CORONAVIRUS
La Junta estudia solicitar al TSJ un toque de queda para municipios y el cierre del ocio nocturno
El Ejecutivo podría aplicar medidas reforzadas para algunas provincias, entre ellas, el regreso a nivel 2 / La consejera Casado advierte que la quinta ola, que empezó por los jóvenes, ya afecta a todos los grupos de población / El Covid multiplica por 16 las tasa de contagio en la Comunidad
Los técnicos y servicios jurídicos de la Junta de Castilla y León estudian solicitar el aval del Tribunal Superior de Justicia (TSJ) de la Comunidad la aplicación de un toque de queda o restricción de la movilidad nocturna durante 14 días para algunos municipios con una incidencia acumulada de Covid-19 muy elevada. Esta medida adicional, junto a otras, como el cierre del ocio nocturno, se estudiarán en el Consejo de Gobierno del próximo jueves, 15 de julio, según avanzó este martes la consejera de Sanidad, Verónica Casado. No obstante, la titular de este departamento se mostró pesimista al respecto: "se estudia la pertinencia de volver a insistir en el tema cuando nuestros tribunales no van a considerar que sea una medida factible".
En su comparecencia para analizar la situación epidemiológica, Verónica Casado indicó que se estudian medidas adicionales, que concretó en el toque de queda, después de que la Generalitat Valenciana haya logrado el aval judicial para restringir la movilidad durante la noche en algunas zonas, informa Ical.
Ante este escenario, la titular de Sanidad expuso que se está valorando un toque de queda nocturno pero teniendo en cuenta la “proporcionalidad” de la medida, en función de los contagios, y para determinados municipios durante 14 días, si bien aclaró que esta medida limitada a determinadas zonas genera dudas sobre si no serviría para incentivar la movilidad. Además, recordó que en dos ocasiones el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León (TSJCyL) denegó esta posibilidad a la Comunidad al tratarse de la restricción de un derecho fundamental.
Verónica Casado indicó que también se analiza un posible del cierre del ocio nocturno, pero recalcó que ha pasado poco tiempo desde que el viernes pasado se implantara una reducción del horario hasta las dos de la madrugada. Insistió en que es pronto para evaluar el impacto de esta medida y dejó la puerta abierta a profundizar en las restricciones, si bien expresó las dudas que supone cerrar esta actividad en un municipio y que se fomente la movilidad hacia territorios sin restricciones.
Además, la consejera indicó que el próximo jueves se revisará la posibilidad de que algunas provincias retrocedan al nivel dos de alerta sanitaria por el riesgo generado por el Covid-19. Entre ellas, afectará a Burgos y Zamora, dos de las que tienen más incidencia acumulada. Además, Verónica Casado indicó que se reforzarán algunas restricciones y se flexibilizarán otras, como el consumo en terraza que podría llegar al 100 por 100.
La titular de Sanidad descarto que toda la Comunidad regrese al nivel dos, porque reiteró que se penalizan a sectores que no son el foco de los contagios ya que en su opinión la quinta ola tuvo su inicio en el ocio nocturno regulado así como en el irregular, como se refirió a las celebraciones, fiestas y botellones. Por ello, pidió a los ayuntamientos que se refuerce el control sobre estas concentraciones y que los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado apoyen a las policías locales en estas tareas.
Casado reiteró la necesidad de tener una ley de salud pública para contar con un marco que permita tomar decisiones sin tener que judicializar la gestión de la pandemia. Además, llamó a los jóvenes a ser “responsables”, “generosos” y “protagonistas” de la lucha contra la quinta ola. Por ello, les animó a demostrar su compromiso con la salud y la economía de la Comunidad porque recalcó que no existe “riesgo cero”.
TODOS LOS GRUPOS DE EDAD
Casado, advirtió de que la quinta ola del COVID-19, que empezó por los jóvenes, ya está afectando a todos los grupos de población. No obstante, apuntó que aunque la tasa de incidencia es muy elevada y roza los 700 casos por cada 100.000 habitantes, la hospitalización se mantiene estable.
La consejera destacó que existe una transmisión comunitaria “clara” en la Comunidad, especialmente entre los 15 y los 30 años, y añadió que la velocidad de contagio es muy elevada, puesto que remarcó que está siendo tal magnitud que en dos semanas se ha multiplicado por 16 las tasas de incidencia semanales, puesto que la pasada se cerró con 444 casos por 100.000 habitantes. Por tanto, destacó que Castilla y León se encuentra riesgo “muy alto”, con una incidencia acumulada en “clara tendencia de ascenso” y las las provincias en riesgo extremo.
Sin embargó, Verónica Casado destacó como una medida positiva que el índice reproductivo básico esté descendiendo, lo que para ella indica que la Comunidad se podría acerar a una “pequeña estabilidad” en el ritmo “tan feroz” de crecimiento, si bien recordó que todavía supera el 1,33. Por ello, manifestó que tienen la impresión de que sigue habiendo un crecimiento, pero que se está comenzando a frenar. También remarcó que la incidencia en León y San Andrés del Rabanedo mejora, mientras en Burgos alcanza los 1.724 casos a 14 días, y en Zamora los 1.462.
Según la consejera, el aumento de casos se debe no solo al aumento de los contactos, la relajación de las medidas de prevención, del uso de la mascarilla y del aumento de movilidad, sino a la presencia de diferentes variantes en el país. De hecho, apuntó que el Centro de Alertas Epidemiológicas ha informado de un “clarísimo aumento” de la variante Delta y la Beta, puesto que la británica pese a ser la mayoritaria, solo representa ya el 65 por ciento, frente al 84 por ciento de la semana pasada, lo que se traduce en un descenso de 20 puntos.
Finalmente, la consejera inició la rueda de prensa haciendo mención a los profesionales sanitarios y no sanitarios que pese al “agotamiento”, los “malos momentos vividos” y la quinta ola siguen dando “lo mejor de sí mismo”, tras logar administrar en una semana más de 183.000 dosis y hacer cribados a 10.420 personas, especialmente jóvenes. Este “gran trabajo” permite, dijo, avanzar en las segundas dosis en los grupos más vulnerables y proteger a la población.