Heraldo-Diario de Soria

SEGOVIA

Raúl Arévalo culmina en Martín Muñoz de las Posadas su largometraje ‘Tarde para la ira’

“Acabar la película en el pueblo donde están mis raíces, donde grabé las primeras tonterías con la cámara de mi padre, la hace muy especial”, valora el protagonista de ‘La isla mínima’

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Ical
Soria

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Raúl Arévalo (Móstoles, Madrid, 1979) termina en Martín Muñoz de las Posadas (Segovia) el rodaje de ‘Tarde para la ira’, su primer largometraje como director, protagonizado por Antonio de la Torre y Luis Callejo. Con su estreno en 2016 culminará “un sueño” que empezó a cobrar forma hace ya siete años, cuando puso las primeras letras al guion de un 'thriller' dramático que, pase lo que pase, marcará el inicio de una nueva etapa en la intensa carrera del que para muchos es el actor español con más talento de su generación.

El rodaje empezó hace seis semanas en Madrid, y desde el pasado lunes encara la recta final en esta pequeña localidad de la Campiña Segoviana que “se está volcando”, valora Arévalo en declaraciones a Ical. Por algo vino aquí, porque nació y se crió en Móstoles, pero su pueblo es éste, donde pasó buena parte de su infancia.

Martín Muñoz tiene apenas 350 habitantes y entre ellos están sus padres, que siguen pasando allí largas temporadas y, ya de paso, comparten comida con su hijo y otros miembros del equipo durante estos días. La película requiere más de un centenar de extras y, si no surgen imprevistos, el rodaje acabará el viernes.

“Ya quedan pocos días, he perdido cuatro kilos y medio en estas semanas y he pasado un calor que casi me muero, sobre todo en Madrid, rodando a más de 40 grados, pero por lo demás todo está siendo muy satisfactorio”, celebra. “No era la mejor época para rodar, pero por otro lado está quedando muy bien y eso desde luego que compensa”.

“Cada día está siendo una aventura” y Arévalo, como esperaba, goza a este lado de la cámara tanto o más que como actor. “Lo estoy disfrutando muchísimo, y acabar aquí en el pueblo de mis padres, donde yo he pasado gran parte de mi infancia, y tal y como se está volcando la gente del pueblo… sin ellos en realidad muchas cosas no habrían salido”.

Terminar el rodaje en Martín Muñoz “es muy especial”. “Supone terminar de cumplir mi sueño donde empecé a querer dirigir cuando era pequeño, en mis raíces, donde grabé las primeras tonterías con la cámara de mi padre”, recuerda.

Un proyecto de siete años

Han pasado siete años desde que empezó a escribir el guión, aunque no se puso a moverlo hasta hace “tres y medio o cuatro”. Sacar adelante una película en estos tiempos cuesta, “no ha sido un camino de rosas”, aunque todo fue más fácil para Arévalo tras conocer a Beatriz Bodegas, productora ejecutiva de ‘La vida inesperada’: “Ella fue la artífice de todo esto, la que consiguió todo el dinero para levantarlo, la que ha confiado ciegamente en mí. Y todavía me doy con un canto en los dientes aunque haya tardado siete años, me siento afortunado porque mucha gente se pega aún más tiempo y no lo consigue levantar”, advierte.

Lo que sí tuvo claro Arévalo desde el principio es que en su ópera prima como director no trabajaría como actor. “No sé cómo se hace eso, no me entra en la cabeza y tampoco me atrae, ¿quién me dirigiría entonces a mí?, no me veo capaz”, confiesa. Además, reconoce que está disfrutando y mucho con su nueva faceta: “Más allá del resultado, todo lo que estoy viviendo está siendo la experiencia de mi vida, yo diría que incluso disfruto más que como actor”.

De hecho, si el poderoso caballero don dinero lo permite, ‘Una tarde para la ira’ será su primer largometraje como director, pero no el último; después de todo, a sus 35 años, tiene mucha carrera por delante para atrapar la siguiente oportunidad el día que llegue. “Si tuviera dinero para hacer más películas estaría toda mi vida dirigiendo, mi gran sueño sería ese, mi gran ambición, poder estar alternando entre dirigir y actuar, si consigo financiación”, incide.

Pero de momento está más que centrado en este proyecto. Cuando recojan el viernes se tomará diez días de descanso, después tocará meterse en la sala de montaje y esperar el estreno en algún momento de 2016. “Concretar fechas es difícil, depende de la distribución y de muchas otras cosas”, aunque el sueño ya lo está viviendo, es real como los barrios de periferia, los pueblos de Castilla y los bares de serrín en el suelo y partidas de mus que recrea en su ópera prima.

Sinopsis

‘Tarde para la ira’, producida por La Canica Films, pretende reflejar la naturaleza violenta del ser humano y el espejismo de la redención. Arranca en agosto de 2007 en Madrid y Curro, personaje encarnado por el segoviano Luis Callejo (‘Princesas’, ‘El penalti más largo del mundo’ o ‘Siete minutos’), quiere rehacer su vida tras ocho años preso por un atraco del que resultó ser el único detenido. Espera recuperarla con su novia, Ana (Ruth Díaz), y el hijo de ambos.

José (Antonio de la Torre, protagonista en ‘Primos’, ‘Gordos’ o ‘Canibal’), solitario y reservado, no parece encajar en ninguna parte, y al cruzarse con Curro le cambiará sus planes de manera radical en el más amplio sentido del término. El desconocido le obligará a enfrentarse a viejos fantasmas del pasado, y los dos hombres emprenderán un extraño y trepidante viaje de tres días; una ruta de violencia que les obligará a convivir, a jugar una partida en constante confrontación que les hará entenderse inevitablemente.

Odio, rencor, rabia… Una España alejada de lo políticamente correcto y nada virtual, una historia que nace de lo más profundo de sus raíces, y una película que promete dejar huella.

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