Heraldo-Diario de Soria
Sergi Enrich entrenó ayer y reconoce que ha mejorado mucho de su lesión. / DIEGO MAYOR-

Sergi Enrich entrenó ayer y reconoce que ha mejorado mucho de su lesión. / DIEGO MAYOR-

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JON ANDER URIARTE / Soria
Soria

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 El Numancia disputa el sábado un partido clave en la lucha por la permanencia en la categoría. No es la primera vez que la entidad rojilla se enfrenta a una situación similar a estas alturas de campeonato, situaciones que con anterioridad se lograron solventar para mayor alivio de club y aficionados, un alivio que los pupilos que dirige Juan Antonio Anquela intentarán proporcionar el sábado. 

No es la primera vez que la entidad rojilla, y por tanto sus aficionados, viven finales sobre el terreno de juego en las últimas jornadas de una temporada. De hecho, en temporadas pretéritas la situación del equipo era bastante peor a la que se vive en estos momentos, situaciones que los jugadores que vestían la zamarra rojilla en aquel momento lograron sacar adelante. La primera de ellas tuvo lugar en el primer curso como equipo de la LFP. En la campaña 97-98, el Numancia llegaba a las cinco últimas jornadas del campeonato de Segunda a un punto de la zona de descenso, con 40 puntos conseguidos y, como ocurre hoy con los pupilos de Anquela, tenían ante ellos enfrentamientos ante rivales directos como Real Jaén, Xerez y Levante. Los rojillos afrontaban la jornada 38 marcando la zona de salvación y tras haber estado durante varias jornadas en zona de descenso. Los de Paco Herrera empataban ante Levante y Real Jaén y en la jornada 40 ganaban a Osasuna. Aún así, habría que esperar a la jornada 41, tras empatar en Chapín y el triunfo del Real Jaén ante el Elche, para certificar la permanencia en la categoría. El Numancia se salvaba en su debut en la LFP tras sumar 47 puntos, dos más que el Elche, conjunto que descendía junto a Jaén, Xerez y Levante. 

Curiosamente, aquella temporada el equipo sumaba la que hasta el presente curso había sido su peor racha de partidos sin ganar, nueve encuentros, una racha que puede superarse este sábado si los de Juan Antonio Anquela no doblegan al Mallorca. 

A la temporada siguiente, el equipo ascendía a la máxima categoría y, tras dos cursos en la mejor liga del mundo, volvía a pasarlas canutas para mantenerse en Segunda. En la temporada 2001-2002 el Numancia llegaba a las últimas cinco jornadas en la décimo sexta plaza con 41 puntos en su casillero, a un punto de la zona de descenso y también con partidos ante rivales directos entre medias. 

La tranquilidad absoluta llegó en la penúltima jornada cuando los rojillos ganaban por la mínima al Leganés en Butarque. Suponían los tres puntos de la tranquilidad definitiva tras un arreón final en el que habían ganado también a Real Jaén (1-) y Racing de Ferrol (4-0) habiendo perdido ante Eibar (2-0). Con la tranquilidad en el bolsillo, los rojillo perdían el último compromiso liguero en casa, 1-2, ante el Levante. El Numancia, pese a los agobios, lograba la permanencia tras sumar 51 puntos en su casillero. Levante, Nástic, Extremadura y Real Jaén perdían la categoría. El Levante lo hacía con 50 puntos lo que da una idea de lo igualada que fue también aquella temporada. 

El Numancia de este curso no llega tan agobiado al final de temporada al tener tres puntos de renta sobre el descenso lo que no evita que ganar al Mallorca sea imperiosos para espantar fantasmas. 

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