Heraldo-Diario de Soria

«Tierras Altas parece el escenario de 'El señor de los anillos'»

Alberto Caballero, cocreador, codirector y coguionista de la nueva comedia televisiva de Mediaset y Contubernio Films, espera que esta ficción sirva para «poner de moda» la provincia de Soria, que ha sido clave en la belleza visual de la serie

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SONIA ALMOGUERA
Soria

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Sonia Almoguera soria

Hay «nervios». Esos, confiesa, «siempre» aparecen ante un estreno. Sin embargo, el de El pueblo, la nueva comedia de Mediaset y la productora Contubernio Films, artífice de éxitos televisivos como Aquí no hay quien viva o La que se avecina, va a ser diferente, aunque, en realidad, todo «un acontecimiento». Porque por primera vez, la primera ventana de emisión será Amazon Prime Video. Para ver El pueblo en los canales abiertos de Mediaset habrá que esperar, al menos, hasta enero de 2020.

A partir del próximo martes 14 de mayo los ocho primeros capítulos de esta serie rodada íntegramente en Soria estarán disponibles para su visionado en esta plataforma digital de contenidos audiovisuales. Este estreno, asegura Alberto Caballero, codirector, coproductor y cocreador de esta nueva ficción televisiva, será toda una novedad. «Al día siguiente de estreno de temporada de La que se avecina te levantas con dolor de estómago para ver el share», las audiencias. «Aquí va a ser distinto, más relajado», casi en consonancia con lo que fue la grabación de la serie durante casi cuatro meses en Tierras Altas y otros puntos de la provincia soriana (el equipo rodó y se alojó en Valdelavilla), uno de los más agradables que Caballero recuerda.

No oculta su satisfacción por esta nueva criatura televisiva que les ha salido (codirigen la serie también Laura Caballero y Roberto Monge) y en la que Soria, señala, se verá bellísima. «La fotografía es especial. Tierras Altas es muy esteparia, pero tenemos la suerte de que ese valle se repobló hace años. Parece casi como el escenario de El señor de los anillos», comenta.

Visualmente, El pueblo será una serie «muy agradable de ver», en un registro completamente distinto al humor paródico de su hermana La que se avecina. Se sacado mucho partido a las localizaciones interiores (las propias viviendas de Valdelavilla) y exteriores desde los alrededores de la zona a San Pedro Manrique, Soria capital, Los Rábanos o Valdeavellano de Tera, entre otros parajes.

Temáticamente, comenta Caballero, se hablará en clave de comedia de los problemas que aquejan a Soria y a otras provincias de la ya conocida como España Vaciada. Cuando hace ya casi 10 años Contubernio Films comenzó a pergeñar esta nueva ficción, el clamor de las zonas rurales contra la despoblación, la falta de oportunidades y de inversiones en infraestructuras y servicios aún no había conseguido trascender mediáticamente a nivel nacional.

La histórica y multitudinaria manifestación que tuvo lugar el pasado mes de marzo en Madrid y en la que participó el propio Alberto Caballero, asegura, ha conseguido ahora poner el foco del debate sobre las dos Españas, la urbana y la rural, y toda la problemática que rodea a ésta última. Casi sin pretenderlo, El pueblo ha llegado en el momento oportuno y, en este sentido, sus creadores esperan que contribuya a cambiar las cosas.

«No pretendemos hacer una serie sobre política. No era el objetivo, pero sí trataremos los grandes problemas, unos problemas que nosotros mismos padecimos durante el rodaje», explica Caballero. Desde la falta de cobertura de telefonía móvil (consiguieron que, ya casi al final del rodaje, una compañía instalara una antena alimentada por energía solar) a tener que desplazarse un buen número de kilómetros para ir al médico, por ejemplo. «Si con la serie logramos entretener e insistir en una serie de problemas, matamos dos pájaros de un tiro», señala.

