Heraldo-Diario de Soria

VIDEOJUEGOS

Mucho más que un videojuego para la Artillería

El nuevo simulador de la academia adopta la tecnología de los videojuegos bélicos de hoy, pero elevados a la complejidad y el realismo que exige un entrenamiento militar

Salto de calidad de los gráficos del viejo simulador al nuevo, en el centro de simulación de la Academia de Artillería de Segovia. Fotografía cedida por Tecnobit.-Diego de Miguel / ICA

Salto de calidad de los gráficos del viejo simulador al nuevo, en el centro de simulación de la Academia de Artillería de Segovia. Fotografía cedida por Tecnobit.-Diego de Miguel / ICA

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David Aso / Ical
Soria

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El centro de simulación de la Academia de Artillería de Segovia adoptará la tecnología de los videojuegos bélicos de hoy, gráficos similares y más inteligencia artificial, con un nivel de complejidad y realismo muy superior para ajustarse a las exigencias de un entrenamiento profesional. Las formas poligonales del viejo simulador, pionero cuando se puso en marcha en 2001, ya son historia y dejan paso a un nuevo software que saltó poco después (2002) del mercado comercial a la industria armamentística de Estados Unidos, y que este año entra en el centro de formación militar en activo más antiguo del mundo con su versión más moderna.

Pero el salto de calidad que representa el proyecto de renovación del Simaca, que aunque se estrenó este milenio comenzó a desarrollarse con tecnología de 1996, va más allá de las ya de por sí importantes mejoras de un motor gráfico capaz de recrear con fidelidad cualquier parte del mundo, claro está, siempre que se disponga de la cartografía digital adecuada. “El viejo simulador era más simplón en la parte visual, si se me permite la expresión, y ahora será como la de los videojuegos, pero en todo lo demás el realismo no tiene nada que ver”, recalca en declaraciones a Ical el coronel Vicente Garví, jefe del centro de simulación segoviano.

El antiguo sistema gráfico del Simaca se concibió exclusivamente para este centro y el nuevo es un programa de la empresa checa Bohemia Interactives Simulations. En 2001 lanzó su primer videojuego comercial de simulación bélica, ‘Operation Flashpoint’, y al año siguiente desarrolló una versión militar personalizada para el Ejército de EEUU, Virtual Battlespace 1 (VBS1), a través de la división armamentística que abrió en Australia. En las tiendas de videojuegos, salvando las distancias, se comercializa como la saga Arma.

Hoy son numerosos ejércitos de la OTAN los que utilizan el programa de Bohemia para adiestrarse y ensayar en red procedimientos, tácticas o tiro. Y la última versión, la tercera (VBS3), es la que está montando en Segovia la multinacional española Tecnobit, que ya desarrolló el Simaca original y lo ha mantenido desde el principio.

“Antes existía cierto detalle, pero no a este nivel que dará la posibilidad de actuar en combate urbano con el detalle escénico de las edificaciones”, valora el coronel. “Y también carreteras, ríos, vegetación… La mejora es importante a la hora de recrear una jungla o un desierto, por ejemplo, porque así puedes identificar referencias”.

Más Inteligencia Artificial y otras ventajas

El nuevo software requiere la instalación de ordenadores PC de última generación con una “arquitectura distribuida”, en lugar de “centralizada”, que permite visualizar los ejercicios fuera de las salas habituales. Y podrán conectarse con otros centros de simulación.

La capacidad de proceso crece así de forma exponencial. De hecho, se podrán desarrollar operaciones virtuales en escenarios reales o ficticios de hasta 10.000 kilómetros cuadrados (16 veces el tamaño de Madrid capital), frente a los 400 de antes (el doble de Valladolid). La oferta de misiones es innumerable, desde controles de carretera hasta tratar con población local, contraemboscadas, escoltas o convoyes.

Además, incorpora un nivel de inteligencia artificial muy superior que permitirá la interacción de hasta un millar de objetivos, ya sean combatientes individuales o toda clase de carros de combate y aeronaves. “Antes, cuantos más vehículos ponías más instructores necesitabas para manejarlos porque la inteligencia artificial era más limitada, pero ahora podrán estar bien programados para actuar con lógica, moverse y reaccionar ante el fuego o una pendiente elevada, un río o cualquier otro obstáculo”, explica Garví.

En el aspecto operativo, el sistema incorpora morteros, aviones o helicópteros. Esa es precisamente la novedad por la que la academia aspira a acreditar el nuevo Simaca con la certificación OTAN como medio de adiestramiento de fuegos conjuntos, en lugar de ser ‘sólo’ un simulador de artillería de campaña. Es un objetivo a medio plazo y propiciaría que el centro se pusiera a disposición de otros ejércitos.

“La meteorología también se ha perfeccionado”, añade el coronel. El clima se manifiesta en la parte visual con la niebla, la lluvia o la nieve, pero también por otros fenómenos atmosféricos como el viento, que por supuesto influye en la trayectoria de los proyectiles.

La medida de distancia del disparo es también uno de esos aspectos que refuerzan la calidad del simulador militar frente a los videojuegos domésticos, aparte de las armas y aparatos reales adaptados. “Cuando nosotros cogemos el telémetro láser en realidad no estamos apuntando a la pantalla, sino a la imagen virtual del terreno que se está representando en ella”, explica Garví como ejemplo. “Te va a marcar seis, siete u ocho kilómetros, y eso va a afectar a la precisión del disparo”.

El simulador también distingue de forma realista entre unos y otros impactos. “Ahora que vas a poder recrear las construcciones el asunto está en los efectos: ¿qué pasa cuando un proyectil da a un edificio?, ¿lo derriba, lo atraviesa, cae al cabo de cinco disparos?”. Y lo mismo sucede con los objetivos móviles: su resistencia depende del tipo de arma, el modelo de vehículo, “cómo le da, dónde o el ángulo del disparo”, resume.

“Una novedad importantísima” es también la opción de grabar los ejercicios para reproducirlos después: “Así puedes ver las decisiones que se fueron tomando en cada momento, en qué condiciones se produjeron, si fueron las correctas o no… Eso no se podría hacer en el campo real, claro, donde estarías centrado en disparar y no podrías analizar todo lo que está pasando”.

Interés mundial

Entretanto, el viejo Simaca ya no está operativo. Se desmontó en octubre para empezar a instalar el nuevo tras haber servido con éxito instrucción y adiestramiento a todas las unidades de Artillería de España durante trece años. La edad le ha pasado factura, pero ha conservado atractivo a nivel mundial hasta el último día.

“En Europa, hasta donde yo sé, no existen simuladores completos de una unidad artillera”, destaca Garví. Sí los hay en América, al menos en Brasil, donde precisamente Tecnobit construyó dos centros de simulación de artillería de campaña por 14,7 millones de euros.

Así que la Academia de Segovia ha sido una escala frecuente de aquellos ejércitos que buscan referencias para desarrollar sus propios centros de simulación. “Hace dos años estuvo un grupo de militares holandeses y hace poco, dos generales jordanos”, recuerda Garví. Entre unos y otros hubo ingleses, bolivianos, peruanos, chilenos o árabes, y las siguientes visitas conocerán ya el nuevo sistema que, si no surgen imprevistos, se someterá a su primera prueba completa el próximo mes de junio.

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