"EL PEOR DE LOS CASOS ES POSIBLE"
Rusia admite que puede ser expulsada de los Juegos de Río por dopaje
Rusia contempla que su equipo olímpico no pueda acudir a los Juegos de Río de Janeiro, el peor escenario posible tras los múltiples escándalos por dopaje que afectan a sus deportistas, admitió hoy el ministro de Deportes ruso, Vitali Mutkó.
"El peor escenario es posible", reconoció Mutkó, al comentar las declaraciones del presidente del Comité Olímpico Internacional (COI)", Thomas Bach, que ha dicho que todos los organismos implicados serán castigados si se demuestra el dopaje masivo en anteriores Olimpiadas.
Por si fuera poco, después de esas declaraciones de Bach se supo que nada menos que 14 deportistas rusos, ocho de ellos medallistas en Pekín 2008, dieron positivo por dopaje en un nuevo control sobre las muestras tomadas durante esos Juegos Olímpicos.
"El objetivo es demostrar todos los esfuerzos de Rusia en la lucha contra el dopaje", apuntó Mutkó en una entrevista concedida al canal de televisión Match TV, responsable de filtrar esta semana los nombres de los 14 deportistas rusos afectados.
Los escándalos se le acumulan a Rusia sin que tenga siquiera tiempo de reaccionar. Tras las revelaciones sobre el dopaje masivo en el atletismo y el consumo masivo entre los deportistas rusos del meldonium, un fármaco cardiovascular prohibido por la Agencia Mundial Antidopaje, nuevas investigaciones periodísticas han apuntado hace poco al dopaje en los JJOO de Invierno de Sochi 2014.
El antiguo director del laboratorio antidopaje de Moscú, Grigori Ródchenkov, y el funcionario de la Agencia Antidopaje Rusa (RUSADA), Vitali Stepánov, han denunciado a medios estadounidenses que decenas de deportistas rusos, incluidos al menos 15 medallistas, fueron dopados en Sochi por las propias autoridades del país anfitrión.
Ródchenkov admitió que él mismo suministró a los deportistas un cóctel de tres esteroides anabolizantes -metelona, trenbolona y oxandrolona-, que les permitía recuperarse rápidamente de los entrenamientos de gran intensidad y competir al máximo nivel durante varias jornadas consecutivas.
Además, relató que presuntos agentes del Servicio Federal de Seguridad (FSB, antiguo KGB) manipularon durante el transcurso de los Juegos Olímpicos las muestras de orina para evitar que los deportistas rusos fueron descubiertos.
Aparentemente, el método dio resultado, ya que, después de quedar en sexta posición en los Juegos de Vancouver, los deportistas rusos lograron en Sochi 33 medallas, trece de ellas de oro, diez más que en tierras canadienses, lo que les permitió lograr contra todo pronóstico la primera posición en el medallero por delante de EEUU.