La salvación debe esperar

Todavía queda tela por cortar en esta eterna temporada de Segunda para el Numancia, derrotado con claridad en Almería. Los de Jagoba Arrasate ofrecieron una imagen demasiado blanda, superados en la primera parte por la velocidad y contundencia de los locales en la contra -con la fortuna de anotar en su primera oportunidad- y aunque los sorianos controlaron el encuentro tras el descanso, no tuvieron el punch suficiente para poner en peligro el triunfo del conjunto adiestrado por Luis Miguel Ramis. Los rojillos cedieron en su viaje a tierras almerienses y deben esperar para certificar su permanencia en Segunda.

No pudieron comenzar peor las cosas para los sorianos, ya que a los siete minutos, y en la primera jugada reseñable del encuentro, se adelantaron los almerienses. Preciso y precioso envío de Antonio Puertas sobre Fidel, quien entra por el costado izquierdo, se perfila y con la diestra pone un tiro de rosca al palo opuesto, imposible para Aitor Fernández. Un golazo en contra para un Numancia que había tenido mucho más la pelota, pero sin profundidad.

Y con el uno a cero, esta tendencia se acentuó aún más. El cuero era para los de Arrasate, pero se estrellaban ante un Almería bien pertrechado, con Borja y Azeez inconmensurables en la presión de la medular. Así, los de Ramis se desplegaban en rápidas contras que acechaban el área de un Numancia con la defensa excesivamente adelantada. En una de ellas, Antonio Puertas no llegaba al remate por muy poco con todo a su favor tras la enésima entrada de Fidel por el costado zurdo del ataque rojiblanco. El primer aviso numantino llegaba en un disparo de falta, una jugada a balón parado con chut de Íñigo Pérez que evitaba muy bien a la barrera pero que, centradito, acababa en manos de Casto.

Y a los 26 minutos, la mejor oportunidad para el Numancia llegaba en un saque de esquina producto de una peligrosa internada de Asier Villalibre. En el servicio desde el córner, volea en el área grande de Marc Mateu que se perdía a escasos centímetros del poste del marco almeriense.

Parecía que el control que ejercían los sorianos sobre el encuentro se iba plasmando en más acercamientos, pero en esa dinámica lo que llegó fue el segundo gol local. De nuevo un gran pase en profundidad, esta vez de Pozo, halló la carrera veloz y vertical de Fidel, quien puso un centro raso al área para el remate a bocajarro de Quique. Aitor respondió con un paradón, pero el cuero fue a poder de Antonio Puertas, quien recortó al borde del área chica con sangre fría y calidad para poner el dos a cero con un chut colocado. Se ennegrecía aún más el panorama para los de Arrasate, incapaces de crear peligro hasta el silbato del intermedio.

Tras el descanso se hizo patente el dominio territorial de los numantinos, pero el Almería estaba cómodo bien pertrechado ante su marco, y saliendo en peligrosos contragolpes. Así Quique tuvo la primera opción local en un remate algo forzado desde cerca, y que se perdió cerca del poste. La pelota era de los de Arrasate, pero no así la profundidad ni el peligro. Tímidas intentonas, como un voleón a las nubes de Unai Medina, mientras el reloj corría y los técnicos comenzaban a mover sus piezas, en pos de la reacción el visitante y para asentar el resultado desde el bando andaluz.

Poco a poco iban quedando más huecos defensivos en el lado numantino y el Almería llegaba con peligro en un nuevo contragolpe de manual, pase en largo, Quique en carrera y disparo raso con buena intervención de Aitor.

En el último cuarto de hora, y al jugar a la desesperada, el Numancia sí fue capaz de crear verdaderas oportunidades de gol. La primera para Dani Nieto, subido al ataque en una falta colgada al área con remate a la media vuelta del central que se fue alto. Pablo Valcarce fue el siguiente en probar fortuna hallando buena respuesta en el portero Casto, lo mismo que le sucedió a Dani Nieto, siempre hiperactivo, en dos opciones muy parecidas cuando el encuentro ya se movía sobre las manecillas del noventa. Tiro desde el vértice del área del rubio jugador e intervención del arquero local, muy seguro toda la tarde. El partido acababa con una doble oportunidad soriana, en remate forzado de Villalibre que sacaba la zaga y chupinazo formidable de Ruiz de Galarreta desde la frontal para el enésimo acierto de Casto bajo palos. Moría el partido cuando el Numancia estaba mejor, pero con una derrota que sólo se puede catalogar de justa.