PESCA Y CAZA
Pescadores y cazadores, en pie de guerra
Ambos grupos, además del mundo rural, se sienten engañados por PSOE y C’s al recular e impedir la caza de especies invasoras
Manifestación de pescadores españoles el pasado año en Madrid-L. FUENTE
Los aficionados a la pesca y a la caza en España, además de todo el sector que rodea estas actividades y sobre todo el mundo rural, se encuentran desde el martes en una situación de indignación que es un clamor, tras haber sido engañados por algunos de los partidos políticos españoles más importantes, como PSOE y Ciudadanos -Podemos ya había avisado que votaría en contra-, que no apoyaron la petición que había formulado el Grupo Popular para la modificación de la Ley 42/2007, de Patrimonio Natural y Biodiversidad.
Una ley que estaba previsto que se hubiera modificado, para que se permitiera la caza y la pesca de especies exóticas invasoras en áreas cinegéticas, y que tenía por objeto compatibilizar la imprescindible lucha contra las especies exóticas invasoras con su aprovechamiento para la caza y la pesca en aquellas áreas que, al estar ocupadas desde antiguo, su presencia no suponga un problema ambiental.
Esta modificación también pretendía aclarar una sentencia dictada en 2016 por el Tribunal Supremo por la que se incluyó ciertos animales en el catálogo del Ministerio de Medio Ambiente de especias invasoras, como es el caso de la carpa, la trucha arco iris, los cangrejos, el black bass o el arruí.
Finalmente se procedió a la votación, a propuesta del PP, y los grupos anteriormente señalados no cumplieron su palabra de apoyar esta modificación, palabra empeñada desde hacía meses, y que, como en el caso del PSOE, no solamente no apoyaron esta votación sino que votaron en contra, lo mismo que hizo Podemos, contando además con la abstención de Ciudadanos.
Desde la Plataforma en Defensa de la Pesca se ha valorado la actitud de estos partidos políticos como «una traición al mundo rural de un grupo de traidores, cobardes, mentirosos e impresentables, amparados en las siglas de PSOE y Ciudadanos, que traicionaron su compromiso con el mundo rural, con el que se habían comprometido para apoyar la modificación de esta Ley, incumpliendo de este modo sus promesas para dar una solución a la gravísima situación que está viviendo el sector de la pesca y la caza desde que el Tribunal Supremo sentenció en marzo de 2016, tras una demanda que interpuso Ecologistas en Acción y AEMS Ríos con vida».
La sentencia motivó que el año pasado, en el mes de junio, el sector se movilizara, manifestándose en Madrid más de 150.000 aficionados exigiendo que está sentencia fuera revisada a través de la modificación de la ley. Entre medias, han sido millones de euros de pérdidas las que ha habido en el sector, con tiendas que han tenido que cerrar, con distribuidoras que han tenido que despedir a sus trabajadores y con cientos de familias enteras que vivían del cangrejo, como en el caso de Isla Mayor, en Andalucía, que se han visto abocadas a la ruina, afectando también a muchas competiciones deportivas que se han visto alteradas y modificadas por las exigencias de la sentencia.
Durante todo un año a través de la Federación Española de Pesca, la deCaza, la ONC, la Plataforma en Defensa de la Pesca, clubes y asociaciones se trabajó denodadamente con las distintas entidades políticas, principalmente con el PP, para que se pudiera dar solución a este panorama.
La ministra Isabel García Tejerina llegó a decir que la situación tendría solución, si se lograba votar en el Congreso la modificación de esta ley, pero finalmente no se ha conseguido sacar adelante la votación.
En la Oficina Nacional de la caza van más allá incluso y se preguntan qué parte de culpa puede tener la socialista Cristina Narbona con su vuelta a la primera línea de la política, ya que la Ley de Biodiversidad se aprobó cuando ella era ministra.
Asimismo se señala que tampoco Pedro Sánchez ha hecho absolutamente nada por mantener los compromisos que sus compañeros de partido habían adquirido en distintas municipios, provincias y comunidades, y que finalmente puede haber sido determinante su opinión en contra de este apoyo, expresada a sus compañeros la misma mañana de la votación.
En cualquier caso, la noticia ha sido tan mal aceptada por el colectivo que ya se han alzado voces para convocar una macromanifestación que podría llevar a más de un millón de personas a las calles de Madrid.