Heraldo-Diario de Soria

PERSONAJES ÚNICOS / JOAQUÍN TERÁN

El centinela de la salud nocturna

Este doctor estudia cómo cuantificar la cantidad de sueño que tiene una persona a través de la posición, la luz, el movimiento y la temperatura. Representó a España en la CE para elaborar la directiva comunitaria que regula la conducción, somnolencia y accidentalidad.

El neumólogo santanderino Joaquín Terán en la Unidad del Sueño del Hospital Universitario de Burgos.-ISRAEL L. MURILLO

El neumólogo santanderino Joaquín Terán en la Unidad del Sueño del Hospital Universitario de Burgos.-ISRAEL L. MURILLO

Publicado por
E. L.
Soria

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Pausado, elegante y con sentido del humor. Este licenciado en Medicina es conocido por velar el sueño de los burgaleses. Nació en el seno de una familia humilde y decidió vestir bata blanca por una mezcla entre servicio a los demás y que era de las pocas carreras que podía cursar en su tierra, Santander. Joaquín Terán no se arrepiente de ello. De hecho, es feliz. Aunque se especializó en Neumología en el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla, pronto se enamoró de la asistencia ventilatoria.

Cambió una estancia en Stanford por la ciudad del Cid, en la que, en principio, se iba a quedar «seis meses», sin embargo, la visita se ha alargado más de 30 años. Ahora se siente un burgalés más. Eso sí, no siempre fue así. Reconoce que recién aterrizado el modelo de ciudad «se me quedaba pequeño» porque no tenía el horizonte del mar. Cuenta que muchas tardes cogía el coche y se plantaba en Santander. Ahora, se ha acostumbrado al olor a tierra y no lo cambia por nada del mundo.

Desde su posición de coordinador de la Unidad del Sueño, considera que el Hospital Universitario de Burgos (HUBU) ha evolucionado «mucho»: «Al principio, era un hospital-hotel, pasabas consulta y los pacientes nunca estaban porque se habían ido a Valladolid o Santander a hacerse pruebas. Ahora el desarrollo tecnológico es mucho mayor», añade.

Su actividad está ligada al estudio y trabajo en el campo de la medicina del sueño. Una parcela en la que, tal y como comenta, necesita tocar otras disciplinas para profundizar en los trastornos que tienen lugar durante la noche. Por este motivo, manifiesta que es «fundamental» la investigación que se hace todos los días y a todas las horas. «Cada vez que respondes a una pregunta o generas un cambio en una práctica ya estás investigando».

Con su equipo, formado por 16 personas, trabaja en varios temas. El área prioritaria es la patología del sueño en niños: apneas, obesidad y la evolución de los trastornos de la respiración durante la noche. En este punto, afirma que la obesidad es una de las causas más importantes en la producción de trastornos respiratorios y también cómo la alteración de la estructura del sueño favorece la aparición de obesidad.

Joaquín Terán también ha contado con el privilegio de formar parte de la comisión de expertos europeos que ha desarrollado la directiva comunitaria que regula los aspectos relacionados con la conducción de vehículos, somnolencia y accidentalidad. En su opinión, la pesadez y torpeza de los sentidos motivadas por la falta de sueño representa «un porcentaje importante» de las causas que provocan accidentes de tráfico. Y, además, el doctor cántabro va más allá: «El síndrome de apnea del sueño es la primera condición, pero es limitable y tratable». Un tratamiento que ha cambiado mucho en todo este tiempo tanto en aparatos respiratorios como en mascarillas.

En su día a día, los investigadores de la Unidad del Sueño se dieron cuenta de que muchos de sus pacientes les decían que tenían mucho sueño y se propusieron cuantificar ese sueño. Ahora en colaboración con otros grupos quieren desarrollar un sistema de monitorización basado en la temperatura, la luz, la posición y el movimiento que mida la cantidad de sueño.

Pero, ¿por qué es tan importante dormir ocho horas? Expone que es necesario mantener un ritmo de sueño que permita que se produzcan las diferentes fases, así las personas podrán aprovecharse de la función biológica, no sólo de la reparadora del cerebro, sino de la cardiovascular, metabólica, inmunológica, entre otras. «Tiene un gran impacto tener déficit de sueño y esto está presente en el 30% de la población en España».

Su rutina gira alrededor de sus pacientes, pero también dirige tesis doctorales. Además, es presidente de la Asociación Española del Sueño y vocal de la Asociación Europea del Sueño. El Hospital de Burgos es su centro de trabajo, pero ha viajado a otros países para aprender cómo se trabaja fuera de España. Al principio de su carrera, hizo una estancia formativa en Reino Unido para trabajar en sistemas respiratorios para pacientes con enfermedades como Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA) –una enfermedad que degenera los músculos implicados en el movimiento voluntario– o distrofia muscular de Duchenne, que consiste en que los músculos van perdiendo sus funciones de manera progresiva.

Terán opina que la investigación y la innovación en Castilla y León están «verdes» ya que se trasmite conocimiento pero «no hay un apoyo decidido». «La gente que se dedica a esas parcelas es gente normal que no sólo investiga, sino que también ve pacientes y observa los problemas que se le plantean en la consulta», explica el cántabro, quien lamenta la inexistencia de un área específica que sirva para dar soporte y credibilidad. «Parece que el que investiga está en la esquina de pensar sin hacer nada y está trabajando. De hecho, me atrevería a decir que es difícilmente asumible hacer una buena actividad, sino investigas», zanja.

Para el coordinador de la Unidad del Sueño del Hospital Universitario de Burgos, la sociedad sí que premia la investigación, pero «no existe una verdadera implicación social». En este punto, dice que las personas se unen para apoyar a un equipo de fútbol, pero no para luchar por financiación para un grupo que ha perdido un proyecto y no tiene dinero para continuar con su investigación. Pone como ejemplo que durante su estancia en Chicago era muy común encontrarse en las paradas de autobús anuncios con proyectos que se financiaban a través de sistemas de crowdfunding. «La gente de la calle se implicaba y eso no sucede en España». Por este motivo, considera que es necesario crear «un cultura investigadora» que no se consigue de un día para otro porque tiene que basarse en formación, recursos, trayectoria y una corresponsabilidad social.

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