ENTREVISTA
Cecilio G: "He jugado con fuego y me he quemado mil veces"
El cantante de trap habla por primera vez tras pasar tres meses y medio en la prisión de Puig de les Basses
Cecilio G puede mirar al ave fénix por encima del hombro. El cantante catalán de 24 años ha resurgido más de una vez casi cuando no quedaba ceniza. Ahora renace de nuevo con más fuerza que nunca y reprende su carrera artística tras pasar tres meses y medio en la cárcel. En breve publicará un álbum de trap con el sello de Yung Beef y también sacará la segunda parte del disco de punk que presentó antes del verano. En el horizonte, dos citas imprescindibles para sus seguidores: el festival Cara B y el Sónar. Hablamos con él una vez obtenido el tercer grado.
¿Ha podido leer los mensajes contra su encarcelamiento en redes sociales?
Aún no he abierto los mensajes. Sí que me decían que había gente muy loca pidiendo mi libertad. Me estresa un poco sentir cerca a gente que no conozco diciéndome cosas. Agradezco mucho a toda la gente que ha pedido mi libertad.
El panorama musical se unió pidiendo su libertad.
Que se hayan unido todos en pedir lo mismo, hasta gente a quien no le caigo muy bien, es bonito, me parece precioso. Yo no le deseo la prisión a nadie.
Parece que la detención le cogió en un buen momento, al menos artístico.
No estaba estable del todo, estaba bastante jodido por temas personales. Incluso me ha ido bien entrar para estar un poco más vivo y pensar. La cárcel sirve para darte cuenta de quién coño quieres ser. Si quieres seguir la vía de estar en ese cementerio viviente que es la prisión o si quieres vivir un poco a tus anchas, ganarte la vida, y, joder, estar con la gente que quieres y que te quiere.
Hace unos meses me decía que estaba en el camino de “intentar currar de la música”. ¿Qué ha supuesto la prisión para su carrera?
Me dicen: “Te va a ir bien. Ahora que has estado preso te va a subir la fama”. A mí me parece una mierda, no me parece que vaya a ser mejor. No por eso voy a hacer mejor música. No creo que esto le vaya bien a nadie. Es tiempo perdido. Pero, bueno, ha sido un susto y ya está.
¿Quiere contar qué le llevo a la cárcel?
Cuatro tonterías. No quiero hablar mucho de la cárcel. El que quiera saber: tranquilos que es fácil entrar, lo difícil es salir. Y que no juegues con fuego porque es real, no es una tontería, es tu vida y no creo que vaya bien a nadie.
Uno de sus primeros tuits al salir fue #FreeJordis.
Que te acusen de rebelión me parece como que te acusan de brujería. Free Jordis y Free Dolors Bassa, ‘compi’ de talego [Centro Penitenciario de Puig de les Basses].
Desde dentro publicó un tema, ‘HAHAHAH’. ¿Cómo surgió?
Yo lo de la cárcel lo veo como que se te olvida, que eso es un agujero. Lo hice porque pensé: lo que tengo se va a derrumbar y tengo que hacer música como sea. Para seguir la línea.
Sabemos que escribió mucho en la cárcel y que va a sacar un álbum en breve.
El disco va a ser mitad escrito dentro y mitad fuera. Porque lo que escribes dentro es más que le das al runrún y sí te sale, pero también va a haber un cacho escrito fuera. Tampoco va a ser supertalaguero, va a ser un poco de risas… No va a ser esto ‘SuperEpic mixtape Million Dollar Baby’. No va a ser sobre la cárcel solo, sino que va a ser sobre todas las cárceles que existen: emocionales, vitales, metafísicas, existenciales, filosóficas… No, no, es broma. Es una buena ‘mixtape’.
Antes decía que escribía buenas canciones cuando estaba jodido. Ahora, que en la cárcel ha hecho “canciones de verdad”. ¿Qué ha cambiado?
La diferencia es que quizá ya no estoy tan jodido. Antes la emoción era jodida, el eterno ‘mood’ de Cecilio G era bastante jodido. Ahora estoy más chanante. Estoy más contento conmigo mismo, estoy más vacilón y quiero vacilar más, pero desde el respeto y la admiración hacia el ser humano.
¿Ha aprendido a hacer canciones que le emocionen sin estar jodido?
Claro. Es que si no te caes en un pozo. Si estás todo el puto día escribiendo sobre qué mierda esto y aquello… Creo mucho que lo que escuchas te afecta, lo que comes, lo que ves, lo que lees… Entonces, si tú estás haciendo música de mierda y para hacerla la vas escuchando todo el rato, estás retroalimentando tu puta vida de artista fracasado y eso es una mierda. Me he autopedido un cambio.
