Heraldo-Diario de Soria

La Guardia Civil cree que Ana Julia también mató a su hija en Burgos

La menor, de cuatro años, murió tras precipitarse por una ventana a un patio en 1996

Ana Julia Quezada-EL MUNDO

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Un informe elaborado por la Guardia Civil, dentro del sumario del asesinato del pequeño Gabriel, apunta a que Ana Julia Quezada, pudo matar a su propia hija en 1996, según informa ‘elPeriódico’, cuando residía en Burgos. La menor de cuatro años, Ridelca Josefina, murió accidentalmente tras precipitarse por una ventana de un séptimo piso del número 41 de la calle Casa de la Vega, según determinó la investigación de la Policía Nacional.

Ridelca Josefina era fruto de una relación con Santiago Gil en la República Dominicana y que había traído a Burgos un año antes de su fallecimiento. En aquel momento, la madre indicó que la menor era sonámbula y que fue un terrible accidente. Sin embargo, el informe de la Guardia Civil indica «la dificultad de que una niña de solo cuatro años en estado de sonambulismo, que nunca había padecido, se precipitara desde un edificio». Asimismo añade el informe que requiere de «cierta fuerza y maña» que una niña de edad, en estado de sonambulismo, se suba a una mesa y abra dos ventanas antes de poder precipitarse al vacío.

Cuando ocurrió el suceso, en la casa solo estaban Ana Julia y las dos niñas, la pequeña era entonces un bebé. El padre trabajaba en el turno de noche. Tras el crimen de Gabriel, el hombre explicó: «Mientras convivió conmigo, Ridelca no sufrió ningún episodio de sonambulismo ni estaba medicada por ello. Días después de que muriera, Ana Julia me comentó que la había sorprendido entre una de las ventanas. Yo le reproché que no me lo hubiera dicho porque podríamos haber puesto medios para evitar lo que pasó, pero ella me contestó que la había regañado y pensó que no lo volvería a hacer».

Un pariente de la mujer, José Ángel Alonso, casado con una tía de Ana Julia, declaró a la Guardia Civil que ella contaba «cada día algo distinto» de cómo había ocurrido el accidente mortal de la niña. «En una versión decía que la ventana de la casa estaba abierta, en otra decía que estaba cerrada… Nos resultó raro, pero el juez dijo que había sido un accidente y así se quedó». Según este hombre, Ana Julia contaba la muerte de su hija mayor de una forma «fría, sin sentimientos, como a quien se le había roto un plato viejo».

El que fuera marido de Ana Julia, y padre legal de Ridelca tras su llegada a España, Miguel Ángel Redondo, contó a la Guardia Civil tras el asesinato del niño Gabriel en Almería que él mismo sufrió «enfermedades repentinas sin sentido aparente» mientras estuvo casado con Ana Julia, por las que tuvo que ser ingresado dos veces en el hospital Divino Valles de Burgos. Los estudios y análisis clínicos que le hicieron no averiguaron por qué sufría fiebres tan altas sin motivo conocido. No ha vuelto a padecer nada similar.

«En la mañana oí gritos en la escalera y nos despertamos. Yo tenía dos hijas que al escuchar el ruido miraron por la ventana y al ver a la niña se pusieron a gritar». Así recordaba un vecino del mismo portal de Ana Julia Quezada la terrible mañana del 10 de marzo de 1996 en la que la primera hija de autora confesa del asesinato del pequeño Gabriel en Almería cayó desde un séptimo piso, supuestamente con las primeras luces del día. 

Varios jóvenes de la zona Gamonal recordaban el suceso con pena y uno de ellos explica que «me habían contado mis padres que una niña había caído por la ventana pero que les parecía muy raro que una niña tan pequeña, aún siendo sonámbula como se decía, hubiera podido tirarse así».

Otro vecino coincidía en que aquel suceso fue hace mucho tiempo y que «lo único que recordamos es eso que se cayó y que se dijo que fue un accidente y ya, que era algo raro siendo tan pequeña la niña pero poco más». La niña llevaba apenas un año en Burgos cuando murió. A mediados de los años 90 Ana Julia deja una hija en República Dominicana y viene a Burgos. Aquí conoce a Miguel Ángel, hay quien dice que en un club de alterne, otros que en un bar. Acabarán casándose y tienen una hija, la misma que reside con el padre en una vivienda de Gamonal en un portal justo al lado del domicilio de los hechos.

Tres meses antes del luctuoso suceso traen a la niña de Ana Julia que es acogida como una más en la familia por su marido y su suegra. La pequeña Ridelca Josefina tiene un «carácter un tanto retraído, como si no se hubiese adaptado a la nueva situación familiar», refleja el atestado que la Policía Nacional abrió abrió sobre el suceso. Tres semanas antes de que cayera por la ventana, su padre cuenta a los agentes que «su madre fue a despertarla para ir al colegio y la encontró desvanecida». Tras acudir a Urgencias de la Residencia Sanitaria y ser oscultada «no encuentran nada anormal».

En la noche de aquel 10 marzo de 1996 el padre se acuesta a las 22:30h. Según dijo a los policías no supo determinar cuando lo hicieron su mujer y sus dos hijas, que dormían juntas en una habitación. Al levantarse a las 7.30 de la mañana no ve a la niña mayor en la cama, por lo que la busca en una habitación contigua de juegos en la que se percata de que la ventana, de doble hoja, está abierta y junto a la ventana había una pequeña mesita de color blanco, de unos 40 centímetros.

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