Tres pares de zapatillas para llegar pisando fuerte

Viene pisando fuerte. O al menos bien calzada. A Blanca la esperan a principios de noviembre para ser la reina de su casa. Estela Navascués (Tudela, 3 de febrero de 1981) apura los últimos días de embarazo en Soria. La pregunta es obligada: ¿Cuántos pares de zapatillas le han regalado ya? Se ríe. Son tres. Aunque en el hipotético e improbable caso de que hubiera sido ninguno, la maratoniana está convencida de que «al final la niña tendrá que adaptarse a que el chándal y las zapatillas son uno más en casa».

Blanca será hija de una atleta olímpica, navarra pero elegida como mejor deportista soriana en el 2013, porque en cuanto a los éxitos se refiere, las líneas territoriales son maleables y, sobre todo, el cariño traspasa fronteras. Y los sorianos tienen mucho que agradecerle a Navascués, que ya plantea junto con su entrenador, Abel Antón, su vuelta a las pistas para mediados o finales de enero.

«Lo que ella decida irá por delante. De todas maneras yo no me arrepiento de nada de lo que he hecho en mi carrera deportiva. Es verdad que no ha sido fácil, he tenido muchos altibajos, pero bueno al final está visto que la constancia y el trabajo te llevan al éxito», advierte Navascués.

Su sueño eran los Juegos Olímpicos. Y llegó a Río 2016. Pero sabe que «no es todo de color de rosa», porque el suyo «es un deporte muy minoritario, que da muy poco dinero, muy pocas becas, muy poco todo. Y cuando estás corriendo eres genial y todo fantástico, pero cuando desapareces nadie se acuerda de ti».

El discurso no sorprende, porque es una situación de sobra conocida, pero ya se aprecia que con Blanca no solo nace una «una ilusión, una nueva vida», sino también una madre. Y casi, casi, una nueva atleta.

«Han sido nueve meses que me han venido muy bien para madurar, para volver a coger ganas, otro revulsivo que necesitaba de cara a mi carrera deportiva. Terminé los Juegos Olímpicos un poco saturada de correr y bueno, la verdad es que este parón me ha venido estupendamente».

Y no ha corrido, algo «impensable hace unos años». Eso sí, la navarra se ha pateado ciudad y media una y otra vez. Hasta ahora, cuando ya cuenta los días.

Blanca, Blanca de Navarra, nacerá en Tudela. Así que habrá de cogerle cariño también a ella, no vaya a ser que siga los pasos de su madre. Aunque, quién sabe, quizá se dé la suficiente prisa en salir para llegar, si es posible, solo hasta Santa Bárbara.

Artículo publicado el lunes 2 de octubre de 2017

en 'No todo es fútbol', la contraportada de los

lunes de Heraldo Diario de Soria.