Achúcarro clausura el Otoño «por todo lo alto»

Con lleno total y con «una clausura por todo lo alto», de la mano de la Orquesta de Valencia y el maestro Joaquín Achúcarro como solista, se despidió ayer en el auditorio Odón Alonso del Centro Cultural Palacio de la Audiencia la 26º edición del Festival Otoño Musical Soriano (FOMS), un certamen que, aseguró ayer su director, José Manuel Aceña, se ha destacado este año por incluir «mucha variedad para gustos diferentes». Es al público a quien corresponde la labor de hacer balance de la edición, aseguró Aceña, pero las felicitaciones recibidas al final de cada concierto, parecen indicar su satisfacción. Y el concierto de ayer fue, de nuevo, un ejemplo de ello.

Con obras de Joaquín Rodrigo (A la búsqueda del más allá, que abrió el programa), Edvard Grieg (Concierto para piano y orquesta), y la Sinfonía número cinco de Piotr Ilich Tchaikovsky, esta misma actuación se pudo disfrutar hace unos días en Valencia. «Los músicos estaban encantados con la gran actuación de Achúcarro» que, destacó Aceña horas antes del concierto, a sus 86 años sigue destacando por su gran disciplina y capacidad de trabajo. A primera hora de la mañana de ayer ya estaba estudiando las partituras de la actuación en el Conservatorio Profesional de Música Oreste Camarca.

Achúcarro ha sido una de las grandes figuras de la música, que como la soprano Ainhoa Arteta o la violinista Sara Chang, ha ofrecido algunas de las actuaciones más exitosas en cuanto a número de espectadores, aunque el certamen siempre busca un equilibrio entre «nombres muy conocidos que gusta ver a la gente» con otras actuaciones de agrupaciones o intérpretes menos célebres que también acaban entusiasmando al público por su gran calidad. Y, en este sentido, explicó Aceña, «estamos muy contentos» de que conciertos con un perfil menos multitudinario, como los de música de cámara y antigua que se ofrecieron en el Aula Magna Tirso de Molina, hayan llegado a agotar sus entradas o rozar el lleno. «Han sido unas actuaciones que han funcionado muy bien», añadió Aceña, como también una de las novedades por las que apostó la 26º edición del FOMS: el ciclo Beethoven actual, una producción propia en colaboración con el Instituto Nacional de las Artes Escénicas y la Música (INAEM) del Ministerio de Cultura y Deporte. La iniciativa, con conciertos matutinos en la sede del Conservatorio de Música, ha contado con buena acogida del público con una media de «ciento y pico espectadores». El ciclo, no obstante, podrá aún disfrutarse más allá de la clausura del Otoño Musical. Hasta el próximo mes de diciembre, a razón de dos actuaciones cada mes, se programarán el resto de actuaciones que están repasando, entre otras obras, todas las sinfonías de Beethoven de la mano de jóvenes intérpretes.

Asimismo, un año más el Maratón del Otoño Musical, que este año ha cumplido su decimoquinta edición, ha vuelto a ser un éxito, apuntó Aceña, no sólo por el masiva aceptación del público (120 espectadores consiguieron las camisetas conmemorativas tras asistir a entre 10 y 12 conciertos programados, resalta el director del certamen musical), sino también a la «gran calidad» de todos los grupos participantes.