Álvaro Aparicio, un internacional en el despacho

Álvaro Aparicio lo fue todo como jugador de fútbol sala tanto con la camiseta de la selección española como con diferentes clubes. Con los 40 años recién cumplidos se retiraba a los 37 para emprender una nueva vida, aunque no muy alejada del mundo del deporte. El burgense cambiaba la pista por los despachos y en la actualidad es gestor deportivo de la empresa Proneo Sport. Sus estudios de Empresariales le han servido para seguir ligado al deporte, aunque ahora desde los despachos y cambiando el pantalón corto por el traje y la corbata.

«Lo tengo muy claro, era más bonito jugar», recalaca cuando se le pregunta por esta nueva etapa después de tantos años como jugador profesional de fútbol sala. Aparicio continuaba refiriéndose a esta etapa y añadía que «la empresa privada da más patadas que en la pista. Hay que ganarse la camiseta todos los días, más que en los entrenamientos cuando era jugador».

Padre de un niño de cinco años -Daniel-, cuando colgó las zapatillas se planteó seguir vinculado directamente al fútbol sala como entrenador, aunque tuvo que priorizar entre la familia y el deporte. «Tengo todos los títulos de entrenador y sí que es verdad que en su momento me lo planteé. Pero tuve que elegir y di prioridad a la familia». Y es que Álvaro sabe que si se hubiera decantado por el mundo de los banquillos  su mujer y su hijo habrían tenido que cambiar con frecuencia de residencia familiar.

El de El Burgo de Osma, que todavía sigue organizando en la localidad el campus de fútbol sala que lleva su nombre, se detenía en el momento que tuvo que dejar el profesionalismo como jugador de fútbol sala. «La verdad es que no me costó tomar la decisión de la retirada», señalaba. Álvaro hablaba de las dos situaciones en las que un profesional del deporte piensa en la retirada. «Te retiras o bien porque las piernas te dicen que no van, que no era mi caso hace tres años, o porque la cabeza te dice que ya basta. Yo me sentí así en ese momento y decidí dejar el fútbol sala. Pero, repito, no me costó para nada tomar esa decisión».

Aparicio, que todas las semanas se reúne con sus amigos «para jugar alguna pachanga», reconoce que no echa de menos el fútbol sala y explica que «he vivido ya muchas experiencias en este deporte. Han sido muchos años y lo cierto es que los partidillos con mis amigos me sirven para quitarme el gusanillo que pueda tener».

Álvaro es uno más en esas pachangas y cuando se le pregunta sobre su supuesta superioridad sobre sus amistades se echa a reír para señalar que «cuando llegas a los 40 años las fuerzas se igualan y siempre aparece el sobrino de un amigo que con su veintena de años te pasa por encima».

Fue internacional con la camiseta roja de España hasta en 120 ocasiones para participar en Campeonatos del Mundo y en Europeos. Tiene recuerdos imborrables con la selección y con sus compañeros de equipo, aunque también tiene alguna que otra espina clavada que ya no se va a poder quitar. «Participé en dos Mundiales y me quedé en ambos a puertas de ganarlo. Es una espina que la llevaré siempre clavada bastante dentro», señalaba el soriano. Álvaro Aparicio fue en su momento uno de los mejores jugadores de fútbol sala del país. Más de una década brillando y ganando títulos.

EL RIETI DE ITALIA FUE SU ÚLTIMA PARADA PROFESIONAL. Militó en los mejores equipos de panorama nacional y con ellos logró todos los títulos que se pueden lograr. Álvaro Aparicio probó fortuna fuera de la geografía nacional y su última parada como jugador profesional fue en Italia, concretamente en el Rieti de la máxima categoría. Allí colgó las zapatillas a la finalización del curso 2013-2014. Álvaro también puede presumir de haber sido uno de los mejores exponentes del fútbol sala español. En su palmarés Campeonatos de Europa al frente del combinado nacional.