Heraldo-Diario de Soria

DE VINOS - BODEGAS FRESVINO

Trifón y la mejor viña del mundo

Javier y su padre Trifón, en el pago de Valdehernando, una de las pequeñas parcelas de la viña de la familia

Publicado por
Javier Pérez de Andrés
Soria

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Trifón tiene 84 ciclos vegetativos encima. Sus manos llevan décadas podando y su espalda sabe lo que pesaban los pellejos de vino, escaleras arriba y abajo. Su nariz le salvó, más de una vez, del maldito tufo en la bodega subterránea. Trifón González es agricultor de toda la vida, de la cooperativa agraria de su pueblo. Él mismo cuenta una historia que invita a la reflexión: «Resulta que tengo una viña en vaso muy bien soleada, que da una uva muy rica; no hace mucho, vendíamos la uva a una bodega importante de la Ribera del Duero. Y un día me entero de que esa bodega ha conseguido un premio para su vino… vamos, que dicen que es el mejor del mundo. Y yo me pregunto: si el vino tiene ese premio, mi viña, la de tempranillo de Cantosales… ¡es la mejor viña del mundo!».

Pues no le falta razón a este viticultor de Fresnillo de las Dueñas. Cuando inscribió sus viñas en el Consejo Regulador de la DO Ribera del Duero, en los años 90, abrió el camino para que sus descendientes continuaran trabajando en ellas. Y fue uno de sus cuatro hijos, Mariano, quien apostó fuerte por la viña y por el vino, y quien construyó la pequeña bodega familiar reformando el local del tío Herrerillo. Sin embargo, su prematura muerte en 2014 empañó el proyecto, aunque muy pronto fue de nuevo impulsado por su hermano Javier, hoy al frente de Fresvino, que comercializa el tinto Valdecamellas. El sueño de su hermano Mariano sigue en marcha y, en homenaje a este, él ha convertido el vino en su actividad principal.

La bodega Fresvino cuenta con 34 pequeñas parcelas de viñas, principalmente en vaso, repartidas entre los términos municipales de Fuentelcésped y Fuentespina, en zonas de viñedo muy próximas a Fresnillo de las Dueñas. Entre todas hacen 15 hectáreas y algunos de los majuelos se encuentran en pagos históricos, como Valdecamellas, el mencionado Cantosales, Valdehernando o el Quiñón. De nuevo, aquí se cumple algo que los viejos viticultores de la Ribera del Duero conocen desde antiguo: el suelo, las cepas plantadas por ellos mismos y el clima del Duero, una trilogía muy manejada en los últimos tiempos.

Javier González cuenta con la colaboración del diseñador arandino Eduardo Marcos para la imagen de los vinos, que trasladan la filosofía de su creador, Mariano, de quien Eduardo fue amigo personal. Sin embargo, se lamenta de no poder dedicar una etiqueta a Trifón por problemas de registro. De momento, esta bodega familiar produce en torno a 20.000 botellas que, tras su envejecimiento en roble, salen con dos años al mercado. La próxima añada, la del 16, estará lista a finales de 2017.

Esta bodega y sus vinos tienen el encanto de lo auténtico, con el contrapunto de la experiencia de un curtido viticultor, como es Trifón, y la apuesta de Javier, que ha tenido que ponerse al día para que las uvas de los majuelos de la familia y la pequeña bodega tengan la merecida continuidad marcada por su hermano. Aunque él ya no esté, Eduardo y Javier recuerdan, con cierta nostalgia, los tiempos en los que fermentaban los vinos y se vendimiaban las uvas al son de la dulzaina de Mariano.

DIRECCIÓN: Fresnillo de las Dueñas (Burgos).

ZONA DE VINOS: DO Ribera del Duero.

TELÉFONO: 609 986 336.

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