no se van a quedar ahí. En un futuro van a intentar llevar esa reducción en el film automático en bobinas de 17 kilogramos a 400 gramos, frente a los 1.800 actuales. Para la consecución de esa meta están ultimando la compra de 5.000 metros cuadrados, en los que van a construir una nueva fábrica, que esperan que esté operativa en noviembre.

Esta empresa, que exporta a Marruecos, Francia y Argelia, cuenta con una política laboral en la que el salario de las mujeres es «ligeramente superior» al de los hombres. También tienen instaurado que nunca se trabaje los viernes por la tarde y apuestan por una plantilla estable: «El 77% de los trabajadores es fijo y el resto aún no ha cumplido seis meses en la empresa, pero cuando lo haga acabará sumándose al equipo». Si obtienen beneficios con respecto al año anterior, subraya, entregan una paga extra. Todo esto ha llevado a que la Facultad de Comercio de la Universidad de Valladolid (UVA) les haya reconocido hace unos días con el premio a la mejor empresa industrial en los tradicionales galardones del Certamen Empresario del Año.

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