Educación trasladará a después de Semana Santa las vacaciones escolares

Elaborar un calendario escolar a gusto de todos –padres, profesores y alumnos– se antoja complicado. Una vez que Castilla y León ha decidido no seguir los pasos de Cantabria, e introducir una semana de descanso cada dos meses de clase, la lupa se coloca ahora en saber cuándo comenzarán y concluirán las clases y, además, conocer cuándo se producirán los periodos vacacionales del próximo curso, el correspondiente a 2017-2018.

La propuesta de la Consejería, que aún no ha sido remitida por parte del Consejo Escolar, contempla que el primer tramo de vacaciones, el de invierno, comience el sábado 23 de diciembre y se prolongue hasta el 7 de enero; una cuestión meramente de calendario.

Algo más polémico resulta ser la decisión del departamento que lidera Fernando Rey de retrasar el inicio del periodo de vacaciones de Semana Santa. A diferencia de lo que ha ocurrido este curso y el anterior (coincidieron las vacaciones escolares con la celebración religiosa de la Semana Santa), los alumnos comenzarán su descanso el mismo Jueves Santo, día 29 de marzo, y continuarán de vacaciones toda la semana siguiente. Retomarán las clases, por tanto, el 9 de abril.

La Consejería de Educación se apoya en «criterios exclusivamente pedagógicos» para explicar el cambio. Busca así «un equilibrio entre el segundo y el tercer trimestre del curso», apuntan fuentes de la Consejería, para quienes los dos últimos trimestres del curso quedan «perfectamente compensados».

Según la propuesta, tras las vacaciones de Navidad, los estudiantes tendrán 56 días lectivos hasta que llegue el siguiente periodo de descanso. Tras Semana Santa, a la gran mayoría de los alumnos les quedará otros 51 días de clases.

En cualquier caso, afirman que la propuesta aún no ha sido aprobada por el Consejo Escolar y que no será hasta finales de este mes de mayo cuando sea publicado en el Boletín Oficial de Castilla y León.

No obstante, añade Educación que en la orden marco aparecerá regulado el procedimiento mediante el cual los centros podrán solicitar al titular de la Consejería la modificación, «debidamente motivada», del calendario anual, siempre que se respete el número total de días lectivos de cada enseñanza, para adecuarse a las celebraciones locales que por tradición les sean propias.

Incluso, esta orden contemplará que los ayuntamientos o consejos escolares municipales, si se da el caso, «podrán promover la coincidencia de dichas modificaciones entre todos los centros de su municipio».

Según asegura la Consejería, durante el proceso de tramitación del calendario escolar –mesa sectorial de educación y Consejo Escolar de Castilla y León– no se ha recibido «en ningún momento ninguna alegación referida a las vacaciones de Semana Santa».

Los sindicatos han mostrado su conformidad con esa propuesta. Pedían, de forma unánime, ese retraso por una cuestión de «racionalizar» los trimestres, tal y como explica el portavoz de Stecyl, Pedro Escolar. Se trata de esta forma que las evaluaciones tengan una duración más o menos pareja.

Para el sector de Enseñanza de FeSP-UGT Castilla y León, el calendario escolar tiene que buscar, por encima de todo, «equilibrar los trimestres educativos para racionalizar los tiempos lectivos». Este sindicato reclamó, sin éxito, a la Administración regional «un calendario escolar que no se base en festividades tradicionales sino en criterios pedagógicos». Los periodos de descanso, argumenta, deben semejarse a los de los países líderes en Educación de la Unión Europea, «han de ser más breves y con más frecuencia para eliminar la fatiga de trimestres excesivamente largos, tanto en el alumnado como en los docentes».

Más debate se produjo entre los padres. La presidenta de la Confederación de Federaciones de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnado de Centros Públicos de Enseñanza de Castilla y León (Confapacal), Marina Álvarez Riego, reconoció la existencia de «diferentes» opiniones sobre la conveniencia de adelantar o retrasar las vacaciones de Semana Santa, si bien consideró «correcto» que se abra la puerta a que los propios centros y las distintas localidades puedan solicitar cambios en el calendario.

A quien no ha gustado nada la medida de la Consejería ha sido a la Junta de Semana Santa de Castilla y León, que la tilda de «desacertada». Tal es su malestar que ha enviado, tras la reunión que mantuvo su Asamblea General, tres cartas de protesta con destino al presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, al consejero de Educación y a la consejera de Cultura y Turismo, Josefa García Cirac.

Les exige que «de una vez por todas, se proteja como se merece una celebración tan ancestral y participativa como es la Semana Santa en Castilla y León». «Si nuestros escolares tienen clase de lunes a miércoles santo, la participación de niños y padres se verá menguada», aseguran.

Al mismo tiempo, afirman que la inyección económica que se produce esos días se verá afectada, ya que, según añaden, «mucho del turismo que se genera esos días corresponde con los propios castellanos y leoneses que se mueven por la Comunidad para contemplar las celebraciones». Junto a esto, argumentan que las fechas elegidas complicará la conciliación de la vida familiar y laboral.

Recuerdan que llevan «más de cinco años reclamando a la Consejería que las vacaciones comiencen el viernes de dolores hasta el lunes de Pascua. Y aprovechan en la carta para hacer un llamamiento a todas las instituciones públicas y privadas, establecimientos hoteleros y asociaciones de comerciantes, para que hagan entender que la Semana Santa «es de todos».

Cerrado, a la espera de si el 30 de abril es fiesta

El lunes 11 de septiembre abrirán los centros escolares de Infantil, Primaria, Educación Especial, 1º y 2º de la ESO que estén en centros de Primaria, y para 2º curso de ciclos formativos de grado superior de FP inicial. El siguiente lunes, 18 de septiembre, lo harán los alumnos de ESO, Bachillerato, ciclos de FP básico y de grado medio, así como los de 1º curso de grado superior. El resto lo harán el 25 de septiembre.

Finalizarán las clases, con carácter general, el viernes 22 de junio, y el 6 de junio los de 2º de Bachillerato, ciclos formativos y Escuelas Oficiales de Idioma. El portavoz de Stecyl, Pedro Escolar, muestra su disconformidad con que los alumnos de 2 de Bachillerato que suspendan sólo dispongan este año de dos semanas para presentarse a las pruebas extraordinarias para aprobar el curso. «Nos lo han impuesto las universidades, sin debate», afirma.

La única incógnita que mantiene el calendario es si Educación, al final, aceptará la propuesta de que el 30 de abril sea considerado fiesta, lo que supondría, al unirlo al 1 de mayo, un puente.

Los días festivos serán el 12 y 13 de octubre, el 1 de noviembre, el 6, 7 y 8 de diciembre, el 12 y 13 de febrero (Carnaval), el 23 de abril y el 1 de mayo, además de las fiestas locales.