Heraldo-Diario de Soria
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J. A. U. / Soria
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El Numancia ha encajado ocho goles en pretemporada y la cifra, unido a los despistes defensivos cometidos ante el Zaragoza, han puesto en el punto de mira a la zaga rojilla. No obstante estos números, como los de todas las pretemporadas, tienen una importancia relativa. Una prueba de ello son los goles encajados por el equipo en pretemporadas anteriores y su posterior trayectoria liguera. El ejemplo más significativo fue el caso de hace dos campañas cuando, tras recibir 13 goles durante la fase de preparación, el equipo acabó paseándose por la Segunda División. «La pretemporada está para corregir errores y debemos tener más confianza en el trabajo diario», explica el director deportivo rojillo, César Palacios, a quien no le preocupa los goles encajados hasta la fecha.

Las pretemporadas se realizan para que los jugadores vayan cogiendo el estado de forma y al mismo tiempo vayan adquiriendo y mejorando los conceptos que el técnico quiere plasmar sobre el terreno de juego, proceso este último que se prolonga toda la temporada. Para ello se disputan encuentros en los que ven jugadores y se muestra la aplicación práctica de los entrenamientos. A menudo, esos partidos se ponen como referencia de la marcha de un equipo algo que no deja de ser un error ya que los resultados dependen de la entidad del rival, equipos que, por el simple hecho de ser pretemporada, no arriesgan lo mismo que en competición oficial o de las pruebas que realice el equipo. Como siempre, es la competición la que pone a cada equipo en su sitio una vez comenzada.

Un claro ejemplo de que los ocho goles encajados por el Numancia hasta la fecha tienen una importancia relativa se encuentra si se compara con la realizada en verano de 2007. En el primer año de Arconada como técnico rojillo, los números del equipo no fueron para nada positivos. De los seis amistosos disputados sólo fue capaz de ganar a Norma y Logroñés, perdiendo el resto de choques ante rivales que, en tres casos, eran de entidad. Tras peder ante el Athletic, el técnico reconocía que «seguimos siendo débiles atrás, no podemos encajar estos goles», y los 14 goles en contra con los que finalizaba la pretemporada hacían presagiar un futuro poco halagüeño en Segunda ante la ‘presunta’ debilidad defensiva. Esas dudas desaparecieron finalmente con el comienzo liguero cuando el equipo comenzó a dominar la categoría y lograba el ascenso a Primera División.

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