Heraldo-Diario de Soria
El filial sumó su tercera derrota consecutiva. / DIEGO MAYOR-

El filial sumó su tercera derrota consecutiva. / DIEGO MAYOR-

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JORGE CRESPO / Soria
Soria

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Por la vía del cloroformo. Victoria de La Granja gracias a un doblete de su delantero Mario y las pocas o nulas ideas de un Numancia B atascado, sin profundidad y que se limitó a colgar balones sin ningún criterio. El dato más evidente de la nulidad soriana es que no tiraron a puerta con peligro en toda la segunda parte. Son muchas las claves para que el filial lleve tres encuentros perdiendo, pero una de las más significativas es lo poco que aportan Gallardo y Pablo Valcarce en el medio del campo. Son dos jugadores que deberían llevar los galones y el juego creativo, pero ni se ofrecen ni se intuye su calidad, por lo que el equipo contrario campa a sus anchas en la zona más importante del terreno de juego. Por cierto que Valcarce volvió a la titularidad después de dos partidos de sanción, aunque no se sabe muy bien para qué.

Lo cierto es que el filial comenzó mejor el choque que los segovianos. Pese a que el esférico apenas pasaba por el medio del campo, Duro buscaba la espalda de los centrales con buenos cambios de orientación. Revi avisó desde dentro del área pero se encontró con Yiyo y Valcarce poco después y desde la frontal volvió a encontrarse con el cancerbero visitante. Cuando mejor estaba el equipo de Juan Carlos Moreno llegó el tanto de La Granja. Un pase entre los centrales de Ricardo es ganado por velocidad por Mario que, ante la media salida de Andreas, define con calidad. Nuevo regalo defensivo que paga caro el Numancia B.  Fue un gol letal para los locales, ya que a partir de ese momento dejaron de existir. Los segovianos cada vez se encontraban más cómodos en defensa, mientras que al equipo rojillo se le acababan las ideas en la zona de peligro.

Peor fue la segunda parte que la primera. Moreno intentó dar más mordiente al equipo poniendo dos delanteros con un sistema 4-4-2. No funcionó. El encuentro se transformó en un sin fin de balones aéreos sin ningún tipo de criterio, con una defensa segoviana muy ordenada que esperaba enganchar una contra para terminar de finiquitar el choque. Así sucedió. Al cuarto de hora de la reanudación roba el esférico Quique que se lo cede a Mario y éste bate a Andreas con un disparo raso y ajustado al palo. Doblete del segoviano. El resto del choque no dejó ni un disparo más a puerta con peligro con un filial derrotado desde la primera parte.   

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