Preocupante pero aún reversible

la evolución del cereal en la provincia de Soria, donde esta campaña se han sembrado 104.000 hectáreas de trigo y 92.000 hectáreas de cebada (avances de superficie de la Junta de Castilla y León de enero de 2017), depende mucho de la fecha de siembra que se retrasó en muchos casos por la falta de lluvias de octubre. En general, el cereal necesita agua en todas las comarcas agrarias, desde Arcos de Jalón a Tierras Altas, pasando por Campo de Gómara, Almazán, Soria y Burgo de Osma. Por ello, las lluvias o nieves que puedan venir en este mes de marzo supondrán un alivio para el campo. Lo malo es que para la semana que hoy comienza no hay previsión de precipitaciones.

Pablo Ayllón, técnico de la Alianza UPA-COAG de Soria, explica que «la situación es reversible, porque el cereal es una planta muy flexible. Pero no deja de ser preocupante porque no tiene buena pinta». «La temperatura no es lo más grave, sino la ausencia de precipitaciones. La campaña va con retraso y la planta sale débil del invierno seco y frío, con la planta deshidratada y el terreno hueco y esponjoso, por lo que precisa precipitaciones que aprieten la tierra porque el estar más suelta la raíz queda al aire. Las precipitaciones arreglarían este problema», indica.

Además, el técnico indica que al campo en estas fechas le vendría muy bien la nieve, porque «se asegura bodega». Eso es que el agua se guarda en las capas más bajas de la tierra de donde la coge la planta cuando no hay humedad en las capas más superficiales. Eso también vendría bien para el girasol, que se plantará en mayo. Pablo Ayllón resume que el cereal de invierno se sembró más tarde, porque en octubre no llovió y que ha habido pérdida en los casos en los que no ha habido nascencia o debilidad en las plantas que han nacido. No se han presentado muchos partes a Agroseguro, sino que «alguno esporádico por no nascencia. Esperamos que la situación vuelva a su cauce con las precipitaciones...», concluye.

José Ignacio Marcos Fuentemilla, técnico de Asaja en la zona de Almazán, indica que hay una «normalidad relativa». Mientras que el trigo y la cebada de ciclo largo no presentan problemas de nascencia y desarrollo, la cebada de ciclo corto que se sembró después no tiene tan buen aspecto y ha tenido dificultades en los primeros ciclos. El tempero para las siembras que se realizaron más tarde, en cebadas de ciclo corto, ha sido bastante malo en general y ha faltado humedad, por lo que la nascencia está siendo irregular. «Los agricultores están pasando ahora el rodillo para quitar la costra», indica el técnico de Asaja.

Las plantas con problemas de nascencia están más débiles y presentan retrasos en el estado vegetativo. Marcos Fuentemilla indica que la falta de precipitaciones en estos meses podría causar otros problemas en cultivos como el girasol, que se planta en mayo. «Es muy necesario que venga agua en invierno para que la planta de girasol tome agua de las capas más profundas», explica el técnico.

Desde Copiso, José Antonio Gonzalo, técnico del departamento de agricultura, explica que la campaña se está desarrollando con normalidad. «En principio la situación está bien, pero falta agua, esperamos que las lluvias de estos días mejoren la situación», añade.