Heraldo-Diario de Soria

FÚTBOL

20 años de la permanencia

El Numancia selló la salvación en Primera con un empate ante el Alavés el curso 1999-2000 culminando una trayectoria que le catapultó en cuatro años de Segunda B a repetir en lo máximo

Una alineación del Numancia 99-00: Núñez, Rocha, Pacheta, Muñiz, Barbu, arriba; Jaume, Navarro, Octavio, Nagore, Morán y Popescu, abajo. HDS

Una alineación del Numancia 99-00: Núñez, Rocha, Pacheta, Muñiz, Barbu, arriba; Jaume, Navarro, Octavio, Nagore, Morán y Popescu, abajo. HDS

Publicado por
LUIS HDEZ. CASADO
Soria

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Si complicado es llegar a Primera para un club modesto como el Numancia, mantenerse se presenta como una gesta casi insuperable y eso que en su historia reciente abundan los hitos destacados, los partidos para el recuerdo y los festejos por los logros impensados. El club soriano alcanzó uno de sus momentos de mayor trascendencia en la temporada 1999-2000. El colofón a una exitosa y destacada carrera de años precedentes que le llevaron a la máxima categoría y que le situaron entre los mejores. Repetir entre ellos supuso uno de los recuerdos más relevantes entre todos los acumulados en sus 75 años de historia, que en esta temporada marcada por la crisis sanitaria del coronavirus se cumplen y se recuerdan. El empate, 2-2, en Vitoria frente al Alavés del 14 de mayo de 2000 propició que el Numancia confirmara su permanencia en Primera división una jornada antes del cierre del campeonato. El punto sumado alejó al conjunto de Andoni Goikoetxea de la lucha por la salvación en la última jornada. Una campaña después de presentarse en la máxima categoría, consiguió eludir un destino, el descenso, para el que se presentaba como uno de sus candidatos más firmes al inicio del ejercicio por su condición de novato, sin apenas experiencia en el fútbol profesional, por su modestia y humildad y por sus limitados recursos frente a la gran mayoría de los rivales a los que se medía. No hacía tanto, el club soriano ocupaba un lugar en el fútbol más modesto, el de la lucha cotidiana para sacar la cabeza hacia cotas más significativas.

La edición de la Copa del Rey del curso 1995-96 supuso una  oportunidad para su aparición en la escena de los grandes. Una visualización que podía haberse quedado en la anécdota de la gesta de eliminar a tres conjuntos de Primera, de empatar en Los Pajaritos con el Barcelona y de ponerse momentáneamente por delante en el marcador y en la eliminatoria frente al club catalán en el Camp Nou. El Numancia no se quedó ahí. Miró al frente y siguió marcando un paso firme para ganar protagonismo y presencia entre los más destacados del fútbol español. Ascendió a la Liga Profesional, se mantuvo al año siguiente en Segunda división, subió a Primera acto seguido y cerró el círculo con la permanencia en una temporada de las más significativas de su historia. Frente a los mejores conjuntos, solo en una ocasión se clasificó en zona de descenso: en la jornada novena después de perder en Oviedo. Durante la mayor parte del campeonato ocupó puestos de la zona media manteniendo el pulso cada jornada frente a rivales de una entidad no antes probada de manera constante por el club rojillo. Posteriormente llegaron otros hitos como los dos siguientes ascensos a Primera y el título liguero de Segunda. Pero la permanencia únicamente se alcanzó en aquel inolvidable curso del 99-00. 

El partido frente al Alavés se presentaba como la primera oportunidad para la salvación, una jornada antes del cierre liguero, después de vencer una semana antes al Espanyol, 2-0, en Los Pajaritos. La pugna por eludir el descenso se centraba con el Betis, rival de los rojillos en la última cita y que podía complicar el objetivo de la  permanencia de presentarse en Soria con posibilidades de salvar la categoría. El equipo soriano no falló. Con Andoni Goikoetxea al frente del banquillo, el Numancia empató en Mendizorroza ante un Alavés que igualó el marcador al final del choque. Costantin Barbu, a pase de Txomin Nagore, adelantó al equipo numantino en el minuto 35. Rubén Navarro marcó el segundo en un remate espectacular a pase de Perico Ojeda. Transcurría el minuto 79 de juego y el Numancia estaba más cerca de la permanencia. Pablo, en el minuto 83, recortó distancias en el marcador, mientras que Azkoitia aprovechó un desconcierto dentro del área rojilla para batir a Álvaro Núñez y dejar el resultado en empate en el minuto 86. El final del partido desató la euforia de los numantinos, que dependían de ellos para asegurarse un año más la Primera. La siguiente jornada, el Betis visitó Soria y consumó pese a ganar, 1-2, el descenso a Segunda. Acompañaron al equipo bético en ese viaje de declive el Atlético de Madrid y el Sevilla. Una demostración más de lo complejo del campeonato y de lo trascendente de su resolución. El Numancia había tocado techo y no dejaba de festejar. Han transcurrido dos decenios desde esa fecha que se recuerda como uno de sus momentos más importantes de su historia reciente. No lo ha conseguido repetir.

Trayectoria

El Numancia cerró la campaña en el puesto 17 con 45 puntos, tres más que el Real Betis, siete más que el Atlético y 14 más que el Sevilla, los tres descendidos. Ganó once partidos, empató  doce y perdió 15. El título liguero lo alzó el Deportivo al que el Numancia derrotó  en Riazor, en su primera victoria a domicilio en Primera, y en Los Pajaritos con la recordada jugada del gol anulado a Songo’o, portero del Deportivo, en la última jugada del encuentro cuando subió a rematar un saque de esquina cometiendo falta sobre Urroz, guardameta rojillo. El conjunto de Andoni Goikoetxea estrenó la categoría en Soria con una victoria frente al Real Valladolid con gol de Rubén Navarro, el primero en la máxima categoría. Los Pajaritos se convirtieron en un fortín donde ni Real Madrid, Barcelona, Athletic o Atlético, entre otros, consiguieron llevarse la victoria. El equipo colchonero únicamente sumó un punto en el enfrentamiento directo con el conjunto rojillo por un empate en el Manzanares.

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