Nuevo modelo para asistir a dependientes

Los Servicios Sociales son uno de los pilares del Estado de Bienestar en España y entre las prestaciones que garantizan se encuentra la de cuidados de larga duración a las personas en situación de dependencia, bien porque sufren una minusvalía o bien porque se trata de mayores.

En los últimos años y sobre todo desde el Covid existe una demanda social para cambiar el modelo de cuidados a futuro dirigido a estos colectivos, que en la actualidad se encuentran muy institucionalizados, es decir que se prestan a través de centros asistenciales.

A ello se suma que en Europa se ha iniciado un cambio de modelo para la prestación de estos servicios, muy centrado hasta ahora en el médico-rehabilitador, para tomar más en cuenta, a partir de ahora, a las personas y a sus necesidades.

Este cambio posibilita analizar lo que las personas pueden hacer y ayudarles a cumplir su proyecto de vida, en lugar de ofrecer paquetes de servicios sin contar con la opinión de los usuarios. 

La clave está en que las personas puedan elegir dónde y cómo vivir, ya que en la actualidad la institucionalización es lo más común.

Con estos cambios cada vez se hace más necesario explorar nuevas vías de atención, a través de la investigación, para poner en marcha este tipo de cuidados de larga duración, en las que se tienen que tener en cuenta las proyecciones poblacionales en materia de envejecimiento y lo que supone en términos económicos.

En este marco se ha llevado a cabo un proyecto de investigación, financiado con fondos europeos, para el apoyo a la atención a largo plazo mediante nuevos enfoques participativos e innovadores, denominado InCare, en el que participan un consorcio de instituciones de tres países, Macedonia del Norte, Austria y España.

El Centro de Referencia Estatal de Atención Sociosanitaria para Personas en Situación de Dependencia de Soria (Credef) forma parte de este consorcio en representación del Imserso.

Entre los principales objetivos de esta investigación, que se encuentra en su recta final, estaba la pretensión definir y poner en práctica, a título experimental, servicios innovadores para cuidados de larga duración. 

En cada uno de los países se ha realizado un trabajo experimental que en España se centró en el apoyo al cuidador y la participación comunitaria.

Tras el estudio, en España se ha extraído como una de las principales conclusiones que resulta imprescindible un cambio de modelo en este tipo de cuidados y tras el desarrollo de fase experimental se ha demostrado, que con nuevos modelos de cuidados mejora la calidad de vida de cuidadores y de receptores de cuidados, «hemos generado evidencias que pueden ayudar a llevar modificaciones legislativas en materia de Servicios Sociales», explica Silvia Oliva, directora del Credef.

En el marco de esta investigación se elaboró una encuesta que permitió pulsar las expectativas que se tienen de los cuidados de larga duración en España. 

En sus resultados se puso en evidencia la elevada proporción de encuestados que esperan recibir cuidados en un centro residencial ,a pesar de que prefieren hacerlo en su casa y prestados por cuidadores formales.

Entre los encuestados hubo una amplia mayoría a la hora de que el Estado debe seguir teniendo un papel destacado en la financiación, la organización y la prestación de los cuidados de larga duración, aunque el nivel de confianza en la capacidad de respuesta del sistema sigue siendo baja.

La investigación ha contado de diferentes fases de trabajo, en la que se ha celebrado un taller de teoría del cambio, en el que participaron 30 investigadores, en el que se definieron los retos que tiene España en materia de cuidados de larga duración para conocer el servicio que se quiere prestar en 2035. 

Según explica Oliva, se llegó a la postura final de que todas las personas que necesiten este tipo de cuidados puedan desarrollar su proyecto de vida en comunidad con calidad de vida y empleo, tanto para los cuidadores familiares como para los profesionales.

Otra de las fases de trabajo del InCare ha sido la puesta en marcha de un proyecto piloto, realizado por la Fundación Matia de Guipúzcoa, en el que se ha realizado un estudio para evaluar el apoyo psicológico a los familiares de personas que padecen una demencia.

Para ello se dio formación a los familiares, al personal de base y a los psicólogos con el fin de conocer el modelo que persigue colocar en el centro a las personas para ayudarles en su proyecto de vida, «porque los profesionales tienen que cambiar el chip y tienen que preguntar por las preferencias y las necesidades personales», expone Silvia Oliva.

Se ha trabajado con dos grupos de usuarios de Servicios Sociales, uno de ellos fue el grupo experimental y otro el control. Al primero se le aplicaron nuevos roles en las terapias de ayuda, mientras que al segundo se mantuvieron las habituales.

Los resultados han demostrado que los indicadores del grupo al que se le aplicaron terapias centradas en las personas han sido mejores. Este modelo supone un cambio importante y es innovador, porque los individuos se sienten empoderados y al final eso repercute en general en los servicios sanitarios que recibirán menos visitas de posibles pacientes.

La responsable del Credef, Silvia Oliva, subraya el carácter innovador de este trabajo en dos aspectos fundamentales, el primero porque se ha aplicado la teoría del cambio al modelo de España y, en segundo término, porque se ha experimentado con el patrón centrado en la persona y con familiares con personas con demencia.

El estudio se ha presentado en la Secretaría de Estado del Imserso para que tenga en cuenta sus resultados. Oliva explica que España se encuentra en el estado de revisar el actual modelo asistencial, aunque se han dado pasos pequeños, ya se ha aprobado cambio de legislación para adaptar a los centros que ofrecen este servicio.