¿Esto se va a traducir en canciones diferentes?
Me ha cambiado la mente bastante en cuatro meses Hace dos años que estaba liándola por ahí, desgraciadamente drogado… No quiero hacer de esto un libro de autoayuda. Va a seguir siendo Cecilio G y mi forma de pensar, que a veces se equivoca y a veces no. Pero sí que las letras van a cambiar. Me voy a seguir riendo de todo. En este disco necesito decir cuatro cosas.
¿Cuáles son esas cuatro cosas?
Pues que 'hakuna matata', que vive y deja vivir, que no te dejes llevar por el odio. Tampoco hay que convertirse en un ‘hippie’ porque hay mucho hijo de puta suelto, pero, tío, respetar al que está haciendo su vida, al que está trabajando, al que está creando y no destruyendo. El mensaje de ahora es ese: respeta, no jodas, dedícate a lo que quieres pero intenta no joder, no dañar a los demás.
¿Cree que la gente le comprende más ahora?
Los demás ven mi vida como un zoo. Y como que hay distintos animales: está el minotauro, el loco, el drogadicto… El zoo es como una cárcel y como que han sido muchas cárceles ya y que estoy hasta la polla. Y eso: que hasta la polla de los prejuicios, que estoy bien.
Con todo lo que le ha pasado, ¿cómo se siente?
Raro, no sé qué hacer ni cómo hacerlo. Estoy animado, la verdad, pero me da un palo impresionante esto de hacer música para la peña. He estado tres meses de vacaciones, cómo no me voy a poner a currar ahora... ¡Qué menos! Todo el mundo está diciendo: ‘Vamos a hacer algo’.
¿Y, psíquicamente, cómo está?
Mucho mejor que antes, la verdad. Está la cosa templada. Me presiona mucho que me consuma tanta gente, que tanta gente esté mirando lo que hago… La verdad es que según me dé el viento estoy de una forma o de otra, a veces bien, a veces mal. Estoy bien pero a veces cuesta aceptar cómo es todo y tirar para delante. He jugado con fuego y me he quemado mil veces.
Volvamos a la música. El nuevo álbum de trap será con el sello La Vendición.
Me parecen los mejores de la escena. Yo firmo por los originales. La Zowi me parece una pasada, El Mini, Hakim… Ha pasado el tiempo y el roce que hubo ha pasado ya. Se magnificó demasiado yo creo, quizá fue por culpa mía…
¿Habrá colaboraciones especiales?
Me gustaría hacer una ‘mixtape’ con 30 temas y que saliera todo el mundo. Pero es que no puedo decir nada. Con la suerte que tengo…. Que me luzca cuando pueda en vez de prometer tanto oro y tanto moro.
Y ahora toca volver a los escenarios.
Me apetece mucho. Ahora que no me estoy drogando, me apetece más.
¿Cómo es que no hay una fecha en Barcelona para celebrar su regreso?
Yo no soy “profeta en mi tierra”. En esta ciudad hay mucha gente que me odia, me siento poco querido a nivel global. Barcelona y yo como tenemos un amor-odio muy solitario.
Antes de verano lanzó un álbum de punk ¿Qué le permite decir el punk que no puede con trap?
El trap, aunque digan que es muy punk, no es tan punk. Yo he estado en situaciones de mierda, he estado en el fango, en cosas que no puedes decir en un tema trap. Soy una persona que con 24 años, no quiero decir que estoy de vuelta, pero si escuchas ‘Yonosoytupadre’ dices: ¡Parece que este chaval tenga 53 años y haya pasado 10 en la droga!’.
Para terminar ¿Cómo se ve en 10 años?
Me quiero casar, tener hijos. Quiero una vida normal, lo anormal ya lo he hecho. Yo quiero una mujer normal, un gato… ¿Cómo me veo? Viajando un poco y, luego, hacer boleros, hacer música de señor. No me veo haciendo rap. Un poco Julio Iglesias.
¿Pero no se ve haciendo música?
Tengo ganas de dejar de hacer música. Ahora no, pero de aquí un tiempo. Necesito vivir algo que no sea hacer conciertos, el gilipollas en eventos... Necesito vivir algo para luego producir. A mí antes me pasaba algo cada fin de semana, ahora cada fin de semana tengo un concierto y tengo que ir, cobrar e irme. Ante me emborrachaba, me ponía hasta el culo de droga y tal, pero no conviene, no es viable, al final acabas loco. Me gustaría vivir algo normal, no sé, un viaje a Andorra, ir a Berlín, ir a comer a una brasería los domingos… Hacer estas cosas que yo no puedo hacer porque, joder, ahora me meten preso, ahora estoy peleando con este por internet…