Heraldo-Diario de Soria
Julio Álvarez junto a Jordi Alba durante el partido ante España. -

Julio Álvarez junto a Jordi Alba durante el partido ante España. -

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J. A. U. / Soria
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 «El partido nos deja una goleada que nos da vergüenza». Esta es una de las frases que el seleccionador de Venezuela, César Farías, dejó en la sala de prensa de La Rosaleda tras la derrota por 5-0 del pasado miércoles ante España. Testigo directo, de primera mano, de ese encuentro fue el jugador numantino Julio Álvarez quien estuvo durante 60 minutos sobre el césped defendiendo la elástica de la ‘Vinotinto’. El centrocampista rojillo señalaba ayer que él no tiene ese sentimiento de «vergüenza».

Julio Álvarez regresó ayer a Soria donde realizó una sesión de recuperación de cara al encuentro de mañana contra el Murcia, partido para el que se ve en condiciones de jugar de inicio. El futbolista se recuperaba de un partido en el que estuvo, al igual que el resto de compañeros de Venezuela, persiguiendo sombras, las sombras de los componentes de una selección española que fue más fiel a su estilo que nunca, que hubiera hecho inferior al combinado nacional de cualquier otro país. «No siento vergüenza. Cuando uno hace lo que puede, corre lo que puede y se entrega al máximo no puede sentir vergüenza. Está claro que España tiene más talento pero también les dimos ciertas facilidades por esa zona de posicionamiento intermedio en la que estábamos. Ellos estuvieron muy cómodos en esa zona, con las posiciones bien cogidas y moviendo el balón a tal velocidad que al final te destrozan», señala Julio Álvarez al comentar el 5-0 y el sentimiento expresado por César Farías sobre el resultado. 

Julio Álvarez nació en Caracas pero se crió en España hasta el punto de que llegó a ser internacional español sub-17. Por eso no niega que vestir la elástica de la ‘Vinotinto’ y medirse a España le generó unos sentimientos difíciles de controlar. «Sí, está claro que fue un día especial porque te enfrentas a España. Noté un sentimiento que es difícil de controlar  pero fue al mismo tiempo una experiencia muy bonita con la que disfruté un montón. Había gente conocida con la que pude volver a encontrarme», relata el centrocampista numantino. 

Una de esas amistades es el centrocampista del Barcelona, Xavi Hernández, con quien el rojillo intercambió la elástica a la finalización del choque. «Xavi es un jugador al que admiro mucho y me apetecía tener su camiseta. Ya tengo la suya del Barça, nos conocemos y tenemos una buena amistad», asegura el rojillo quien, si Pablo Machín lo estima oportuno, estará mañana de inicio ante el Real Murcia. 

(Más información en edición escrita).

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