Heraldo-Diario de Soria

TODO DEPORTE / PSICOLOGÍA DEL DEPORTE

La recuperación, de la cabeza a los pies

Un deportista deja de estar lesionado cuando se reincorpora a su disciplina, sin síntomas ni físicos ni psicológicos / En cuanto a los segundos, influyen tres variables: el control, la motivación y el contexto social

Tres deportistas sorianos que se han recuperado de una o varias lesiones.-MARIO TEJEDOR

Tres deportistas sorianos que se han recuperado de una o varias lesiones.-MARIO TEJEDOR

Publicado por
Sara I. Belled
Soria

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Cuando echarle ganas tiene más de una variable que muchas veces el deportista no alcanza ni a aproximar, recuperarse de una lesión puede hacerse, incluso, más complicado. «Si no te mentalizas es más difícil, yo solo pienso en jugar», asegura Héctor Catalina ‘Gere’, del Club de Fútbol San José. Hace más de cinco años se rompió una arteriola en la pierna derecha. Pasó cinco meses de rehabilitación en los que «casi no veía el final». Volvió al tapiz, aunque tiempo después se rompió el cruzado de la pierna izquierda y ahora, cuando se lo toma «con más tranquilidad», ya comenzó a trabajar con el equipo, pero sin una previsión concreta.

Según Joaquín de Blas, responsable del grupo de psicólogos del deporte del Colegio de Psicología de Castilla y León, la recuperación de una lesión empieza cuando esta se confirma y termina cuando el deportista se reincorpora sin síntomas ni físicos ni psicológicos. En este proceso, asevera, influyen tres grandes variables: el control, la motivación y el contexto social.

«No es igual que ocurra en un entrenamiento que en competición», destaca De Blas. Como tampoco es lo mismo si se trata de una lesión por desgaste o por impacto. «Si se produce por desgaste, como una rotura de fibras o el menisco, el periodo de recuperación puede ser mucho más largo y en muchas ocasiones aparece la incertidumbre, por ejemplo». En cualquier caso, el especialista se refiere con el control a que el deportista «tiene que entender cuál es el proceso que le ha llevado a esa lesión y conocer el proceso para salir de esa lesión».

«Para mí es muy importante hablar con el cuerpo, saber hasta dónde puedes llegar y conocerse», detalla Raquel Álvarez, atleta de salto de altura del CAEP. La zamorana, que lleva en Soria desde el 2005, comienza a entrenar ahora después de la intervención en el tendón de Aquiles a la que se sometió en marzo. En su caso, esta lesión «la llevaba arrastrando desde hace tiempo y al final, en febrero, fue insostenible».

Es importante saber que las lesiones «no ocurren porque sí, no es ni mala suerte, ni se debe a que hayamos tenido un mal día». Asegura De Blas que todas tienen un inicio conocido y un proceso controlable, lo que permite que el deportista lesionado pueda estar motivado y eso contribuya a que sea más disciplinado en su proceso de recuperación.

La motivación, de hecho, es la segunda de las variables. «Un entrenamiento para competir es más motivador que solo recuperarse», resume De Blas, sabedor tanto de la importancia de que el deportista quiera volver, «algo que habitualmente se suele dar por hecho pero detrás de cuyo discurso puede no haber una intención real», como de que no existan beneficios secundarios asociados a esa lesión, como «una excusa para un objetivo no conseguido o para mantenerse en un perfil bajo de trabajo».

Esa motivación, explica Álvarez, decae a veces si las lesiones se acumulan, aunque destaca que en el deporte de competición como el que ella practica «lo habitual es que se tenga a lo largo de la carrera al menos una lesión». Con el tiempo, advierte, «aprendes a conocer hasta dónde puedes llegar, cuando puedes sumar y cuando restas».

La tercera variable, explica el psicólogo, es el aspecto social. «En los deportes en equipo es importante que el lesionado se mantenga en la disciplina, que mantenga sus rutinas, que participe en los entrenamientos en la medida en que sea posible». También influye la relación con la familia o la pareja, como soporte y motivante. «Para mí esa fue la clave», asegura Gere. Sin contacto previo con la psicología deportiva, el jugador del San José explica que el propio equipo «es como una familia y eso te ayuda mucho». La saltadora de altura, que sí trabajó con psicólogos durante su estancia en la residencia Blume de Madrid, destaca que esta es una ciencia «imprescindible, junto a los médicos y los fisios».

SI VAS CON MIEDO...

Recuperarse no es fácil, pero volver tampoco es sencillo, aun cuando el deportista esté recuperado de su lesión. «Cuando vuelves al campo te acuerdas de todo lo que has pasado, de cómo fue...», rememora Gere, quien cambia pronto el foco: «Yo pensaba en todo lo que había hecho bien para volver a estar ahí».

¿Y cuánto de verdad hay en aquello de que si vas con miedo te harás daño? «Hay mucha verdad», responde De Blas. Cuando nosotros estamos en una situación de estrés, nuestro cuerpo se prepara para enfrentarse a ello, pero de un modo que no es adecuado.

De hecho, uno de los momentos que más se trabajan en la psicología del deporte es ese en el que el médico le dice al deportista que ya está bien. «Entonces pueden aparecer muchas variables psicológicas, del tipo de ‘tengo miedo de lesionarme’, ‘no estoy seguro’... Una serie de miedos, una ansiedad, que pueden provocar hasta una nueva lesión». En este sentido, indica el experto que todos los factores estresantes pueden provocar lesiones.

El objetivo para Cristian Rodrigo, jugador del Club de Hockey Laguna Negra que se incorpora esta temporada después de año y medio con el menisco roto, es todo lo contrario: «Volver al 100%, siendo positivo aunque sin olvidar las circunstancias». El suyo es un caso especial que, sin embargo, se hace común entre los aficionados al deporte. «No podía dejar el trabajo para someterme a la operación y por eso he tardado tanto», relata. Por sus circunstancias, este vecino de Ventosilla de San Juan de 27 años que ahora reside en Guadalajara ni si quiera podía ir a ver jugar a sus compañeros. Una situación que también le ayudó para acelerar cuando pudo su recuperación.

Sobre la utilización de la psicología dentro del deporte, De Blas admite que se recurre a ella cuando surgen problemas en los equipos, en las relaciones entre los deportistas y ahora cada vez en las lesiones. «En un primer momento, de forma tradicional, no se trabajaba con psicólogos. Al menos hasta que no empezaron a aparecer pensamientos negativos y sus consecuencias», recuerda. Una situación que ahora «está cambiando».

Explica además que no es fácil salir de una lesión. Tampoco la psicología es una varita mágica, pero De Blas sí que aboga por la importancia de que «los clubes cuenten con psicólogos». En ellos, asegura, «las lesiones son menos graves y se dan en menor número». Además, «la psicología les sirven para tener un mejor rendimiento como deportistas».

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