Brote verde en la viña centenaria de Mayorga

Isabel es el brote verde de un proyecto que retoma de sus padres, Paloma Varela Ortega y Víctor Pérez Pita. Ella afronta la responsabilidad de defender un viñedo secular y un vino moderno ligado a la historia de su familia, incluido su bisabuelo, el filósofo y ensayista español José Ortega y Gasset, que visitaba con frecuencia esta finca familiar de Mayorga cuando viajaba hacia Galicia. Paradojas de la vida, pues el paisaje que glosó el escritor, y el vino que seguramente degustó de aquellas viñas, se convierten hoy en ‘la circunstancia’ que mejor relaciona a esta joven madrileña con el vino. Ella se encargará, a partir de ahora, de impulsar un vino legendario de la vieja ribera del Cea vallisoletana.

Pero fue su otro bisabuelo, José Varela Radío, quien mandó plantar viñas en la finca familiar de Mayorga cuando corría la añada de 1914. Un año más tarde, los vinos de graciano y tempranillo llegaron a la botella. Ha pasado un siglo. Isabel Pérez Varela ha echado un órdago a su vida profesional y, desde hace un año, se ha puesto al frente de la bodega familiar, que acomete nueva dinámica en todos los frentes. Nueva imagen, criterios selectivos en la viña y un diseño avalado por el enólogo Ignacio de Miguel, uno de los consultores de vinos más cotizados del momento. Él ha diseñado los últimos Vega de Castilleja y firmará la primera partida del tinto 12K, la nueva línea por la que apostará Isabel en un futuro inmediato.

Isabel recoge la herencia de sus ascendientes aunque, gracias a su padre, Víctor Pérez, puede afrontar esta nueva etapa. Víctor no solo se encargó de mantener la viña y la bodega, sino que también impidió que desapareciera la tradición vitivinícola centenaria de los Varela. Isabel Pérez retoma ahora esta aventura, consciente del significado de estas cepas y del vino familiar que siempre se elaboró en la bodega. Su formación en Económicas, Marketing y Turismo le facilitan las cosas para abrir nuevos mercados en una bodega que pertenece a ese reducido club de firmas centenarias en el sector español del vino.

Solo quedan diez hectáreas de las 50 que, hace un siglo, se plantaron en este lugar. Con ellas se hacen tintos envejecidos en roble que, en la actualidad, se elaboran en una bodega de la Denominación de Origen (DO) Tierra de León, a la espera de que se pongan en marcha las nuevas instalaciones. Tampoco se descarta plantar variedades autóctonas en el futuro. La finca de Castilleja y sus viñas están dentro del término municipal de Mayorga, que pertenece al ámbito geográfico de la DO Tierra de León. No obstante, los vinos salen al mercado amparados por la figura de calidad Vino de la Tierra (VT) de Castilla y León.

Entre los retos inmediatos de futuro, Isabel afrontará la celebración del primer centenario del vino familiar de Castilleja. Se trata de un tinto de la añada de 2015 que ahora envejece en barricas de roble y que saldrá este año al mercado, un siglo después de aquel primer vino Castilleja, que firmaba Varela Radío, del que todavía hoy se conservan botellas y etiquetas en el museo del vino de la familia. Las instalaciones -que conservan buena parte de la maquinaria del siglo pasado-, las bodegas subterráneas, así como el edificio del lagar, la casa del bodeguero y la casita de las viñas, formarán parte, en el futuro, de una visita selectiva a una de las escasísimas bodegas centenarias que hay en España.