Heraldo-Diario de Soria

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Una entre 43.000 mujeres

La burgense María del Espino Alcoceba es la única árbitra de fútbol de Soria / Sigue el camino de algunas pocas mujeres que apostaron por entrar en un mundo de hombres / Una de las primeras fue Belén Izquierdo, que estuvo en activo de 1993 a 2004

Belén Izquierdo le ofrece las tarjetas a María del Espino Alcoceba, ayer, en el campo de hierba artificial de Los Pajaritos.-VALENTÍN GUISANDE

Belén Izquierdo le ofrece las tarjetas a María del Espino Alcoceba, ayer, en el campo de hierba artificial de Los Pajaritos.-VALENTÍN GUISANDE

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Soria

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Se llama María del Espino Alcoceba y es una entre 43.000. Entre las 43.000 mujeres que residen en Soria, según el Instituto Nacional de Estadística, ella es la única en la Delegación Provincial de Árbitros de Soria. Es de El Burgo de Osma y empezó a arbitrar hace un año, después de que primero los estudios y luego la edad, con unos 11 años, le impidiesen seguir jugando a fútbol federado con sus amigos en su pueblo. «Me daba mucha pena abandonar el fútbol y me dije que tenía que seguir como fuera. Así que pregunté un día a un entrenador de juegos escolares que si podía ser árbitro». Le dijo que sí y le entró el gusanillo. Con 17 años esta es su segunda temporada como colegiada. «Yo esto lo hago por los chavales, para que haya juego limpio, que aprendan». Y ya se ha llevado algún susto, aunque se queda «con la nobleza de los más pequeños, que son capaces de decirles a sus padres que sí ha sido falta cuando ellos están gritando desde la grada que no».

El arbitraje es en Soria cosa de chicos y es una realidad que trabajan por cambiar desde dentro. «Siempre que lanzamos un nuevo curso hacemos énfasis en que vengan chicas, pero no terminan de animarse», lamenta Óscar Miguel Sevillano, delegado en Soria. De hecho, la falta de árbitros es generalizada y entre las mujeres la escasez de colegiadas es mayor. Lo es ahora y lo ha sido históricamente. Ahora son unos 40 árbitros y una árbitra, pero la situación cambia.

En los últimos años ha habido mujeres que han hecho suyo el silbato y las tarjetas por derecho propio. «Siempre me ha gustado el fútbol, pero entonces no había opción de jugar». A la soriana Belén Izquierdo, quizá más conocida por ser la actual presidenta de la Asociación Intersectorial de Autónomos de la provincia de Soria, fue el histórico colegiado soriano Ángel Calvo quien le dejó el reglamento. Se lo estudió por su cuenta, sin hacer el curso, y se presentó al examen teórico para bordarlo. Corría la temporada 1993-94 y antes había habido alguna mujer que se lanzó al arbitraje, aunque la trayectoria no fue a la postre tan continuada en el tiempo. De hecho, llegaron a ser hasta cuatro poco tiempo después. Ninguna de ellas continua en activo ahora en Soria.

Bajo la lluvia y sobre el césped del anexo de hierba artificial de Los Pajaritos, ambas intercambiaron ayer sus primeras palabras. Pasado y presente del arbitraje femenino en Soria, Belén rompió pronto el hielo contándole que cuando se retiró le regaló la roja al jugador al que más se la había sacado en todos sus años en el fútbol provincial. A esa le siguieron unas cuántas anécdotas más y la confesión de no descartar del todo una vuelta al verde.

En su primer curso, Izquierdo tenía 17 años y sus padres la apoyaban, desde la distancia, aunque siempre que no bajara «ni una décima la nota». Terminó COU con matrícula de honor y siguió arbitrando en categoría provincial hasta 2004, cuando el trabajo pesó más. «Al principio lo echaba mucho de menos, pero yo es que al fútbol solo le puedo estar agradecida. Tengo muchos amigos y además conocí a mi marido, que también es árbitro».

Izquierdo es una de esas mujeres que, como ahora María, con normalidad y haciendo lo que les gusta, abren camino por la igualdad en un deporte que se ha considerado de hombres durante mucho tiempo. Un camino al que todavía le queda recorrido. «Yo como madre de una niña todavía tengo que oír a niños que dicen que el fútbol no es cosa de chicas. Eso lo tienen que escuchar en casa». Destaca por ello Belén, sobre la razón por la cual no hay más mujeres arbitrando, que «hay un componente masculino en el fútbol que hay que romper». Más aún en Soria, cuando el primer equipo femenino sénior de la historia, aquel que pueda servir de referente a la base, se ha formado en 2018. Este mismo año.

Ambas celebran los avances que ha habido, pero son conscientes de que el muro que existe en el fútbol para las mujeres todavía no ha caído, tanto para jugadoras como para árbitras. «Yo no he recibido ningún insulto solo por el hecho de ser mujer, pero sí siento que al ser mujer soy más propensa a ser insultada, que se atreven a más». María se apuntó por su cuenta al curso para ser árbitra en Soria, a pesar de que en casa eran reticentes. «Me decían que me iban a llamar de todo y yo los entiendo, pero sé a lo que me arriesgo y sé asumir mis consecuencias».

De momento arbitra partidos de categorías inferiores en El Burgo de Osma y, aunque todavía es pronto para todo, ella sueña con mucho más. «Me gustaría llegar a la Liga Iberdrola, pero por qué no también a arbitrar un Madrid-Barcelona como el del otro día». Eso sí, después de conocer la noticia de la creación del primer equipo femenino sénior de Soria, no se quita de la cabeza la idea de poder volver a jugar a fútbol, quizá en Soria si en el futuro sigue estudiando en la capital. Y apunta, enfadada, que no entiende cómo en este siglo todavía hay mujeres a las que se les priva de poder jugar al fútbol solo por el hecho de ser mujer, en relación a la imposibilidad de seguir compitiendo de forma federada en equipos mixtos a partir de la categoría infantil.

Es Izquierdo quien apunta que para dedicarse al arbitraje «te tiene que gustar mucho, porque no es fácil y menos en categorías inferiores, donde se vuelcan muchas frustraciones, como padres a los que les gustaría que su hijo fuera Messi». Lo bueno es que el partido no se juega en la grada, sino en el campo y que con el tiempo una se acuerda mucho más de lo bueno que de lo malo. Aunque eso bueno sea comerse un fuera de juego desde la línea en un amistoso entre un Numancia-Extremadura en Covaleda y ver cómo Juanito va corriendo hacia ti chillando y braceando. Se ríe Izquierdo mientras lo cuenta porque entonces también le entró la risa. «Hay que entender que un arbitro no se equivoca con intención, pero que todos nos equivocamos a veces». Quienes no se han equivocado son estas dos mujeres silbato en mano. Una abriendo camino en el pasado y la otra con todo el futuro por delante.

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