El Numancia sigue sin estrenar su casillero

 Un penalti más que riguroso tumbó a un Numancia que mantenía el empate con orden defensivo y controlando a su rival. Biel Ribas fue el salvador de su equipo en la primera parte, pero al equipo de Anquela le faltó algo de mordiente para haber dado otro zarpazo antes de que llegara la jugada que decidiría el partido. El Numancia controló durante muchos minutos el encuentro, pero no logró conectar con Enrich y su juego de ataque fue casi irrelevante. La realidad es que el Numancia propuso muy poco y echó de menos a un jugador como Rubén Castro.

De salida, el equipo de Anquela no estuvo arrugado y presionó la salida de balón del equipo verdiblanco, aunque era el Betis el que tenía la posesión y en la primera oportunidad que tuvo Castro batió a Ribas por bajo a los cuatro minutos gracias a una asistencia de Torres. Poco después el Betis cogía otra vez la espalda a la defensa soriana y Ribas tenía que salvar el gol. La defensa adelantada por Anquela era rota por los béticos, que sin embargo se tomaron un respiro tras un fulgurante comienzo.

El Numancia comenzó a tener más presencia aunque sin llegar con peligro a la puerta de Adán. Sería Gerrit el primero que lo probó con un disparo inocente que detuvo el portero verdiblanco. El Betis llegaba poco pero lo hacia con peligro y estuvo a punto de hacer el segundo por medio de Castro, pero Ribas lo evitó en la que sería una de sus muchas y buenas interenciones durante el encuentro.

Sólo un minuto después empataba Palanca aprovechándose de una indecisión de Adán tras un saque de banda de Isidoro. El equipo de Anquela mantenía el balón lejos de su área y se acercaba hasta el área del Betis de vez en cuando. El entramado defensivo de Anquela anulaba a un Betis que comenzaba a impacientarse. Al Numancia le faltaba algo de mordiente para ponerse por delante mientras que el Betis no encontraba espacios. El Numancia ganaba la batalla en el centro del campo pero aún así el Betis pudo marcar de nuevo en un remate de Jordi Figueras que se estrelló en el poste. Ya en el alargue del primer tiempo Biel Ribas sacó in extremis con los pies un balón que estuvo a punto de rematar a gol Rubén Castro.

En la reanudación, el Betis comenzó dominador ante un Numancia que se replegaba a la espera de su oportunidad. El equipo sevillano, con muy poco, creaba mucho peligro y Ribas, con un paradón a mano cambiada, evitó el gol de Castro, que una vez más se convertía en el azote de la zaga soriana. Anquela retrasó la linea defensiva y eso hizo que el Betis embotellara al Numancia, aunque el orden de los sorianos provocaba nerviosismo a un Betis que no lograba crear ocasiones de gol. 

La entrada de Natalio, que se colocó por detrás de Enrich para abastecerle de balones y para encontrar huecos, no dio el efecto esperado y el Numancia seguía sin ser un equipo temible cuando llegaba al área del Betis. Salió también Vicente para dar más consistencia al centro del campo y los de Anquela lo que conseguían por lo menos era que el equipo verdiblanco no llegara al área de Ribas.

El partido paró su ritmo cuando los equipos acusaron el cansancio. Parecía que ninguno de los dos tuviera fuerzas suficientes para elevar su nivel de fútbol ofensivo y los intentos eran más testimoniales que prácticos. El Numancia había logrado no pasar apuros y mientras no encontraba espacios el empate no era un mal botin. Pero un riguroso agarrón de Gaffoor sobre Renella fue decretado como penalti ante las protestas de todo el Numancia. Ribas no pudo obrar el milagro y Rubén marcó. Buscó el Numancia el empate pero quedaban pocos minutos y no encontró la claridad suficiente para materializarlo.

Tuvo, eso sí, una oportunidad en un saque de banda de isidoro que Vicente estuvo a punto de transformar en gol en una jugada parecida a la del gol de Palanca. Pero esta vez no hubo la misma suerte y el Numancia se acabó yendo de vacio del Benito Villamarin.