Erdogan presiona al Parlamento para dotarse de más competencias

Aunque la idea se escondió bajo promesas electorales más llamativas durante la campaña (encontrar mujer a los votantes solteros, por ejemplo), la controvertida nueva Constitución que convertiráTurquía en una república presidencialista ha vuelto a salir a escena. En declaraciones efectuadas en el inmenso palacio presidencial de Ankara, el jefe del Estado turco, Recep Tayyip Erdogan, ha insistido este miércoles en que una nueva carta magna que le dote de poderes ejecutivos debe ser la prioridad del nuevo Parlamento, dominado con mayoría absoluta por el Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP, islamista y que él mismo cofundó) tras las elecciones del pasado domingo.

El problema reside en que el AKP cuenta con 317 escaños en el Parlamento, y necesita al menos 330 para poder convocar unreferéndum para sacar adelante la medida. Con una mayoría de tres quintos de la Cámara, el partido gobernante habría podido reescribir la Constitución sin necesidad de consultar con nadie. Pero la ley no les deja otra opción: según Erdogan, el primer ministro, Ahmet Davutoglu, consultará con los partidos de la oposición para que apoyen sus enmiendas a la carta magna. “Esperemos que no duden en apoyarla”, señaló el presidente turco, quien agregó: “Todos los que se oponga a la demanda de nuestro pueblo de una nueva Constitución, pagarán el precio dentro de cuatro años en las próximas elecciones”.

Pero por si este método fallara, Erdogan se mostró favorable a un referéndum que todavía no se ha especificado cómo ni con qué apoyos se llegaría a convocar. “Un asunto como el sistema presidencial no se puede decidir sin la nación”, adelantó Ibrahim Kalin, portavoz del jefe de Estado. “Si el mecanismo necesita un plebiscito, entonces lo celebraremos”.

 

SISTEMA EFICAZ

“La presidencia ejecutiva no es una cuestión del futuro personal de nuestro presidente”, añadió Kalin. “Él ya ha entrado en los libros de historia. La motivación de base es hacer un sistema en Turquía lo más eficaz posible”.

Durante un discurso efectuado el pasado 14 de agosto, Erdogan afirmó que el sistema presidencialista ya existía de facto (es decir, que él mismo vulneraba sus competencias constitucionales inmiscuyéndose en la diaria toma de decisiones del Ejecutivo), y que esta modificación del texto serviría para que sus actuaciones estuvieran también respaldadas de iure.

 

AUMENTO DE LOS PROCESOS

Erdogan, de 61 años, ejerció como primer ministro de Turquía entre el 2003 y el 2014, cuando dejó el cargo tras ser elegido presidente del país, la primera vez que tenía lugar una votación para designar al jefe del Estado. Desde entonces, se ha registrado un incremento en los procesos judiciales contra todo aquel que insulte o critique a Erdogan, bien sean chavales de instituto que comparten bromas en las redes sociales o periodistas que investigan escándalos que pueden perjudicar al presidente.

Asimismo, Erdogan afirmó que no habrá pausa en la lucha contra la guerrilla kurda del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), con quienes mantenía un proceso de paz abandonado con sangrientas consecuencias en julio. De hecho, dos soldados y 15 milicianos del PKK murieron este miércoles en enfrentamientos cerca de la frontera iraquí.