Heraldo-Diario de Soria

BODEGAS MOCÉN (DOP RUEDA Y VTCYL)

Vino, arte y literatura

Fundada por el hostelero José Luis Ruiz en 1988 amplía su gama con un ecológico, se suma a los rosados pálidos y conserva el proyecto cultural con el museo y la biblioteca inaugurada por Cela

Los hermanos José Luis (i) y Javier (d) Ruiz Madroño posan con Luis Miguel Pérez en el patio de Bodegas Mocén, en Rueda (Valladolid).-M.T.

Los hermanos José Luis (i) y Javier (d) Ruiz Madroño posan con Luis Miguel Pérez en el patio de Bodegas Mocén, en Rueda (Valladolid).-M.T.

Publicado por
MAR TORRES
Soria

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Comenzó limpiando botas. Algo de lo que siempre se sintió orgulloso. Hasta el punto de conservar, protegida por una urna, su caja de trabajo, su caja de limpiabotas.

Corrió el tiempo. Abandonó las calles de Bilbao. Puso rumbo a Madrid. Se dedicó en cuerpo y alma la hostelería y creó una de las cadenas de bares y restaurantes más conocidas de España, un grupo con establecimientos fuera del país, que arrancó con una cervecería en la calle serrano. Era el año 1957.

José Luis Ruiz Solaguren, hijo de un taxista y una cocinera, de quien heredó su aptitud para los fogones, nació en Amorebieta (Vizcaya) y falleció en 2013 con 84 años. Tenía visión para los negocios, carácter emprendedor y don de gentes. Factores que le llevaron a completar y complementar la actividad hostelera con algo más:una bodega que además de abastecer al negocio fuese un lugar de reuniones de trabajo, un espacio íntimo para los negocios, en un ambiente relajado cercano a la capital.

Puso el punto de mira en una comarca cercana a Madrid, con buenas comunicaciones: Rueda (Valladolid). No dudó en comprar y restaurar la finca urbana de los Pimentel que albergaría su bodega: «la casona donde se ubican las oficinas, la primera nave de depósitos, el patio de la entrada y el lagar. En total, eran 2.000 metros cuadrados en superficie y 1.000 bajo tierra. Se excavaron las galerías subterráneas de los Pimentel, compró casi la mitad de las cavas del pueblo y las restauró, alcanzando en total una longitud de cerca de cuatro kilómetros y la cota más profunda a 23 metros», explica Luis Miguel Pérez, director de exportación.

La bodega se fundó en 1988 y cuatro años después, en 1992, don Juan de Borbón inauguró las instalaciones y el riego. Según fuentes de la bodega, la presencia del Conde de Barcelona no fue baladí: además de dar prestigio y atraer la atención de los medios de comunicación, sirvió para ‘aprobar’ la posibilidad de aplicar riego al viñedo, una práctica sobre la que el reglamento de la denominación no aclaraba nada.

Diez años después de llegar a Rueda, en 1998, inauguró la bodega de forma oficial, acto que contó con el presidente del Ejecutivo castellano y leonés de entonces, Juan José Lucas. Hasta el momento había invertido 1.700 millones de pesetas en las naves de elaboración y su dotación con material enológico, la restauración de las cavas subterráneas, una pinacoteca y una biblioteca. El proyecto, sin embargo, no está completo. Ruiz Solaguren esperaba también abrir un auditorio y un hotel.

Años después, Antaño, rebautizada Bodegas Antaño SA Viña Mocén por la existencia de un rioja Antaño que elabora García Carrión, ocupa una superficie de 12.000 metros cuadrados, tiene capacidad para elaborar cinco millones de botellas, 13 trabajadores en plantilla que se incrementan en momentos puntuales, y una facturación de siete millones de euros, señala Luis Miguel Pérez.

