Oyarzun, un gol dos años y medio después

Detrás de cada gol hay una historia. Unas veces es corta, eso de salir y besar el santo, y otras tiene un trasfondo que lleva a dos años y medio antes. Ese es el tiempo que Alain Oyarzun llevaba sin marcar un tanto. Dos años y medio que el donostiarra se quitó de encima en el inicio de la liga ante el Córdoba, en su debut con el Numancia. En un plumazo, o dos mejor dicho, hizo un gol (el 2-3 a pase Diamanka) y una asistencia (a Carlos Gutiérrez en el 1-1) que le valieron el ser nominado por la LaLiga como uno de los mejores jugadores de la primera jornada. Él se lo toma con calma: «Yo creo que hicimos un buen partido en general y es fruto de todo». Pero claro, «siempre viene bien si has hecho un buen trabajo». Y eso para él, que llega al equipo rojillo con hambre de fútbol, es un revulsivo.

«La verdad es que estoy contento con mi debut. No tanto con el resultado, que queríamos los tres puntos y creo que hicimos méritos para llevárnoslo. Pero sí, ojalá todos los fines de semana pudiesen ser así». Se ha metido entre los mejores de la jornada con Álex Fernández, del Cádiz, próximo rival, Rubén Castro, con su doblete ante el Reus, André Sousa, con un golazo en el tiempo de descuento que dio la victoria al Sporting, y Fali, autor del primer tanto del Nàstic en este curso durante el empate ante el Tenerife.

El donostiarra, de 24 años, tiene hambre de fútbol. «La verdad es que al final llevo dos años complicados. Hace dos tuve la lesión de ligamento interior cruzado y estuve ocho meses fuera. Y, bueno, el año pasado fue un año complicado, de aprendizaje, diferente. Pero bueno, lo que quiero es volver a tener minutos, disfrutar y volver a sentirme futbolista».

El último gol que renta en la saca del extremo zurdo guipuzcoano, antes de reinaugurar su marcador particular con el Numancia, es un solitario tanto que metió tras un rechazo de Santamaría en un saque de esquina. Corría abril de 2016 y jugaba su equipo, el Mirandés, con la Ponferradina.

No se imaginaba este joven formado en las categorías inferiores de la Real Sociedad, club con el que debutó en Copa del Rey pero no en liga, y cedido al Mirandés en 2015, que tres meses después de aquel tanto el cruzado iba a decir basta. Descendieron a Segunda B, pero Alain se recuperó y antes de terminar la temporada consiguió convencer al Real Zaragoza. Firmó por dos temporadas de las que cumplió una antes de llegar a Soria. Oyarzun, que se había esforzado por volver a pisar con garantías un terreno de juego, no encontró en la ciudad del viento su hueco. Dice que ese fue un año «complicado, diferente». Y es que Natxo González intentó utilizarlo de lateral zurdo dentro de un esquema de juego sin extremos puros, su posición natural, y con una visión más ofensiva poco a poco fue desapareciendo de las convocatorias en favor de Dani Lasure. Circunstancias.

No lo iba a tener fácil tampoco en Soria, ya que llegaba para pugnar en la banda izquierda con Marc Mateu. No obstante, la actual falta de laterales izquierdos y la decisión de López Garai de retrasar al valenciano, le ha dado aire en este principio de la temporada. Circunstancias también.

Y se encuentra bien. «La verdad es que la adaptación ha sido genial, tenemos un vestuario increíble, familiar, así que no me puedo quejar», asegura. El plano personal, bien. El deportivo, por el partido ante el Córdoba, con algún pero. «Meter tres goles fuera de casa y no llevarte los tres puntos, yo creo que pocas veces pasa. Y además es que nos pusimos dos veces por debajo en el marcador y supimos darle la vuelta. Así que sí, la verdad es que te quedas con una sensación de que los tres puntos se tenían que haber venido a Soria». ¿La culpa? De todos y de nadie. «Al final el equipo ataca los once y defiende los once. Así que, bueno, parece que estuvimos un poco más acertados en zona de ataque, pero al final esto es de todos». Lo mejor que pueden hacer: borrón y cuenta nueva. «Al día siguiente hablamos del partido con el míster y lo que quiere es olvidarlo rápido y pensar en el Cádiz».

Gallitos de Segunda

El estreno en casa el sábado, dice Oyarzun, será un partido «diferente», «complicado», ante un bloque «que defiende muy bien y con jugadores muy peligrosos a la contra». La idea: «Ser importantes con balón». Ese es el mantra de López Garai para una Segunda división que se antoja complicada, con nueve de los 22 equipos con experiencia europea. «La Segunda división lleva años siendo complicada y este año la verdad es que hay equipos que son históricos en Primera. Hay mucho gallito, como suelo decir, y creo que vamos a ver un buen año». Tiene razón en eso de que «en Primera sueles acertar los cuatro equipos que van a estar arriba, pero en Segunda es prácticamente imposible…». Y no se atreve a divagar, claro, pero puestos a elegir, que sea el Numancia.