Heraldo-Diario de Soria

Atletismo

El día que Abel Antón conquistó Atenas

El próximo jueves 10 de agosto se cumplen 26 años del primer título mundialista del de Ojuel en la distancia de la maratón. Superó a Martín Fiz por cinco segundos

Abel Antón se proclamaba campeón del mundo de maratón en Atenas hace 26 años.HDS

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El 10 de agosto de 1997 es una fecha que el deporte soriano no olvidará jamás ya que ese día Abel Antón tocó el cielo al proclamarse campeón del mundo de maratón en Atenas tras superar en los últimos 400 metros al vitoriano Martín Fiz, que había liderado la carrera durante casi todo su recorrido, y se colgó la medalla de plata.

Abel Antón, con un tiempo de 2h13:16, levantó aquel caluroso día del mes de agosto de 1997 los brazos en señal de victoria en el estadio Panathinaikó y solo cinco segundos después entró Fiz, que cedió la corona mundialista que había logrado dos años antes en Gotemburgo (Suecia).

Veinticinco años después ambos volvieron al mismo lugar para recordar aquella gesta y para disfrutar. Ese adelantamiento de Abel Antón a Martín Fiz a falta de 400 metros para la meta y la táctica que utilizó el soriano en la carrera, que no dio ningún relevo al vitoriano, dio mucho que hablar en su momento y provocó alguna rencilla entre ambos que hizo que por un tiempo la relación se resintiera.

«Las rencillas no llegaron a tanto. Martín era campeón del mundo, yo debutante, y cuando un plantea una carrera lo hace para ganar. Así fue y cada uno planteó una táctica diferente. La táctica suya era tirar lo máximo posible para llegar a la meta y yo tenía claro que lo único que tenia que hacer era aguantar el ritmo que impuso porque si llegaba a los últimos metros así tendría opciones», indicaba en su día Antón.

Sólo dos años más tarde, en Sevilla, Abel Antón iba a repetir titulo mundialista en un Estadio de La Cartuja abarrotado, con unas 60.000 personas que vibraron cuando Abel Antón entraba para proclamarse campeón del mundo de Maratón en su país. 1999, Sevilla, agosto, y un calor que no muchos soportan, algo que sirvió a Abel para mentalizarse de que muchos de sus rivales no podrían aguantar temperaturas tan extremas. A sus 36 años, ese día firmó el que sería su último gran triunfo de una carrera deportiva más que exitosa.

El atleta soriano llegaba a los campeonatos del mundo de Sevilla con la firme convicción de realizar una gran actuación, bajo una intensa preparación en la ciudad numantina, que le valió para llegar en un estado de forma óptimo para ganar su segundo Mundial, después de haberlo conseguido dos años antes en Atenas. Los últimos coletazos del siglo XX fueron inolvidables para el de Ojuel al convertirse el rey de la maratón mundial por partida doble.

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