La base de la producción vinícola está en el viñedo: 298 hectáreas, la mayor parte de ellas cultivadas en el término vecino de Foncastín. «José Luis llevó a cabo la primera plantación en 1988. Fueron 100 hectáreas en la finca Valverde, en suelo de gravas, con verdejo, sauvignon, tempranillo, cabernet y merlot. Se elaboró la primera cosecha en 1992, la mitad vinos fueron blancos y la otra mitad tintos». «La segunda plantación, otras 100 hectáreas de suelo más arcilloso y margoso, se realizó entre 1996 y 2004. Se plantó verdejo y algo de tempranillo, adaptándose a lo que pedía el mercado», detalla Pérez.

Además, «la bodega controla otras 80 hectáreas propiedad de cuatro o cinco viticultores de La Seca. Es verdejo en espaldera y vaso», señala.

Hay que añadir una parcela junto a la bodega y otras de pequeño tamaño de verdejo, trabajado en agricultura ecológica, y de tempranillo, más viejo, que se cultiva en vaso y se vendimia a mano.

Por variedades, la verdejo ocupa el 47% de la superficie de viñedo, la sauvignon eñ 13%, otro 7% es viura y de chardonnay el 1%.

Las tinta tempranillo se extienden por el 23% del viñedo, un 8% es cabernet y 1% es de merlot. Casi la totalidad del viñedo se conduce en espaldera y se le aplica riego por goteo, excepto el tempranillo más viejo. Su producción es de 8.000 kilos por hectárea en las variedades blancas y 6.500 en las tintas.

Iniciaron la última vendimia en la primera semana de septiembre. Fue mecanizada casi en su totalidad. Recogieron 3,2 millones de kilos de los que 150.000 kilos se destinarán a la elaboración de tinto para su venta a granel, la mayor parte a la República Checa. Del resto, los vinos blancos representan los dos tercios de la producción y los tintos el tercio restante.

«Para los blancos la descarga de la uva en las tolvas también es nocturna, como la vendimia, la uva pasa a los depósitos y su interior se rocía con nitrógeno para eliminar el oxígeno y evitar la oxidación del mosto», indica.

Mocén dispone de tres tolvas. Un remolque de 10.000 kilos de uva se procesa en un minuto. Para la elaboración posee 12 depósitos de acero inoxidable de 40.000 litros de capacidad, otros 12 de 80.000 y otra docena más de 30.000 litros. A estos se suman 10 más de 150.000 litros de cemento revestidos de resina expoxi para almacenar y mover el vino, señala el director de exportación.

Las instalaciones albergan también 1.500 barricas y 11 tinas de roble francés, de 8.000 litros, para maduración del vino. «Hay unas 20 barricas francesas para fermentar uno de los blancos y que después tienen un segundo uso para la fermentación maloláctica de tintos», comenta. «Se está reestructurando la producción de tinto con la replantación de 10 hectáreas de tempranillo con verdejo», apunta.

Son 14 los tipos de vino que salen de estas instalaciones. Comprenden blancos, rosados, tintos, un semidulce y un espumoso brut nature de verdejo. Entre estos vinos se encuentra el verdejo de producción ecológica y venta en Estados Unidos. «El viñedo se tenía desde 2004 aunque la primera añada en ecológico fue la de 2014. Se vendimia a mano, en cajas de 12 kilos. En 2015 se elaboraron 13.500 botellas».

También se suman a la tendencia del rosado pálido con el AÑBlush (vino de la tierra de Castilla y León), tempanillo con 12,5 grados y color piel de cebolla del que comercializan 5.000 botellas.

El 15% de la producción se destina al mercado exterior, sobre todo el europeo, al que llega el 80% de las ventas de exportación, especialmente Holanda, Alemania, Reino Unido, Dinamarca y Suiza. El resto se distribuye en Estados Unidos, Colombia, Japón, Corea del Sur, China (tintos), países a los que sumará Malasia en 2017.

Las ventas del mercado nacional se realiza, sobre todo, en Castilla yLeón, Euskadi, Madrid, costa levantina y Baleares.

Tras el fallecimiento de Ruiz Solaguren son sus cinco hijos, José Luis, Javier, César, María José e Iñaqui Ruiz Modroño quienes están al frente de la bodega, que concentra «el 10% de la facturación del grupo José Luis», según fuentes de la empresa que señalan, además, que «el 5% de la producíón va a la hostelería, lo que representa el 7% de la facturación».

