FÚTBOL CÁDIZ - REALVALLADOLID (CRÓNICA)
Un regalo de tres puntos
Un fallo clamoroso del portero del Cádiz da la victoria a un Valladolid sólido en defensa / Becerra se lesiona en el minuto 81
De Tomás, que probó fortuna en dos lanzamientos a puerta, intenta llevarse el balón ante la presencia de Rubén Cruz y Aitor.-ARABA PRESS
La fortuna sonrió al Valladolid en el Ramón de Carranza. Esa pizca de suerte que le faltó ante UCAM y Huesca en las dos derrotas encajadas en Zorrilla la encontró ayer frente a un Cádiz al que bajó del pedestal tras romper sus dos portentosas rachas: sólo una derrota en los doce últimos partidos y cuatro victorias consecutivas. El Valladolid no brilló en su juego combinativo pero arropó a un impreciso Becerra, que salió en camilla en el minuto 81 debido a una lesión en su rodilla izquierda.
El Valladolid se llevó el premio gordo en su primer lanzamiento a puerta. Jordán chutó desde la frontal del área y lo que era un remate flojo y sin aparente peligro se convirtió en gol tras el fallo de Cifuentes, a quien el balón se le escurrió entre las manos al tratar de blocarlo. La suerte se alió con el Valladolid, que en la primera llegada del Cádiz había visto cómo el cabezazo de Salvi se iba al larguero y el remate posterior de Ortuño salía fuera por poco tras el fallo de Becerra en la recepción del balón.
El gol del Valladolid cambió el guión del partido. El equipo tapó bien el juego de ataque del Cádiz y no tuvo problemas en todo el primer tiempo para defender la renta. Guitián dio firmeza al centro de la defensa con su anticipación a Ortuño en los centros al área y Becerra no encontró dificultades en sus intervenciones para blocar los centros sin peligro al área ni para desviar un cabezazo de Rubén Cruz.
Paco Herrera dejó de inicio en el banquillo a Jose y reforzó el centro del campo con Álex López, la única novedad en el equipo titular con relación al once que actuó la pasada jornada frente al Reus. Con cuatro jugadores en la zona ancha, el Valladolid no sufrió en ningún momento. En lo que sí falló fue en el contraaataque ya que la mayoría de sus llegadas al área local fueron desbaratadas por culpa de sus propias imprecisiones.
La escasa consistencia del Valladolid en el centro del campo fue suplida en la zaga por un imperial Guitián, un central sobrio que mejora partido tras partido y que anoche se convirtió en el líder de la defensa, férreo en los marcajes y rápido en todas sus intervenciones para ganar la partida a Ortuño.
El Valladolid cedió terreno y el balón al Cádiz tras el descanso pero el equipo de Álvaro Cervera jugó a la desesperada. No encontraba la conexión con su hombre-gol, máximo realizador de Segunda, y decidió pasar a un plan B anodino que consisitía en un continuo bombeo de balones. El Valladolid sufría en ocasiones porque Becerra no daba seguridad con sus acciones pero los hombres de Paco Herrera sacaban el máximo rendimiento a la solidez de sus centrales.
Durante muchos minutos el partido era un asedio constante del Cádiz, dueño de la zona ancha ante un Valladolid arrugado que seguía dando pasos atrás al verse incapaz de frenar esa avalancha local a la que le faltaba criterio. El Cádiz tenía el balón y lo acercaba bien hasta el área pero no tenía mordiente para crear ocasiones.
La mejor del partido la tuvo el Valladolid en un contraataque. Mata se presentó solo ante Cifuentes pero intentó regatearle en lugar de chutar y al verse escorado optó por un centro sin peligro. Al igual que ocurrió frente al Reus, Paco Herrera terminó apostando por De Tomás, quien dio muestras de su desparpajo con un lanzamiento desde lejos al ver adelantado a Cifuentes. El Valladolid salió airoso del Carranza pero perdió por lesión a Becerra, sacado en camilla tras una mala caída que le afectó la rodilla.