Acomodado en la zona tibia de la tabla

Cinco jornadas después, el Numancia repitió una victoria que no lograba desde el pasado ocho de enero cuando derrotó a Osasuna Promesas en Los Pajaritos. Cuatro partidos consecutivos sin ganar lo que le ha llevado al conjunto soriano a moverse por la zona media de la clasificación de la Primera Federación sin un rumbo definido: lo mismo podía asomarse a la zona de privilegio (los cinco primeros puestos), a la que ha rondado sin pisarla en ningún momento, como verse apurado por los equipos en puestos de descenso, situación a la que se había expuesto antes de iniciarse la jornada recién finalizada.

Con los tres puntos cosechados, su posición se mantiene en la zona tibia, a mitad de tabla, recupera en parte la equidistancia, sin recortar mucho espacio ni puntos respecto a los conjuntos que se sitúan por encima. Por abajo, todavía siente la proximidad de sus perseguidores. Con una victoria aislada, de momento, no soluciona su inestable situación. Requiere continuidad en los resultados favorables, fiabilidad y regularidad, aspectos que no ha mostrado el grupo de Iñaki Bea en trayectoria.  

El partido de Sabadell, al menos, rompe con la dinámica descendente. Frena la inclinación iniciada hacia los puestos comprometidos, una inercia peligrosa. Los tres puntos sirven de contrapeso frente a una deriva claramente declarada. Todo queda en suspense frente a la próxima cita en Los Pajaritos ante el Nàstic de Tarragona. El partido en la Nova Creu Alta puede actuar como revulsivo con las cautelas de los reveses sufridos en las dos últimas comparecencias del Numancia en su coliseo, dos derrotas ante el Amorebieta y el Calahorra. La necesidad de fortalecerse como local para alejarse del peligro choca con la mayor consistencia como visitante al acumular tres jornadas sin perder. Los dos únicos puntos sumados de los doce en juego han llegado en los desplazamientos a Logroño y Alcoy.

El Numancia necesita sostener una línea más regular. No le conviene los vaivenes de resultados registrados en pasadas fechas, un síntoma también de la dificultad de imponerse en la categoría donde los equipos son capaces de lo mejor y de lo peor frente a sus rivales. Estas señales identifican un campeonato en el que aún queda todo por resolverse y el Numancia intenta no desconectarse.

Cinco jornadas

El Numancia ha necesitado cinco jornadas para repetir una victoria, que se le resistía desde el inicio del presente año. Cuatro partidos consecutivos sin sumar tres puntos de una vez, lo que le ha derivado de una posición, séptimo (26 puntos)  con 18 jornadas disputadas y a dos puntos de la promoción de ascenso, a la duodécima (28 puntos) antes de la última cita de la competición con la cercanía del peligro por el descenso a tres puntos. Un momento delicado. En estos instantes , el conjunto soriano se clasifica en la décima posición (31 puntos), con uno más de ventaja, cuatro, respecto a la frontera de la pérdida de categoría.   

El valor de la victoria en Sabadell se calibrará con el tiempo, pero es indudable la necesidad de quebrar la deriva que le inclinaba hacia los puestos de peligro. El resultado favorable también rompe con la racha de dos partidos sin ver puerta: en el empate en Alcoy y en la derrota con el Calahorra. El Numancia amplió en esas dos citas los partidos sin marcar, un total de once encuentros de los 23 disputados hasta la fecha. Casi la mitad de lo jugado. Solo cuatro equipos del Grupo 2 de la Primera Federación presentan unos números inferiores a los 21 tantos anotados por el conjunto rojillo (Alcoyano, UD Logroñés, Calahorra y Bilbao Athletic). Todos clasificados por debajo del club soriano y tres de ellos en zona de descenso. El tanto de Íñigo Muñoz acabó con la sequía en el momento más oportuno, con una necesidad notable para evitar males mayores. En el apartado de goles encajados, la portería a cero frente al Sabadell se suma a las otras nueve ocasiones, un total de diez, en las que no encajó ningún tanto. A lo largo de la temporada le han marcado 21 goles.

Una victoria fuera de casa que no se registraba desde diciembre del pasado año cuando el Numancia ganó en Castellón en la jornada decimoquinta. Los tres puntos en Castalia le auparon a la décima posición, como en estos momentos, pero con solo tres puntos de diferencia respecto al descenso, uno menos que ahora, y a la misma distancia con los puestos de promoción. Una equidistancia mantenida durante las siguientes semanas. La igualdad reinante marca el campeonato con alguna salvedad en la que destaca el Eldense, líder del grupo.

El resultado de Sabadell también equilibra el registro entre partidos ganados y perdidos, En ambos apartados alcanza los ocho, mientras que en el de empates se queda uno por debajo, siete. Iñaki Bea suma cinco partidos ganados, tres empatados y cuatro derrotas en la docena de partidos que ha dirigido, un total de 18 puntos por los 13 cosechados por Diego Martínez en las once jornadas al frente del banquillo antes de su despido a principios de noviembre con la derrota frente al Atlético Baleares.

En esos momentos, el Numancia acumulaba también cuatro jornadas sin ganar y ocupaba la decimoquinta plaza de la competición con la misma puntuación, 13 puntos, que el primero en la línea de descenso. Rubén Mesa se estrenó como goleador y el equipo vio puerta después de tres partidos sin marcar. Su peor registro anotador lo firmó en el arranque de la temporada con cuatro jornadas sin gol. El tanto frente al conjunto balear es el único que no ha servido para sumar, al menos, un punto al Numancia. El resto han rentado en ese apartado.