Heraldo-Diario de Soria

QUÉ FUE DE...

Moisés Álvarez: toda una lección de vida a sus 40 ‘eneros’

En 1999 fue uno de los héroes del ascenso del Numancia a Primera y con sólo 25 años fue diagnosticado con esclerosis múltiple / Trabaja como ‘coaching’ en el Cabildo de Tenerife

Moisés Álvarez realiza una vida normal sabiendo convivir con la esclerosis múltiple que padece.-HDS

Moisés Álvarez realiza una vida normal sabiendo convivir con la esclerosis múltiple que padece.-HDS

Publicado por
Félix Tello
Soria

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Moisés Álvarez (30 de enero de 1978, Santa Cruz de Tenerife) es una de esas personas a las que la vida le tenía guardado un revés cuando estaba en el momento álgido de su carrera. Futbolista reconocido que con tan solo 25 años tenía que colgar las botas por una enfermedad crónica: una esclerosis múltiple truncaba la carrera del canario. Pero lo peor no fue dejar el fútbol, lo más duro fue saber convivir con el problema. Moisés, que el pasado martes cumplía 40 años, supo coger el toro por los cuernos y en la actualidad se define como una persona «feliz», que disfruta con la vida «siempre con una sonrisa». Toda una lección de vida.

El tinerfeño lo tenía todo, como cualquier futbolista profesional que apunta alto de cara a hacerse un hueco en la élite con la mayoría de edad casi recién estrenada. Formado en la cantera del Tenerife recala en Soria cedido al Numancia y en su única campaña como rojillo se convierte en uno de los héroes que lograban el primer ascenso numantino a Primera División. Inglaterra, Villarreal, Sabadell y Portugal fueron otras de las estaciones del defensa antes de ver cómo el destino le tenía guardado un contratiempo importante. Una enfermedad degenerativa acababa con el Moisés Álvarez como futbolista. Comenzaba una nueva etapa.

«Lo peor es la incertidumbre de saber lo qué tienes. Me empecé a encontrar mal y al principio me dijeron que podía tener un tumor en el cerebro», comentaba el canario, quien reconoce que respiró más tranquilo cuando finalmente le diagnosticaron que su enfermedad era esclerosis múltiple.

Moisés recuerda que aquellos primeros años cuando le diagnosticaron la enfermedad fueron un infierno. «No era persona», asegura. Pero su fortaleza mental ganó la batalla porque «aunque estuviera mal yo lo que tenía eran unas ganas terribles de querer estar bien. Me agarré a mi familia, en especial a mi mujer y a mi hija». Moisés es todo un ejemplo de coraje y superación a la hora de enfrentarse a una dolencia de la que se fue recuperando sin medicarse. En los dos últimos años aparecieron los medicamentos después de unos brotes muy fuertes de la enfermedad.

El ex jugador del Numancia relata cómo fueron los años más duros: «No podía ni caminar y era muy dependiente. Recuerdo que casi no podía ni comer solo, pero yo me obligaba a hacerlo por mí mismo. Fue un periodo horroroso, aunque mi lema era ‘hoy voy a estar mejor que ayer’. Aunque estuviera igual o más jodido que el día anterior».

Con el paso de los años fue viendo la luz al final de túnel y en estos momentos Moisés Álvarez hace una vida como una persona normal. Come de todo y si se da la ocasión no falta una cervecita que llevarse al paladar. Hace deporte de forma moderada y laboralmente también se siente afortunado.

Trabaja en el Cabildo de Tenerife como coaching y también dirige con otro socio una escuela de fútbol que cuenta con más de 200 niños. «Trabajo con deportistas discapacitados y mi labor como coach es acompañarles para conseguir sus objetivos», señala. Su experiencia personal es uno de los valores que juegan a su favor para realizar bien su trabajo. Una experiencia y una fuerza que intenta trasladar en las conferencias y charlas motivacionales que viene dado por el archipiélago.

La escuela de fútbol, que engloba al equipo Sporting de Tenerife para categorías inferiores, es su única relación directa con el balompié. El fútbol lo sigue desde un segundo plano, aunque está al día de la trayectoria del Numancia y de las opciones de volver a subir a Primera.

«De Soria me quedo con su gente»

Un año en la capital soriana le valió a Moisés Álvarez para que en su memoria se quedaran recuerdos grabados para siempre. Cuando tiene que decantarse por uno no duda y asegura que «de Soria me quedo con su gente. Ese es mi mejor recuerdo de aquella etapa». Moisés no olvida a muchas de las personas con las que compartió vivencias y se acuerda «de Patxi Bedia, del Gari, de Rini... Fue una gran temporada en la que el equipo rindió a un gran nivel». El canario echaba la mirada atrás y se refería a aquel ascenso a Primera División, el primero del Numancia a la máxima categoría. «El mérito fue de todos pero especialmente de Lotina. Supo sacar lo mejor de cada uno de nosotros».

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