Heraldo-Diario de Soria

TODODEPORTE / QUÉ FUE DE...

La atleta que volvió a volar, lejos de Soria

La triplista «soriana-gallega» Ruth Marie Ndoumbe ha vuelto a la competición tras una lesión y dos años parada / Hace tiempo que se marchó, pero sigue soñando con regresar, aunque sea de visita

Ruth Marie Ndoumbe, en una fotografía de archivo realizada en el CAEP de Soria.-HDS

Ruth Marie Ndoumbe, en una fotografía de archivo realizada en el CAEP de Soria.-HDS

Publicado por
Sara I. Belled
Soria

Creado:

Actualizado:

Volvió hace un año para ver cómo se casaban dos amigos y lo hizo como se debe. Llorando en el viaje de ida y de vuelta. Ruth Marie Ndoumbe (Madrid, 01 de enero de 1987) se sigue presentando como soriana en las redes sociales y lo cuela también a la primera de cambio en la conversación. La triplista madrileña sigue siendo aquella niña que llegó a la capital del Duero con apenas 18 años, pero ya convertida en mujer. Una mujer que tras una grave lesión y dos años de recuperación ha regresado este año a la competición enfundada en los colores del FC Barcelona. «Nadie apostaba con que iba a volver a saltar ni 12 metros y en mi primera competición, sin haber hecho ni una técnica, salté 13 metros». La de Ruth es una historia de superación. Aunque con algún pero.

«Como dice mi entrenador: lo que sucede conviene», apostilla. De padre camerunés y madre ecuatoguineana, Ruth nació en Madrid y se crió en A Coruña («soriana-gallega», se autodenomina). Tiró por el salto de altura y no se le dio mal, aunque ya en la Blume le detectaron escoliosis y pasó a longitud. En su incursión en el triple tuvo mucho que ver su llegada a Soria de la mano de Gustavo Adolfo Bécquer, quien la descubrió con el equipo sub23 siendo junior de primer año. Esa etapa de los 18 a los 23, «una de las mejores», la coronó con una mínima de 12,90 para ir al Mundial.

«¡Qué te voy a contar yo de Soria! En el CAEP me he sentido superarropada, tanto por Ramón, como por los dos Serratos, padre e hijo… Además de la gente en la calle. Yo podía salir a la calle y si me pasaba cualquier cosa, cualquier persona me iba a ayudar. Esa es una cosa que no he encontrado ni en Valencia, ni en Guadalajara ahora, ni en ninguna otra ciudad donde he vivido».

Un año antes de marchar de Soria, Ndoumbe ya había fichado por el Valencia Terra i Mar. Allí cerró el primer año con 13,31 y en 2015 era la campeona de España absoluta, la subcampeona de España en pista cubierta y la cuarta clasificada en el Campeonato de Europa al aire libre que se celebró en Zúrich, Suiza. Ese 14,14 europeo le llevó a lo más alto del panorama español del triple, pero todo se torció poco después. Marchó un tiempo a Estados Unidos. No se sentía completa y cuando volvió encontró las piezas que le faltaban: su entrenador, el nueve veces campeón del mundo de longitud Iván Pedroso, y su mánager, Alberto Suárez.

«Esta es una prueba muy técnica y siempre que falta algo, pero por muy pequeño que sea ese algo, es lo que te va a ayudar a mejorar». La mala suerte apareció un par de días antes del meeting en Madrid. «Me rompí en el Centro de Alto Rendimiento de Madrid. Fue muy traumático. Fue cuando mejor estaba, habíamos cambiado la forma de saltar, habíamos cambiado un montón de cosas…». Se operó de una rotura del ligamento cruzado anterior y de una lesión en la cápsula póstero-externa de su rodilla izquierda. La recuperación estimada era de siete a ocho meses. Se perdía el Mundial de Atletismo de Pekín (China), pero iba a tener cuatro meses para intentar clasificarse para los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro, Brasil. Un problema en el postoperatorio retrasó la recuperación.

«Han sido dos años muy, muy duros en los que te planteas dejarlo todo, sobre todo cuando empiezas a trabajar». Hubo un momento crítico, reconoce, pero una llamada de su entrenador lo cambió todo. Como diría él, «lo que sucede conviene». Así que «eso fue el año pasado y al poco tiempo empecé a hacer longitud para recuperar la confianza». Los 13,13 metros en el triple en pista cubierta en febrero de este año en Zaragoza hablan por sí solos.

Hay tres cosas que tiene claras esta ‘soriana-gallega’. Una es que «se habla en la pista». También que en su peor momento tuvo «la suerte de tener un equipo como el Barcelona». «Me abrió los brazos, hay muchísima gente que se lesionó y de ahí se fue, por que es normal, ya no tienen becas, pero yo tuve la suerte de que mi club sí me ayudó». Comparte colores con deportistas de la raya de Fernando Ramos, Yulimar Rojas, Nelson Évora o Ana Peleteiro. «Que conste en acta que ellos han caído a mi grupo, que soy de las pocas veteranas, lesionada, pero veterana», bromea.

No adelanta posibles metas, pero entre que espera la suerte de poder volver a Soria, aunque sea a hacer una concentración, no es difícil adivinar que todavía no sabe todo lo que puede seguir hablando y dando que hablar en la pista. Entre tanto, la tercera cosa que tiene clara es que sin su madre, su pareja, su entrenador, su equipo… «Mi historia será de superación, pero mi historia sin toda esa gente que está detrás no es nada».

tracking