Heraldo-Diario de Soria

Los centros penitenciarios de Castilla y León sufren un déficit de 425 trabajadores

CSIF afirma que la falta de personal es más grave en la Comunidad porque cuenta con plantillas «más veteranas» / Los sindicatos cifran en un 85% el seguimiento de la primera jornada de huelga

Concentración de trabajadores ante el centro penitenciario de Villanubla, en Valladolid.-EM

Concentración de trabajadores ante el centro penitenciario de Villanubla, en Valladolid.-EM

Publicado por
M.R.M. / VALLADOLID
Soria

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Los ocho centros penitenciarios de Castilla y León necesitarían incrementar sus plantillas en unos 425 empleados, entre funcionarios y personal laboral, según los cálculos del sindicato CSIF, mayoritario en las mesas de negociación de Prisiones e Interior.

La escasez de plantillas es una de las razones que han llevado al personal de prisiones de todo el país a una huelga que tuvo ayer su primera jornada, pero continuará mañana viernes y otros cuatro días de noviembre. El incremento salarial y medidas contra las agresiones que sufren los funcionarios son otras de las reivindicaciones que han llevado a este colectivo a movilizarse.

El seguimiento de la huelga en Castilla y León rondó el 85%, porcentaje similar al del país, según los sindicatos. Instituciones Penitenciarias lo rebajó en la Comunidad al 30% en el turno de mañana, frente al 50,4% de media en el conjunto del país. La Central Sindical Independiente y de Funcionarios incluye en su porcentaje a los trabajadores que, por formar parte de los «abusivos servicios mínimos establecidos por Instituciones Penitenciarias», tuvieron que estar en el puesto de trabajo.

Castilla y León suma 2.600 funcionarios y laborales repartidos en las ocho cárceles y los centros de inserción social. En conjunto, según datos aproximados del coordinador de Prisiones de CSIF en Castilla y León, José Luis Sanz, el déficit de plantillas ronda los 425 trabajadores (3.400 en toda España). Los centros con mayor necesidad de personal son los de Topas (Salamanca y Zamora) y Mansilla de las Mulas (León), que precisarían 80 funcionarios más en cada caso. El primero cuenta con 470 empleados y el segundo con 460.

Les siguen la prisión de Dueñas, en Palencia, con 490 trabajadores, que precisaría otros 70, y la de Burgos, que necesitaría 50 para sumar a los 130 actuales, ya que esta prisión «está bajo mínimos», afirman Sanz. La cárcel de Segovia cuenta con 290 trabajadores, a los que habría que añadir 45, según CSIF. Para Villanubla (Valladolid) y Brieva (Ávila), sería preciso cubrir 35 plazas en cada caso. El personal de la primera asciende a 290 empleados y el de la segunda a 200. Por último, en Soria, con 140 funcionarios, se necesitarían 30 más. 

A pesar de este déficit de plantillas solo en la región, la oferta de empleo público de este año se limita a 700 plazas para toda España, según Sanz. El coordinador regional de Prisiones de CSIF destacó que la situación es particularmente grave en Castilla y León porque es la Comunidad «con las plantillas más veteranas, de una media de edad de 55 años». A eso añadió la mayor dificultad para cubrir las plazas, y que los que entran a trabajar en alguno de los centros penitenciarios de la región «no se quedan aquí».

La escasez de personal es más acuciante entre los funcionarios de vigilancia ya que, a partir de una determinada edad, los trabajadores dejan esta labor para desempeñar otras actividades. «Es por eso que a menudo se producen agresiones a funcionarios», explicó Sanz, quien recordó que el protocolo sobre agresiones está pendiente de aprobación en el Congreso.

El sindicato tiene contabilizados 33 incidentes en lo que va de año en seis prisiones, a falta de datos de Mansilla y Burgos. Las más conflictivas son Dueñas, con 18 ataques de reclusos a funcionarios, y Topas, con seis. También se contabilizaron tres agresiones en Valladolid, otras tantas en Ávila, dos en Segovia y una en Soria.

INCREMENTO SALARIAL

Otra reivindicación que ha llevado al personal de Prisiones a la huelga ha sido el incremento salarial y la equiparación con los funcionarios del País Vasco y de Cataluña, con los que existe una diferencia de unos 6.000 euros al año de promedio, según José Luis Sanz.

El Ministerio del Interior ofreció este mismo mes una subida media de 375 euros lineales al conjunto de la plantilla, efectiva a lo largo de 2019, 2020 y 2021, explicó CSIF. Sin embargo, esta partida fue retirada porque «no había sido autorizada».

Todo esto llevó a los sindicatos a convocar una huelga de seis días que, en su primera jornada, fue seguida por el 85% de media entre el personal de los tres turnos de noche, mañana y tarde. Además, se llevaron a cabo concentraciones en todos los centros penitenciarios, que provocaron cortes de tráfico o retenciones en los accesos, coincidiendo con la entrada de los funcionarios, a los que los piquetes informativos solicitaron su apoyo a la huelga, vehículo a vehículo.

En Topas y Soria, no entraron funcionarios a primera hora, según el sindicato, que explicó que en León se colocó una barricada a 200 metros del acceso a la prisión, mientras en Palencia se produjeron «forcejeos y agarrones» entre la Guardia Civil y los funcionarios. Además, CSIF informó de que guardias civiles llevaron a cabo alguna identificación en Segovia.

AUGC denuncia las condiciones de trabajo en Villanubla

La Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) ha denunciado públicamente las condiciones en las que trabajan los agentes que prestan servicio en el centro penitenciario de Villanubla, al tener que seguir utilizando las instalaciones del Cuerpo de Guardia mientras éstas son sometidas a distintas obras de reforma.

La asociación, en declaraciones a Europa Press, demandó a Instituciones Penitenciarias que mientras se prolonguen estos trabajos habilite un lugar donde ubicar las taquillas de habituallamiento de ropa y comida y para descanso, tanto de guardias civiles como de personal de seguridad privada, y también para contar con las mínimas condiciones de «higiene, salubridad y confort».

Responsables de AUGC se quejan de que los agentes tienen que convivir desde hace tiempo con el polvo generado por las obras que se acometen en el Cuerpo de Guardia y también con el frío, al carecer las instalaciones de calefacción y verse obligados a colocar placas eléctricas que difícilmente mitigran el intenso frío que padecen.

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