Turismo. Pero si importante es la sección vitivinícola de la empresa, la cultural podría caminar de forma independiente. El hostelero zornotzarra tuvo presente, desde el principio, que su bodega debía recibir visitas y albergar la gran colección de libros, objetos etnográficos, pintura, grabado, litografía y fotografía que fue adquiriendo en vida.

El patio de acceso es una exposición al aire de objetos tradicionales que se utilizaban en el medio rural.

El recorrido por la bodega comienza a través del antiguo lagar restaurado. Allí se cuelgan cientos de fotografías de las personas destacadas que han pasado por sus instalaciones desde su puesta en marcha, visitantes que fueron fotografiados para el recuerdo mientras firmaban alguna barrica, como don Juan de Borbón, o contemplaban alguno de sus rincones.

También llama la atención la sala taurina denominada el Rincón de Curro Romero, donde se conservan cuatro vestidos de torear de otros tantos matadores: uno del maestro de Camas, otro del Niño de la Capea, uno de Espartaco y el cuarto es de Enrique Ponce.

Además guarda una interesante colección de fotografías de Paco Cano, Canito, sobre Manolete, y otras en las que aparece el fotógrafo junto a personas como Ernest Hemingway, retatados en Pamplona.

Siguiendo el recorrido se llega a la biblioteca Camilo José Cela, inaugurada por el Nobel de Literatura en 2001. Alberga más de 25.000 ejemplares entre los que destacan obras sobre la historia de Castilla yLeón y la colección de temas de gastronomía de Manuel Martínez Llopis (fundador de la Academia Española de Gastronomía).

La pinacoteca, por su parte, exhibe cerca de 900 piezas de pintura de diversos formatos, técnicas y soportes, obra gráfica y cerámica entre las que se encuentran firmas como Benjamín Palencia, Vila, Ramón Casas, Pablo Picasso, Salvador Dalí y Cristóbal Toral, entre otros.

Y junto a las artes, cerca de cuatro kilómetros de bodega subterránea. Las galerías y sisas, algunas de las cuales fechadas en el siglo XV, que son una inmersión al pasado. En las paredes y bóvedas, ladrillo mudéjar y viejas zarceras. Un laberinto bajo tierra al que Ruiz Solaguren supo sacar provecho: adecuó algunas sisas más amplias para recibir a los amigos íntimos y reservó las paredes para rendir homenaje, en forma de mosaicos, a personas singulares y destacadas tanto de las artes y las ciencias como en la vida social y política.

Así, a lo largo del recorrido se suceden los denominados ‘rincones’ de Luis Aragonés, Ansón, Mingote, Ussía, y José Ramón Alonso. También fueron homenajeados Francisco Fernández Ochoa, Aznar, Luis Alfonso de Borbón, Lucas, Currito, Luca de Tena, Di Stéfano. Martínez Llopis y Luis Cepeda. Entre los más de 200 azulejos también se leen los nombres de Raphael, Enrique Cornejo, José Luis Coll, José Antonio Ardanza... Más de 200 nombres engrosan la lista.

Desde el año 2005 mantiene una tienda de venta directa y un departamento específico para atender las visitas. «La media es de 3.000 a 4.000 personas al año», señala Silvia Robles, encargada del área de enoturismo de la bodega.

El perfil de los visitantes de Mocén es de personas con una edad comprendida entre los 40 y los 80 años y un poder adquisitivo medio. Y si en fines de semana es mayoritariamente un público familiar, entre semana son más visitas de asociaciones de las más diversas áreas.

En opinión de Silvia Robles, la mayor parte del público que pasa por allí no tiene un conocimiento del sector muy amplio aunque destaca que «cada vez hay más ganas por conocerlo».

Sus visitantes proceden de todas las comunidades, aunque «en los últimos años llegan más del norte, también de Andalucía y Levante». Como es lógico por la cercanía y las buenas vías de comunicación, el 40% de sus visitas llegan de Madrid.

La visita dura una hora y 15 minutos aproximadamente y cuesta entre 9 y 21 euros en función de los vinos que se caten.

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