La propia comedia televisiva refleja, precisamente, esas dos Españas, dos mundos casi antagónicos. De una parte, los urbanitas que, atendiendo a la iniciativa de dos personajes, Moncho y Ruth, a los que dan vida Santi Millán e Ingrid Rubio, se embarcan en la experiencia de rehacer o dar un nuevo giro en sus vidas en un pueblo aparentemente abandonado. Allí, no obstante, aún resisten un grupo de lugareños que, en algunos casos, verán en los de la ciudad una amenaza a su forma de vida; en otros, una oportunidad de progreso. Sobre esta sencilla línea argumental y la convivencia de unos y otros habitantes de Peñafría (el nombre de la localidad en la ficción), orbitarán una serie de conflictos y situaciones cómicas. «Ese choque cultural va a ser lo divertido», añade el realizador y guionista.

Habrá neohippies que quieran hacer de Peñafría una ecoaldea sostenible y colaborativa, personajes que por distintas cuestiones (un desahucio, la contaminación de la ciudad que pone en riesgo su salud, la ruina absoluta tras la burbuja inmobiliaria o, simplemente, por dar un nuevo giro a su vida) emprenderán la huida al campo aunque, en muchos casos, se odien los bichos, se siga calzando zapatos de tacón pese al empedrado de las calles o se descubra, contra todo pronóstico, que se tiene vocación profesional de pastor.

Pero también en el bando de los lugareños se vivirán situaciones cómicas pero, subraya Caballero, tratadas con mucho cariño. Desde el alcalde bonachón y demócrata convencido que ve en la llegada de los urbanitas una forma de devolver la vida a su pueblo a la mujer tradicional de toda la vida que comienza a replantearse su mundo y empieza a descubrir el feminismo. De alguna manera, apunta Caballero, todo el equipo técnico y artístico ha acabado también descubriendo Soria, no sólo a nivel turístico, también su potencial a nivel industrial y, especialmente, su gastronomía. «Comíamos muy bien en el rodaje porque los cocineros eran muy buenos, pero es que además teníamos unos productos...», recuerda recordando los ricos torreznos.

Tal vez, asegura el realizador y guionista, el problema de Soria es «de marketing», y espera que El pueblo sirva para «poner de moda» Soria como en su día ya pasó con otras grandes series: Verano azul, Doctor Mateo... Será, asegura Caballero, una contraprestación a una provincia que se ha «volcado» con este proyecto televisivo. Desde Caja Rural de Soria, «que desde el principio lo acogieron con mucho entusiasmo», pasando por distintas localidades e instituciones de la provincia. Este apoyo, subraya, ha sido vital y ha contribuido a que el rodaje fuera «más agradable y fácil que en Madrid».

Mucho de ese ambiente de gran familia que el equipo creó en Valdelavilla tiene su reflejo en la serie. «El equipo técnico ya nos conocemos de hace muchos años, pero fue una suerte», añade, encontrar a estos actores con los que fue muy fácil la convivencia y crear un ambiente de hermandad en el que todos disfrutaron de Soria. Santi Millán «se daba unas palizas terribles con la bicicleta» y a Carlos Areces le encantaba quedarse los fines de semana en Valdelavilla con sus libros «y se mosqueaba si alguien del equipo también se quedaba», recuerda con humor el director. En su caso, asegura, se sigue sintiendo soriano, «más que hace dos años, pero menos que dentro de dos», comenta Caballero con humor.

El pueblo tratará de conectar con «las raíces» rurales de los espectadores. Para Alberto Caballero hay muchas razones para ver El pueblo. La primera por razones obvias. «Porque es muy divertida». La segunda porque, además, es una comedia distinta, «muy tierna», muy de personajes. Y fundamental si se es de Soria: «Porque está rodada en sus tierras». «No hay ni un sólo plano de estudio», agrega con orgullo. El pueblo es una serie 100% rodada en escenarios naturales, algo poco común en la televisión nacional.

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